domingo, 6 de enero de 2013

Colaboraciones, 6-1-2013



El placer, su repetición y su búsqueda, lleva al dolor. Gracias, Keneth.



Si uno va detrás del placer, en el momento en que ya lo está persiguiendo aunque sea a nivel mental, en el ámbito de la mente, ya no está cumpliendo con los retos que le llegan. Pues los rechaza, o huye de ellos, porque son un estorbo, un obstáculo para la consecución del placer.

Por eso, cuando uno persigue algo, sea considerado bueno o no, ya está en el ámbito del desorden. Porque ya está dividido y en conflicto.



¿Has encontrado interesante la conversación entre Jiddu Krishnamurti con el Dr. Jonas Salke?



¿Por qué decir que no un hay punto de ubicación de un objeto? Al igual como dices que no hay un 'yo'. Si todo eso, aunque es cierto, no se puede vivir siempre así. Porque tenemos un cuerpo que es ubicuo, que está aquí o allí, que se desplaza y viaja.

Con el 'yo' pasa lo mismo, decimos que no existe. Pero la realidad es que está ahí, queramos o no. Te lo digo, Shw, porque si lo repetimos a todas horas hay personas que se lo creen. Y también lo dicen y repiten, por lo que la confusión de inventar lo que me gustaría que fuera, prosigue con todo el desorden que generan.



"La insensibilidad hacia el sufrimiento de la humanidad es la maravilla de las maravillas!"

¿Por qué dices eso, Satinder? ¿Puedes explicarlo?



Eso es porque son insensibles, indolentes. Están distraídos, condicionados para seguir con los juegos, supersticiones, fiestas y sus boatos. Lo que está claro, es que si ellos supieran realmente qué es el dolor, no proseguirían con esa vida de superficialidad, sensitiva y mundana.

Nos hemos acostumbrado a vivir con las mentiras, con el Papa Noel, los Reyes Magos, y toda clase de tonterías. Luego nos quejamos que los jóvenes, nuestros hijos son pasotas e indolentes ante la vida.



Vamos a ver si lo aclaramos para entenderlo, y que lo entiendan los que lo lean. Uno puedo decir mentalmente, por el pensamiento: que yo, y mi cuerpo, no tienen identidad física alguna. Y por tanto, no tienen ubicación alguna. Pero, no es lo mismo dormir en medio del desierto, que dormir en un hotel confortable, ¿verdad? Porque en el desierto, durmiendo al raso o en una pequeña tienda puede bajar a cero grados el frío. Y en el hotel confortable no tener frío que me haga sufrir. Ya sé que tú puedes decir: es que no hay ni cuerpo ni frío ni calor. Y es por eso, que yo siempre trato de decirte que eso no es un hecho. Porque, el hecho es que si no abrigo y cubro el cuerpo éste se deteriora y perece.

Y eso mismo sucede con el 'yo', sabemos que es un invento. Pero, él está ahí. Podremos drogarnos, hacer puja, ser un bhakti, ser un sanyassi, meditar, concentrarnos, etc., pero el 'yo' vuelve siempre a nosotros.



No podemos ser libres siempre del 'yo' porque ese 'yo' no es mi 'yo'. Si no que es el 'yo' de toda la humanidad. Al igual que la mente no es mi mente, es la mente que comparto con todos y cada uno de los hombres. Lo que quiere decir que esa palabrería oriental, con sus textos, etc., de liberación, iluminación, nirvana, del estado búdico -que es otra manera de decir la iluminación, etc.-, todo es un engaño, como sucede en occidente.

Por eso, para los que están más allá de la intelectualidad, las personas sencillas, dicen: En este mundo traidor, de sufrir nadie se escapa. Sufre el rico, sufre el pobres, sufre el rey y sufre el Papa.



Sin comprensión de la realidad y de la manera cómo funciona el pensamiento, la mente, el desapego, la liberación, la iluminación, etc., será un estado inducido, hipnótico. Por lo que, no se sostendrá ante la llegada de cualquier evento.



¿Puede venir la paz por medio de las palabras e ideas? La ideas no son los hechos. Y si no asumimos los hechos, viviéndolos, entrando dentro de ellos, no sabremos qué es lo que son y significan. Porque, la paz es de uno, nace en uno, nadie se la puede dar. Y esa paz, afecta a toda la humanidad.



Según los especialistas en Buda -los que lo han estudiado e investigado-, su esencia es: ¿Cómo te liberas tú del dolor?



Entonces, hay cuerpo y no lo hay. Hay ego, 'yo', y no lo hay. Es a eso a lo que me siempre me refiero, Shw.



Kenneth, la cuestión no es preguntar, ¿por qué uno continúa experimentando placer? Porque, todo lo que existe tiene una función, ¿no? Todo puede ser como una medicina o un veneno. Así que, es cada cual el que tiene que saber si lo que hace es adecuado o no. Si es generador de conflicto o no. Porque donde hay conflicto el amor no puede ser.





No nos preocupemos, pues el orden siempre está operando. Es implacable tanto para generar el bien como el mal.



Aunque nosotros nos preocupemos y queramos más justicia, respeto, compasión y amor, el orden sabe lo que tiene que hacer. Porque ese orden es el que hace que las piedras se muevan o estén quietas, que las hojas de los árboles estén en calma o danzando con la brisa. Todo está entrelazado y unido. Y el orden actúa queramos o no.



Esa división del dolor y el sufrimiento, sólo la he visto en este grupo. El dolor y el sufrimiento es lo mismo. Ya que uno puede sufrir porque ha perdido algo que estimaba, y esa pérdida le altera el estado de ánimo. Y ese estado de ánimo altera el cuerpo. De donde se deduce que hay una unión entre el cuerpo y la mente. ¿No nos hemos dado cuenta que cuándo el 'yo' no opera tampoco opera el cuerpo, con sus reclamaciones e infinitas necesidades? Así que, uno puede ir más allá del cuerpo, sus dolores, incapacidades, su degeneración y destrucción. Y por eso, solo queda el dolor o el sufrimiento mental. Lo mental es lo definitivo, la última frontera.



Arturo, déjate de conceptos, prejuicios, condicionamientos, y atente a los hechos. Lo que vale son los hechos.

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