Los dictadores no quieren dejar
el poder porque saben que pueden perder la vida, y antes de eso perder todo lo
que tienen. Los que los quieren echar, son como los dictadores asesinos -porque
usan la violencia, matan y destruyen con su terrorismo, poniendo bombas a las
puertas de los edificios públicos donde hay personas inocentes, transeúntes,
etc.-. La diferencia está en que el dictador tiene más capacidad de matar y
destruir que los que lo quieren derrocar y eliminar. Entonces, el dictador como
un ser humano que es, también tiene la necesidad de defender su existencia que
se la está jugando a vida o muerte.
El dictador tiene la mala fama
que se ha cosechado por sus actitudes crueles y brutales. Los que lo quieren
derrocar y eliminar, son dictadores pequeños -infantiles- pero con el tiempo si
llegan al poder serán básicamente lo mismo que el dictador que han derrocado.
Porque tienen la misma manera de proceder: vencer sea como sea. Es decir, viven
en la división y el conflicto, que al desarrollarse llega la violencia, el
estado de guerra perenne. Y por eso, es que todos los dictadores tienen
ejércitos y policías, espías y chivatos, jueces que ejecutan las leyes que van
a su favor, le ayudan a proseguir en el poder.
Patricia, si la ignorancia fuera
más rápida que la inteligencia, tal vez, ya hubiéramos desaparecido de la faz
de la tierra. Porque el más rápido se supone que es el que vence, a la corta o
a la larga.
Lo que quiere decir ese texto que
has publicado, es que el ignorante -el insensible y cruel- ese sí que corre sin
importarle el mal que cause y genere. Y el inteligente -el sensible- es más
observador, es más cauto, no es ansioso ni neurótico, porque sabe que a cada
paso que da está destruyendo toda clase de vida -recordemos cuando vamos al
campo abierto o un gran parque, todo lo que pisamos y aplastamos, tropezamos y
molestamos a la vida que allí existe, vive.
Cuando somos felices, Juan
Carlos, ¿qué poco transcendentes que somos? Gozamos de todo, todo nos da
placer, dicha, vitalidad y belleza. Ahora hay que descubrir, ¿por qué el hombre
ha inventado a Dios y se pregunta dónde está? ¿Es por qué tiene miedo, se
encuentra aburrido, vacío, sin soportar la soledad?
Patricia, ¿puedes explicar a qué
te refieres cuando recomiendas a Seassure y Barthes? Pues, aunque son
lingüistas, especialistas en escritura y en comunicación, no acabo de ver a qué
te refieres al mencionar esas personas. Creo que será interesante leer lo que
tengas que decir. Gracias.
Una cosa que no existe nos se
puede estudiar ni describir. Solamente se puede decir que no es. Y eso es el
camino: no hay sendero, ni camino. Sólo hay un responder a cada reto. Responder
a cada segundo muriendo a él instantáneamente.
"La "Causa" -del
universo- es eterna. El universo es infinito. Lo Eterno contiene a lo infinito.
Lo infinito no puede existir sin lo eterno".
Lo eterno y lo infinito son lo
mismo. Una cosa es la otra. Aunque cambiemos poniendo a uno como soporte del
otro. Porque el que soporta es lo mismo que lo soportado. Porque desde el
principio que lo investigamos hasta el final -según la apreciación humana- todo
es una unidad indivisible, la misma energía.
Tito, si tú no ves el
sufrimiento, el dolor que hay por todas partes, porque no ves la vida tal y
como es. O, es que estás completamente más allá del bien y del mal, o es que
estás ciego y no te enteras de nada. Como les pasa los que tienen la mente
profundamente alterada -los discapacitados mentales-.
He leído tu entrevista en el
diario…, de ayer.
Voy a escribirte en castellano,
por si no entiendes adecuadamente el catalán.
El problema que tenemos los seres
humanos, es que cada cosa que hacemos puede ser adecuada o no. Pues todo lo que
hacemos como está participado del infinito, de lo que no tiene fin, puede
acabar todo en una carrera por llegar a ninguna parte. Por lo que nos genera
ansiedad, confusión, desorden, que se manifiesta en la división y el conflicto
en que vivimos,
Por tanto, ¿somos conscientes
-tanto los científicos, como cualquier persona- que por mucho que corramos no
vamos a encontrar nunca la meta, el final?
Desde hace millones de años, los
hombres están evolucionando, investigando para derrotar la angustia y el miedo
a la vida, el dolor, la muerte, pero eso no es posible. Porque siempre habrá
algo que nos derrotará, que no alcanzaremos. Psicológicamente, sí que hay una
posibilidad de ir más allá del dolor que nos proporciona la vida -no en lo
físico y material-. Viendo que el deseo de más y más seguridad es vano, ya que
la seguridad no existe en absoluto. Entonces si ves que no hay nada que
conseguir, es cuando el tiempo psicológico se detiene -con todo su pasado, el
presente, el futuro, que es el invento del pensamiento, que es toda la memoria
acumulada de todo lo que nos ha acontecido a lo largo del tiempo, durante
millones de años-.
Si vemos que el deseo en lo
psicológico es un peligro -como lo es-, lo descartaremos ¿no? Y si descartamos
el deseo que nos hace avariciosos, codiciosos de más y más, entonces todo el
desorden que genera -división y conflicto, insensibilidad e indolencia,
brutalidad, violencia, guerra- estará fuera de nuestras vidas. Porque el orden
llega cuando descartamos el desorden, la confusión, la división, el conflicto.
Solamente, uno tiene que ver que ese desorden y confusión es un peligro en el
que nos va la vida en ello, como cuando estamos al borde de un gran acantilado,
un precipicio. Y si vemos realmente, sin huir ni querer cambiar eso que vemos,
la acción que llegue es la inteligencia, que es amor. Por eso en la inacción,
hay acción total. Es como llenar un globo de aire, si no te detienes cuando ya
está lleno, esa inacción hace que provoque la acción total que es orden, el que
reviente. Pues, en la observación es lo mismo, al no huir ni querer alterar lo
que observamos, ello ha de operar pero sin nuestra voluntad. Ya que en la
voluntad está la subjetividad, la acción del 'yo' divisivo y conflictivo,
generador del desorden.
Todo eso que se dice en el
escrito, es cierto. Es lo que solemos decir, que tanto el observador como lo
observado, forman una unidad, es lo mismo; sobre todo si son de la misma lengua
y cultura. Pero dando un paso más, cuando el observador y lo observado se
fusionan en una unidad indivisible, no hacen falta pronunciar palabras para
poder comunicarse. Para mí la comunicación no verbal es más profunda,
interesante, sincera y verdadera. Gracias, Patricia por tu eficiencia y
claridad.
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