miércoles, 5 de diciembre de 2012

Escritos y publicaciones,4-12-2012


Si una persona se libera, haga lo que haga -esté quieto o moviéndose, hablando o callado- esa libertad, que es orden, llega a toda la humanidad.



Si es que somos serios y profundos, veremos que todo el problema soy yo. Pues cuando yo estoy bien, la relación con los demás no tiene problemas.



Cuando vemos el orden y la belleza del morir, es cuando no hay miedo a la muerte. Gracias, Max, por tu aportación.



Conozco a Buda, he leído bastante de él y sobre él. Y cada uno, dice de él, que dijo lo que transcribe, o repite. Creo que la esencia de todo lo que dijo Buda se reduce a: ¿Cómo te liberas del dolor? Y para yo liberarme del dolor, no puedo maltratar a Etania –explotarla, hacer las cosas de manera para que pase hambre y viva en la miseria-.



Enghelberrtb. Eso es como cuando tenemos con nosotros un niño de tres o cuatro años: somos nosotros los responsables, si rompen un jarrón, encienden fuego en la casa, porque hemos de estar siempre al tanto de lo que hacen. Y de esa manera, esa comprensión de que son niños inconscientes y del mal que pueden generar, es donde se genera el orden. Y ese orden es la mayor dicha que tiene la vida. Aunque ese es un trabajo que no nos gusta hacer, porque somos egoístas y queremos salirnos con lo nuestra: el ordenador, oír música, ir solos por nuestra cuenta, ser indiferente de las necesidades y el dolor de los más necesitados de ayuda. Hay unos que enseñan y otros que reciben la enseñanza. Y todo eso tiene un precio.



El SIDA, no tiene sólo una causa. Es un síndrome. Es decir es una enfermedad que agrupa a su vez varias de ellas, debido a una debilidad corporal extrema -insuficiencia- por el abuso y el desorden en todos los ámbitos de la vida: alimentación, sexual, de higiene, desorden en el dormir, de ingestión de drogas, y todos los problemas psicológicos que genera el ser un marginal, rechazado. Por tanto, si queremos ayuda a alguien que tiene esa enfermedad, uno tiene que empezar por no enfocar solamente en una causa y motivo el origen de ese trastorno.



Tao. Sé prudente y demuestra ese amor que dices que tienes. Porque tu comportamiento es de un fanático, que odias a las personas.



No te das cuenta, Tao, que tu actitud tan fanática y destructiva contra ciertas personas, es absurda. Porque, tú también haces con tu manera de tratar a las personas que te tengan fobia, que te odien y quieran destruirte. Y entonces, ya estamos con el conflicto y la guerra. ¿Es eso lo qué quieres? ¿Es religión provocar y hacer la guerra? Me parece que estás completamente condicionado para odiar a unas personas; y eso te está destruyendo, te está enloqueciendo. Por lo que, tú que quieres orden estás provocando, generando desorden en tu vida y en la de los demás.



El conocimiento nos lleva a la ilusión -que es ignorancia-. Pues el conocimiento, como las experiencias, es infinito. Por tanto, uno ha de ser su director y comer -conocer y experimentar- justo lo que necesite.



Por fin has quitado la careta. Como no podía ser de otra manera, no puedes soportar el vivir fuera de tu paraíso de un rico inmoral y corrupto. Es tu derecho. Y así, es cuando vendrá el orden. Sin mentiras ni falsedades, para no perder la poltrona ni el negocio de la política.



Pero, Tao, ¿por qué quieres destruirlos? A ti también te quieren destruir. ¿Ves en la guerra qué te has metido? Si es que tanto los quieres, crea un hospital para curarlos, o participa como cooperante en una institución que se dedique al cuidado y curación de esa enfermedad. Porque si solo destruyes, es que estás acabado.



La mente tiene miedo y huye al tener pánico. Y así se refugia en el desorden donde ella cree estar segura, y alucina en que eso es claridad. Pero cuando uno ve la falsedad, la ilusión de todo esto, es cuando llega la dicha del ver la realidad.



Gisela. Tanto el más allá, como el más acá, es lo mismo. Solamente hay que perder el miedo y vivirlo. Es como decir que todos somos básicamente iguales psicológicamente.



La fe es cosa de ignorantes. Porque si comprendiéramos, ¿por qué habríamos de tener fe? La fe es la que mata a la teología, y genera fanáticos. ¿Se podría hacer una guerra sin fe en un dios, en una idea o teoría, ya sea religiosa o política? Y por eso que tienen tanta fe, que siempre están hablando de dios, dicen que hablan con él, lo adoran. Cuando todo eso es una trivialidad infantil, porque de dios no puede hablarse de él con los parámetros humanos. Pero se han acostumbrado a ese dios y han hecho de él un negocio. Bendicen a las personas en nombre de él -cuánta soberbia y fatuidad- se hacen sus sacerdotes sacando los beneficios de las vulnerables, temerosas e inocentes personas. Es curioso que cuando el país, sus personas, es más subdesarrollado más crea en dios, en sus sacerdotes y sus maneras. Pues las personas subdesarrolladas, con su miedo a los ricos y poderosos, a las autoridades, al más allá, a todo lo que es la vida, encuentran en esa fantasía de los santos -todos los santos no lo son, porque todo el que vive o ha vivido ha tenido algo de maldad, de lo contrario hubieran muerto-, de dios, un consuelo, una ilusión. Y como esa ilusión no se puede comprender, recurren a la superstición -misas, comuniones, celebraciones religiosas- y al fanatismo para reforzarla. Y cuando alguien los cuestiona se ponen agresivos, violentos, crueles. Lo cristianos son de los que más han asesinado para defender esa idea religiosa. Han quemado en la hoguera, han torturado, han expulsado, maltratado psicológicamente y también físicamente a todo el que no participaba de su fanatismo religioso -y todavía lo hacen-.
Y es porque tienen fe, que no comprenden la vida. Y así, se quejan de que los sacerdotes, los ritos arcaicos de una élite, están perdiendo su influjo. Sin darse cuenta que ese es el devenir de la vida. El que tiene algo lo puede perder, el que tiene mucho pierde mucho también. Los cristianos han tenido una preeminencia absoluta, con su complicidad de las autoridades políticas -mundanas, corruptas, etc.-, en el ámbito de la religión, educación, las costumbres y la moral. Pero siguiendo con la verdad, con la manera como funciona la vida: toda mentira o falsedad, toda idea o teoría está sujeta al deterioro, degeneración y desaparición. Sólo de lo que no tratan las religiones organizadas, que es el amor, es eterno, no-corrupto, no afectado por la temporalidad ni los caprichos ni las necesidades de los hombres.

Ustedes, los que se autodenominan religiosos, ¿tienen amor, viven por y para el amor? Me temo que no tienen nada de amor, cuando son obedientes a una doctrina inflexible, dogmática, dirigida por un gurú católico, que vive en un palacio, luce joyas en la mano, viste como un enloquecido disfrazado extravagante, está rodeado por una mafia, que tiene sus bancos, que tiene su ejército, sus jueces y leyes, sus cárceles, que es un estado soberano. Que invierte sus abundantes ingresos económicos en fábricas de armamentos, para hacer la guerra, para asesinarse unos a otros.

¿Es esto amor? Eso no es amor. Y si descartamos lo que no es amor, tal vez, puede que llegue el amor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario