Es verdad, Gisela, la aceptación
total de algo no es resignación. Sino que es inteligencia. Es ver que tú edad
es la que es y no se puede cambiar, entonces la aceptas plenamente, sin
complejos ni vergüenzas, sin sentirte relegada, sin hacer ningún problema.
Entonces, ahí está la inteligencia operando con su orden, sin división ni
conflicto alguno.
La resignación, tiene una
relación estrecha con la fe. Es decir, uno no entiende nada ni quiere
comprender nada, así que se resigna a lo que le llega, a la autoridad, a obedecer.
De todas maneras, cuando uno está
completamente vencido y desvalido por una crisis, enfermedad, la vejez, puede
que al final sólo quede la resignación. Porque todo no se puede saber ni
comprender. Por ejemplo cuando se pasa una guerra, los que la han vivido, y han
sobrevivido, algunos todo lo ven absurdo: las muertes, las desgracias, la
crueldad y la brutalidad descarnada, la violencia y todos los resultados que en
realidad no han servido realmente para nada, a la hora de liberarnos del
sufrimiento y el dolor.
Eloy. Decir que uno solamente es
el culpable de todo lo que nos acontece, eso no es la verdad. Porque, tanto si decimos
que no somos los responsables, como sí que lo somos, eso no tiene sentido,
¿verdad? Pues nada es absolutamente cierto o no. Si yo digo que soy el único
culpable de lo que me pasa, también podría decir –con la misma radicalidad y
seguridad- que tú eres el culpable de lo que me pasa a mí, porque vivimos
juntos y me maltratas, me faltas al respeto, etc.
Si todo está unido -como lo está,
eso es evidente-, eso quiere decir que todo está interrelacionado con todo lo
que existe. Porque hay cosas que nos sobrepasan: el calor o el frío que hace en
lugar donde vivimos, la familia donde nacemos, el cuerpo físico que se nos ha sido
dado, etc. Y todo eso, no se puede controlar, y sí que se puede controlar. Pero
siempre está la puerta abierta, la posibilidad de que no sea solamente una cosa
o la otra. Sino más bien, una mezcla de ambas.
Tanto si decimos que el deseo es
dulce o es veneno, eso es un engaño. Porque, nada en la vida es absolutamente
malo, ni absolutamente bueno. Todo es una mezcla de todo. Si se me permite decirlo,
Judas cuando vendió a Jesús, su maestro, estaba ayudando a que el drama y el
misterio de la muerte en la cruz, se realizara. Y como este caso, suceden a
cada instante. Porque todo es un milagro para bien de nosotros porque nos interesa.
O para mal, porque creemos que perdemos.
Sin las historias o con historias
somos lo que somos. Por tanto, no importa realmente lo que somos, sino cómo
vivimos.
Luciano, no digas que yo he
dicho, cuando no lo he dicho. ¿La mutación, el cambio, es posible? Si digo que
si, como si digo que no, ¿qué sentido verdadero tiene eso? Hay una cuestión que
se nos ha escapado: el infinito. Porque, tantas posibilidades hay para negar
infinitamente que la mutación y el cambio es posible; como también hay
infinitas posibilidades para afirmar que la mutación y el cambio, sí que es
posible.
Los retos, las situaciones, las
tenemos que encarar negativamente, para así no darle opción a que el 'yo' pueda
operar. Porque el 'yo' es confusión, lo viejo y conocido. Cuando la verdad, la
realidad verdadera, es lo nuevo lo que no ha sido tocado por la astuta mente.
Gray. Todo es culpa nuestra, como
no es culpa nuestra. ¿Por qué nos gustan las afirmaciones rotundas como bueno o
malo, sí o no, me gusta y no me gusta? ¿No hemos quedado que todo es relativo?
Pues atengámonos a esa relatividad y veremos que pocos problemas tenemos.
Luciano, puede que hablemos de
cosas diferentes. Nosotros nos hemos visto aquí en esta maravillosa tierra. Y
eso no se puede cuestionar. Entonces, una vez aquí no damos cuenta que la vida
es sufrimiento y dolor, con algunos momentos de alegría y felicidad. Pero
siempre el dolor está ahí: el de la pérdida, el de no encontrar, el de querer y
no poder, la división terrible que genera los conflictos, la violencia, la
guerra, la miseria y las muertes por hambre. Y ese dolor, es algo que está ahí
como el de la mujer golpeada cruelmente, el dolor del hombre explotado y
humillado. Y todo eso me causa dolor que se convierte en energía, en pasión que
hace que me pregunte: ¿De qué manera me liberaré de ese dolor?
Y si lo investigamos detenidamente,
veremos que la causa, la raíz del dolor es la división y el conflicto interno.
Es decir, como se puede ver dentro de nosotros, yo soy negro, tú eres blanco,
yo soy inculto, tú eres cultivado e ilustrado, yo quiero repartir toda la
riqueza y otro no lo quiere, uno cree en dios y otro no. Así que toda división
genera el conflicto, que al desarrollarse va provocar todos los problemas que
tenemos de los nacionalismos, de la derecha y la izquierda, de la mujer y el
hombre enfrentados. Lo que quiere decir que la causa de todos los problemas es
como ya hemos dicho la división.
¿Cómo se irá la división, que sé
que es el origen de todos mis males, mis sufrimientos, mi depresión y ansiedad,
mis celos, mis miedos? En el momento que me identifico con la derecha o la
izquierda, ya he creado el antagonismo –la división- que va a entrar en
conflicto conmigo; lo mismo sucede en la identificación religiosa de creer o no
creer, en toda idea o teoría en relación con el cambio, la mutación o no.
Por tanto, habiendo visto que si
me identifico me dividido y la miseria, el dolor, estarán en mí, descarto toda
identificación en lo que sea. Por tanto, uno no es nada. Porque ser algo, creer
en algo, es dar la opción para que opere el ‘yo’ que es el fruto de la
división.
Para resumir, si tú has indagado,
inquirido profundamente, investigado todo eso de la vida y los problemas que
genera, has de saber que el único problema que tenemos que resolver es el de la
división interna. Atente a eso, nada más, Luciano. Todo lo demás son
especulaciones, distracciones y entretenimientos, una pérdida de tiempo, Por lo
que yo no quiero ni especular ni entretenerme. Siento si no te satisface lo que
te he dicho antes y ahora.
Sí, Eloy, eso está muy bien,
decir que cada cual tiene su verdad y cada cual elige la que cree, ahora yo veo
la que veo, mañana podré ver otra. Pero eso que dices ha de estar supeditado a
que estés libre de conflicto interno. Porque si no, nos degeneraremos y nos
haremos unas fieras peligrosas, brutales y crueles.
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