Cuando la casa -el interior de cada
uno- está limpia uno ya no quiere nada más. Estar limpio es no tener ansiedad,
esfuerzos para conseguir vencer e imponerse. Entonces, hay la paz del amor.
Real es la naturaleza, el cuerpo,
el paso de la noche al día, los problemas, que son producidos por los
conflictos entre 'tu' y 'yo', entre 'nosotros' y 'ellos'. El problema se agrava
cuando dos personas dicen que lo que dicen es la real, estando en contra una de
otra. Ahí lo real, es ceder, informar con compasión, tener todo el tiempo para
escuchar y responder si es preciso. Porque, Luli, lo más real que existe es el
conflicto, que lo genera la división, que trae todas las desgracias, la
brutalidad, la crueldad, la violencia.
La mente está condicionada para
resolver problemas. Así que ella todo lo que ve hace de ello un problema, por
lo que todo lo que ve son problemas.
Alfredo, un momento todo parece
complicado hasta que vemos lo que es. Si ves un animal salvaje que se acerca a
ti, ¿verdad que hay una acción instantánea para ponerte a salvo? Donde el ‘yo’
ya no opera ni está. Pues ese mismo paradigma es el que ha de ser para resolver
todos los retos. En este caso del animal salvaje, reaccionamos
instantáneamente. Pero, ¿por qué no reaccionamos con la misma intensidad y
energía en todos y cada uno de los retos que nos llegan? ¿Es por qué estamos
medio dormidos, somos perezosos, indolentes, indiferentes al dolor?
Arturo un hecho es lo que te
sucede a ti. Si tú te tuerces el tobillo, ¿sientes dolor? Olvídate de lo que hacen
o dicen los otros, sus libros, sus ejercicios, su norma, su obediencia o rebeldía. ¿Sientes dolor, sí
o no, ante una luxación del tobillo y no puedes en cuanto a penas caminar?
Pues, eso es un hecho. No hay escape posible para los hechos.
Pongamos que no puedes caminar,
por la torcedura de tobillo. Esa
situación no te deja operar como lo haces cada día, te sentirás frustrado,
desmerecido, deprimido al no poder ir a comprar, al trabajo, a por la novia,
etc. Y todo eso te genera sufrimiento y dolor. Y todo esto, altera toda tu
vida: tanto el cuerpo, como la mente. Por eso, la mente y el cuerpo tienen una
estrecha relación, son una misma cosa, que se afectan mutuamente.
Pero ves como tu realidad -no la
de los monjes, que cuestiono sus supersticiones, etc.- se convierte en un hecho
del que no puedes dejarlo de lado, como has dicho de los monjes sobre que el
dolor físico no les altera su actividad física. La única realidad es la tuya,
la de cada uno. Los libros pueden decir lo que quieran, los que explotan a las
personas también pueden decir lo que deseen. Pero cada uno tiene que
cuestionarlo todo, ser escéptico a todo lo que nos llega -incluido lo que te
estoy diciendo-.
Si no estás drogado, o
hipnotizado, el dolor físico y psíquico estará ahí. ¿Tan difícil es esto de
ver?
He visto la entrevista que me has
enviado. La he encontrado interesante, pues la ética global que sea adoptada
por todos, sería un gran paso. Todo es cuestión del paradigma imperante en cada
lugar. Las mujeres, en algunos sitios son muy marginadas, tratadas de manera
inmoral. Aunque hace trescientos años, decían que la mujer no tenía alma. Y lo
mismo decían de los negros esclavos.
Todo eso obedece a convenciones
sociales, que están sujetas a las conveniencias mercantiles, egoístas, de
dominio. Pues, intentar cambiar algo, para que todo sea más igualitario, es una
pérdida para los que viven con privilegios. Ahí en América lo sabéis de sobra,
por aquello de la invasión por los europeos y su negativa a conceder la libertad
e independencia. Pues decían, para oponerse, que existía el imperio de la ley.
Pero, era la ley del rey, que ellos mismos habían inventado para siempre
beneficiarse. Por lo que todo es tan infantil, superficial, descarado, cruel.
El problema, como siempre, es de
moralidad en el sentido de no querer hacer daño a nadie. Y eso es muy difícil a
la hora de ponerse de acuerdo. Por lo que el trabajo, tan importante como es un
cambio, lo ha de hacer cada cual. Porque obligar a alguien a hacer algo que no
quiere, ya es un maltrato, hacer daño.
Somos nuestras acciones. Y
también donde vivimos, donde nacimos -la familia, el ambiente, la economía-, lo
que comemos, lo que leemos, lo que nos han dicho en la escuela, el instituto,
la universidad. Es decir, estamos condicionados, por la religión dominante, por
la política dominante, por el clima, por el cuerpo que nos ha sido dado. Y
también en el momento histórico que vivimos. Pues vivir algo tan dramático como
una guerra, con todo lo que la antecede y le sigue, es algo que marca e influye
a todos.
Seguimos siendo salvajes en el
aspecto negativo: crueles, insensibles e indolentes.
¿Y si no puedes caminar? Tendrás
que depender de alguien, tu negocio estará desasistido. ¿Tendrás bastante
energía psicológica-espiritual para no frustrarte ni deprimirte?
Sí, sí, el problema no es tuyo,
Javier. El problema lo tiene Arturo, que cree en la magia contra los fenómenos
físicos implacables.
Javier, es tan evidente que si no
te mueres te harás viejo y entonces, ¿a quién llamarás, qué libros leerás, que
magia aplicarás? No sé la edad que tienes pero pareces muy infantil, aunque con
buenas intenciones.
Luli, la solución no está en la
psicología, aunque tiene su importancia para ver cómo somos y funcionamos.
Porque todos los conflictos se generan internamente. Y una vez visto cómo actúa
la mente, la psicología ya no sirve. Por eso, la solución es el amor. Porque el
amor va más allá de todo lo que se puede ir.
Entonces, Arturo, si me permites
que te pregunte, ¿estás completamente libre de tu condicionamiento de una
persona que está viviendo en el año 2013?
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