viernes, 4 de enero de 2013

Colaboraciones, 4-1-2013



Es verdad, Gisela, la aceptación total de algo no es resignación. Sino que es inteligencia. Es ver que tú edad es la que es y no se puede cambiar, entonces la aceptas plenamente, sin complejos ni vergüenzas, sin sentirte relegada, sin hacer ningún problema. Entonces, ahí está la inteligencia operando con su orden, sin división ni conflicto alguno.

La resignación, tiene una relación estrecha con la fe. Es decir, uno no entiende nada ni quiere comprender nada, así que se resigna a lo que le llega, a la autoridad, a obedecer.

De todas maneras, cuando uno está completamente vencido y desvalido por una crisis, enfermedad, la vejez, puede que al final sólo quede la resignación. Porque todo no se puede saber ni comprender. Por ejemplo cuando se pasa una guerra, los que la han vivido, y han sobrevivido, algunos todo lo ven absurdo: las muertes, las desgracias, la crueldad y la brutalidad descarnada, la violencia y todos los resultados que en realidad no han servido realmente para nada, a la hora de liberarnos del sufrimiento y el dolor.



Eloy. Decir que uno solamente es el culpable de todo lo que nos acontece, eso no es la verdad. Porque, tanto si decimos que no somos los responsables, como sí que lo somos, eso no tiene sentido, ¿verdad? Pues nada es absolutamente cierto o no. Si yo digo que soy el único culpable de lo que me pasa, también podría decir –con la misma radicalidad y seguridad- que tú eres el culpable de lo que me pasa a mí, porque vivimos juntos y me maltratas, me faltas al respeto, etc.

Si todo está unido -como lo está, eso es evidente-, eso quiere decir que todo está interrelacionado con todo lo que existe. Porque hay cosas que nos sobrepasan: el calor o el frío que hace en lugar donde vivimos, la familia donde nacemos, el cuerpo físico que se nos ha sido dado, etc. Y todo eso, no se puede controlar, y sí que se puede controlar. Pero siempre está la puerta abierta, la posibilidad de que no sea solamente una cosa o la otra. Sino más bien, una mezcla de ambas.



Tanto si decimos que el deseo es dulce o es veneno, eso es un engaño. Porque, nada en la vida es absolutamente malo, ni absolutamente bueno. Todo es una mezcla de todo. Si se me permite decirlo, Judas cuando vendió a Jesús, su maestro, estaba ayudando a que el drama y el misterio de la muerte en la cruz, se realizara. Y como este caso, suceden a cada instante. Porque todo es un milagro para bien de nosotros porque nos interesa. O para mal, porque creemos que perdemos.



Sin las historias o con historias somos lo que somos. Por tanto, no importa realmente lo que somos, sino cómo vivimos.



Luciano, no digas que yo he dicho, cuando no lo he dicho. ¿La mutación, el cambio, es posible? Si digo que si, como si digo que no, ¿qué sentido verdadero tiene eso? Hay una cuestión que se nos ha escapado: el infinito. Porque, tantas posibilidades hay para negar infinitamente que la mutación y el cambio es posible; como también hay infinitas posibilidades para afirmar que la mutación y el cambio, sí que es posible.

Los retos, las situaciones, las tenemos que encarar negativamente, para así no darle opción a que el 'yo' pueda operar. Porque el 'yo' es confusión, lo viejo y conocido. Cuando la verdad, la realidad verdadera, es lo nuevo lo que no ha sido tocado por la astuta mente.



Gray. Todo es culpa nuestra, como no es culpa nuestra. ¿Por qué nos gustan las afirmaciones rotundas como bueno o malo, sí o no, me gusta y no me gusta? ¿No hemos quedado que todo es relativo? Pues atengámonos a esa relatividad y veremos que pocos problemas tenemos.



Luciano, puede que hablemos de cosas diferentes. Nosotros nos hemos visto aquí en esta maravillosa tierra. Y eso no se puede cuestionar. Entonces, una vez aquí no damos cuenta que la vida es sufrimiento y dolor, con algunos momentos de alegría y felicidad. Pero siempre el dolor está ahí: el de la pérdida, el de no encontrar, el de querer y no poder, la división terrible que genera los conflictos, la violencia, la guerra, la miseria y las muertes por hambre. Y ese dolor, es algo que está ahí como el de la mujer golpeada cruelmente, el dolor del hombre explotado y humillado. Y todo eso me causa dolor que se convierte en energía, en pasión que hace que me pregunte: ¿De qué manera me liberaré de ese dolor?

Y si lo investigamos detenidamente, veremos que la causa, la raíz del dolor es la división y el conflicto interno. Es decir, como se puede ver dentro de nosotros, yo soy negro, tú eres blanco, yo soy inculto, tú eres cultivado e ilustrado, yo quiero repartir toda la riqueza y otro no lo quiere, uno cree en dios y otro no. Así que toda división genera el conflicto, que al desarrollarse va provocar todos los problemas que tenemos de los nacionalismos, de la derecha y la izquierda, de la mujer y el hombre enfrentados. Lo que quiere decir que la causa de todos los problemas es como ya hemos dicho la división.

¿Cómo se irá la división, que sé que es el origen de todos mis males, mis sufrimientos, mi depresión y ansiedad, mis celos, mis miedos? En el momento que me identifico con la derecha o la izquierda, ya he creado el antagonismo –la división- que va a entrar en conflicto conmigo; lo mismo sucede en la identificación religiosa de creer o no creer, en toda idea o teoría en relación con el cambio, la mutación o no.

Por tanto, habiendo visto que si me identifico me dividido y la miseria, el dolor, estarán en mí, descarto toda identificación en lo que sea. Por tanto, uno no es nada. Porque ser algo, creer en algo, es dar la opción para que opere el ‘yo’ que es el fruto de la división.



Para resumir, si tú has indagado, inquirido profundamente, investigado todo eso de la vida y los problemas que genera, has de saber que el único problema que tenemos que resolver es el de la división interna. Atente a eso, nada más, Luciano. Todo lo demás son especulaciones, distracciones y entretenimientos, una pérdida de tiempo, Por lo que yo no quiero ni especular ni entretenerme. Siento si no te satisface lo que te he dicho antes y ahora.



Sí, Eloy, eso está muy bien, decir que cada cual tiene su verdad y cada cual elige la que cree, ahora yo veo la que veo, mañana podré ver otra. Pero eso que dices ha de estar supeditado a que estés libre de conflicto interno. Porque si no, nos degeneraremos y nos haremos unas fieras peligrosas, brutales y crueles.

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