lunes, 24 de diciembre de 2012

Escritos y publicaciones, 25-12-2012



Mientras la mente no se vacíe de su contenido -el condicionamiento heredado-, seguirá siendo un instrumento que solamente está para resolver problemas. Y por tanto, ella sólo ve y genera problemas.

Por eso, Jahaziel, lo esotérico, el ocultismo, etc., todo es una ilusión. Porque es cada uno, aceptándolo, el que fabrica cada experiencia por extraordinaria y grandiosa que sea. Pero el peligro es comenzar, como en toda actividad y situación, porque luego hay que descartarlo y salir. No estoy negando ni imponiendo, sólo estoy informando.

¿En el esfuerzo hay amor? Descúbralo y verá qué maravilla que encuentra.

Una de las cosas más extraordinarias de la vida es la unidad que existe entre todo lo que existe. En el ámbito físico, es relativamente fácil verlo y comprenderlo: cuando hace mucho frío, el agua se congela y cuando hace calor todo florece y es esplendoroso.
Pero, en el ámbito psicológico, comprender y vivir que la conciencia solo es una e indivisible. Que todo está relacionado, eso es el verdadero obstáculo que se antepone ante nosotros, por el que hay que pasar. Por ejemplo: uno sabe que tiene que morir porque el cuerpo se le ha acabado su tiempo. Por lo tanto, también tiene que morir a toda dependencia, al aferrarse a lo conocido, tiene que perder el miedo a lo desconocido que es la muerte.
Así que esa unidad que vemos tan facilona, cuando llegan las pruebas se torna en pánico, en miedo, en tristeza y desesperanza, al tener que deshacerse de todo a lo que estamos aferrados y acostumbrados Por eso, lo que se dice, lo que se lee o escucha no es un hecho. Pues el hecho siempre está vivo, incontrolable, perturbador. Pero los hechos, son la ley implacable de la vida.

Fernando. He dicho antes que no niego ni afirmo. Vamos a ponerlo de esta manera: pongamos que tú mantuviste conmigo una conversación telepáticamente durante una hora, ayer. Y hoy o mañana nos vemos por casualidad, ¿qué crees tú que pasaría? Yo no sabría nada de nada. Pero habría algo en mí que me une a ti más de lo normal, algo que está más allá de las palabras. Pregunta: ¿Esa unión era porque tú me transmitías en ese momento cierta unidad conmigo o porque yo recibí todo lo que me dijiste telepáticamente?
Y entonces, ¿eso qué tiene de extraordinario? Cuando el peligro está en que uno lo repita y repita, aislándose, y generándose una personalidad neurótica.

Todo el punto está en la unidad. Cuando uno ve que no hay división en absoluto -el pensador y el pensamiento son los mismo- toda separación, ilusiones, ignorancias, llegan a su fin. ¿Es eso a lo qué te referías, Shw?

El universo está en expansión y en contracción. Porque el paradigma de que la energía ni se crea ni se destruye sino que se transforma, quiere decir que hay un momento que se destruye -contracción- y otro que construye, se expande.
Y ese mismo patrón es el que hace que la vida sea: destrucción, amor y construcción.

Cuando no somos felices de todo hacemos un problema. Y el problema está dentro de nosotros. Por eso, necesitamos una excusa para pasarlo bien un día, unas vacaciones, una fecha preestablecida. Cuando todos los días son para poderlos gozar, viendo la belleza que hay por todas partes. Y como la mayoría hace lo mismo, entonces el contagio psicológico, social, cultural, folclórico, es más poderoso. Lo que quiere decir que el ambiente es más agobiante y agresivo con los que ven todos los días iguales para poder disfrutarlos, porque no necesitan esas explosiones festivas, ruidosas, alienantes, uniformistas.

¿Por qué queremos disculpar lo que tienen  de humano -los fallos- los gurús y maestros a los que estamos aferrados? Eso es signo de ignorancia, pues un hecho si se justifica hay pérdida de energía y aparece la confusión y el desorden.
Voy a volverlo a decir, tanto Buda, como JK., a pesar de su sabiduría, etc., erraban, mentían -eran contradictorios-, tenían todas las debilidades que todos tenemos. Y esa misma tendencia a disculpar, sin querer ver la parte humana, es la misma que tienen los cristianos con Jesús, con los santos, con el Papa y su curia vaticana.

Eso que has escrito, Jahaziel, sobre lo favorable que sería enseñar el escepticismo desde las escuelas, eso ¿quién lo tiene que hacer? Las autoridades no lo van a consentir. Los colegios privados, que son un negocio, y necesitan de alumnos con dinero, que los padres quieren que sus hijos sean adinerados como ellos, no podrán tampoco hablar favorablemente del escepticismo. Porque el escéptico quiere decir que uno no traga todo lo que le llega, le dicen e informan. Y eso quiere decir, investigar, inquirir, buscar la verdad. Y la verdad, como su nombre dice, quiere decir desnudar la realidad, el establishment, para que se vea tal cual es. Así que, eso parece difícil que sea posible. Por lo que, es uno el que tiene que empezar a vivir esa manera que sería tan favorable llevarla a los colegios. Porque, cuando vemos claramente algo, actuamos sin que nadie nos lo diga ya sea favorablemente o no.

La religión organizada es un  negocio de poder, que al desarrollarlo hasta el extremo se hace dictatorial, chabacano y un engaño.

Es una simpleza dar toda la culpa y responsabilidad de la muerte de alguien a una sola persona -el asesino-. Si todo está unido -como lo está- hay una interelación de víctima y verdugo. Todos esos personajes hicieron mucho para morir de esa manera: lo que dijeron, lo que hicieron y cómo vivieron. Que aunque para unos  era música celestial para otros era irritante, provocador y les incitaba a querer destruirlos. Ellos, los que mueren asesinados, ya sabían que podían acabar así, pero asumieron el riesgo sin variar su rumbo y comportamiento.

Por esa misma razón de ser escépticos, uno no tiene que creer ni en Buda ni nadie que diga que sabe. Sólo uno ha de llegar mirar y ver. Sólo es lo verdadero.

La vida es una lucha de poder de todos contra todos y fatalmente el competidor más cercano entre una mujer y un hombre, son ellos mismos. ¿Con quién tenemos los problemas, sino con los que convivimos: padres, hermanos, pareja, vecinos, amigos?  Y, desde un punto relacional de especie el hombre y la mujer están condenados a colisionar. Viene a ser algo así como colisionan el pobre y el rico. El rico quiere seguir siendo rico –ejercer el poder-. Y el pobre quiere ser rico. Pero para los dos ser ricos no hay bastante energía, no hay bastante sabiduría. Por lo que los dos han de ser pobres a la hora de ejercer el poder, sencillos, desprendidos, para intentar ser igualitarios, empáticos.

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