Y, ¿qué pasa con la perturbadora
muerte a la que tanto miedo tenemos? ¿Qué pasa con todos esos recuerdos, que es
el 'yo'? ¿Qué pasa con César, Drona, Humberto, Toni, con los miles de millones,
con los incontables que se han muerto?
Si hay dualidad, deseos
contrapuestos, es que hay conflicto. Míralo atentamente, con toda la atención,
y habrá un descernimiento que descartará el conflicto.
La furia es pasión. Y sin pasión
-que no sea fanatismo-, ¿puede haber amor?
El estómago es un a bolsa
cerrada, con orificio que va a la boca y otro al ano, ¿cómo pueden introducir o
sacar alimento de esa manera?
Si uno no se conoce, ¿cómo va a
conocer a los otros que son como él? Y la inteligencia, ¿no es el arte de vivir
sin conflictos con los demás, que son como nosotros? Una inteligencia, sin una
buena relación con las personas con quien convivimos, ¿es eso realmente
inteligencia?
Pensar que lo que hace uno es una
estupidez, una locura, sin darse cuenta que nosotros también somos igual pero a
otro nivel, es la ilusión de la ignorancia.
¿Podemos vivir preocupados sin
hacer de eso un problema, otra preocupación más?
Yevakte, todo eso que has
explicado tiene su sentido. Pero el ser humano tiene mucha capacidad para
cambiar y adaptarse a lo que necesita. Sexualmente actuaba como los animales
-sólo copulaba cuando la hembra era fértil, estaba en celo-, pero lo ha
cambiado de manera para hacerlo en cualquier momento, cuando quiera. Respecto
de comer carne -y que tenemos el cuerpo para ser herbívoros-, eso tampoco le es
un obstáculo para él. Pues hace millones de años que come carne. Y eso no ha
hecho que se extinga.
¿Sabes por qué el hombre es carnívoro?
Porque descubrió que la carne era el mejor combustible para la vida que llevaba
-y lleva-: de codicia y avaricia, de egoísmo, de robar, y matar a otros que le
molestan, de defenderse de los que le atacan.
Vamos a aclarar un poco más: la
homosexualidad, para el plan de la naturaleza es negativa porque altera el
proceso reproductivo entre macho y hembra. Y de ahí es de donde se desprenden
todos los problemas que genera. Eso es una cosa descriptiva,
biológica-funcional.
Ahora vamos al hecho real que
sucede con la homosexualidad: pongamos que subimos a un avión setenta personas
y entre ellas hay cinco homosexuales, ¿cuál es el problema: lo qué hagan con su
ademanes y sus maneras, cómo visten y cuáles son sus intereses? ¿No hacemos
todos lo mismo, cada uno en su ámbito y necesidad? Lo que está claro, es que
cualquier persona -sea homosexual o quien sea-, tiene todo el derecho de vivir
como quiera y hacer lo que quiera, por extraño, extravagante o negativo que nos
parezca. Pues si hay algo que lo arregla todo es el amor. Y rechazando,
despreciando, insultando a alguien que decimos que tiene problemas, eso no es
amor. Y por tanto, si no hay amor, no podremos ayudarnos ni curarnos de los
males que todos tenemos.
Para que venga lo nuevo, hay que
morir a lo viejo y repetitivo, el pasado, al segundo que está corriendo uno
detrás de otro.
Sin el vacío solamente podemos
ver lo aparente. El vacío es la inteligencia que ve, es la conciencia.
Cuando nos damos cuenta que toda
la energía es la original. Es cuando la energía fluye completamente, al no
perderla en las divisiones y los conflictos.
Hacemos el bien porque hay que
vivir. Y vivir como un animal, ¿qué sentido tiene? Por eso, uno siempre tiene
que descartar lo que corrompe eso que creemos que es el bien.
El deseo cuando se consume es un hecho. Si somos cuerdos,
serios, los hechos no se pueden cambiar. Otra cosa es que hagamos de un hecho un problema que llevemos arrastras,
Porque los hechos al ser del pasado están muertos y no sirven de nada. Si
alguien me insulta, eso es un hecho. Pero una vez consumado, ¿por qué tengo que
hacer un problema con eso?
Los primeros retos son los vitales: comer, beber, dormir,
cuidar del cuerpo para que no se queme ni se hiele, ni enferme, etc. Luego
están los retos psicológicos -culturales, inventados, que se convierten en
necesarios-. Los retos psicológicos necesitan ser alimentados como si fueran
los del cuerpo: rezar, verse con ciertas personas, buscar aventuras para
sentirse vivo, desafíos de toda clase. Y la búsqueda de placer.
Los retos si no son comprendidos y se les da la importancia
que tienen, para vivirlos o descartarlos, nos dividen de la realidad y nos
dejan en conflicto. Por lo que un reto o se vive, o se descarta radicalmente.
Mientras no comprendamos el condicionamiento, estamos en el
ámbito de la competitividad, la disputa y el enfrentamiento. Pues, ese condicionamiento
es el del animal. Por eso, toda persona, y animal, es vista como un competidor,
un peligro, un rival que hay que vencer.
No hay nada. Pero si que hay. Aferrarse a que no hay nada,
como aferrarse a que si que hay, es la ignorancia de la falta de inteligencia.
Porque agarrándose a la negación como a la afirmación, nos dividimos, entramos
en conflicto y la dualidad.
Escondamos o no escondamos nuestra tendencias contra algo o
alguien, algún grupo de personas, eso no importa. Lo importante no es lo que
pasa por la mente, los pensamientos que son ondas mentales. Lo realmente
importante, es la acción, qué hacemos con esas personas que son marginadas por
racismo, tendencias sexuales, religiosas, nacionales, políticas, etc. Pues, la mente no se la puede dominar. Pero
si ir más allá de ella, vaciarse de ella. Y así enfrentarnos al reto, que
siempre es lo nuevo, de una manera prístina, inocente. Y así que llegue la
compasión, el amor.
¿Dónde está la sensibilidad, dónde las creencias
religiosas, el humanismo y los derechos humanos de los políticos? Ante una
imagen como está, deberían deprimirse, llorar, bramar por el dolor que causamos
a los demás. Todos somos culpables. Pues para que haya ricos, han de haber
pobres y miserables. Gracias, Etania, por tu exposición y sensibilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario