Mientras la mente no se vacíe de
su contenido -el condicionamiento heredado-, seguirá siendo un instrumento que
solamente está para resolver problemas. Y por tanto, ella sólo ve y genera
problemas.
Por eso, Jahaziel, lo esotérico,
el ocultismo, etc., todo es una ilusión. Porque es cada uno, aceptándolo, el
que fabrica cada experiencia por extraordinaria y grandiosa que sea. Pero el
peligro es comenzar, como en toda actividad y situación, porque luego hay que
descartarlo y salir. No estoy negando ni imponiendo, sólo estoy informando.
¿En el esfuerzo hay amor?
Descúbralo y verá qué maravilla que encuentra.
Una de las cosas más
extraordinarias de la vida es la unidad que existe entre todo lo que existe. En
el ámbito físico, es relativamente fácil verlo y comprenderlo: cuando hace
mucho frío, el agua se congela y cuando hace calor todo florece y es
esplendoroso.
Pero, en el ámbito psicológico,
comprender y vivir que la conciencia solo es una e indivisible. Que todo está
relacionado, eso es el verdadero obstáculo que se antepone ante nosotros, por
el que hay que pasar. Por ejemplo: uno sabe que tiene que morir porque el
cuerpo se le ha acabado su tiempo. Por lo tanto, también tiene que morir a toda
dependencia, al aferrarse a lo conocido, tiene que perder el miedo a lo
desconocido que es la muerte.
Así que esa unidad que vemos tan
facilona, cuando llegan las pruebas se torna en pánico, en miedo, en tristeza y
desesperanza, al tener que deshacerse de todo a lo que estamos aferrados y
acostumbrados Por eso, lo que se dice, lo que se lee o escucha no es un hecho.
Pues el hecho siempre está vivo, incontrolable, perturbador. Pero los hechos,
son la ley implacable de la vida.
Fernando. He dicho antes que no
niego ni afirmo. Vamos a ponerlo de esta manera: pongamos que tú mantuviste
conmigo una conversación telepáticamente durante una hora, ayer. Y hoy o mañana
nos vemos por casualidad, ¿qué crees tú que pasaría? Yo no sabría nada de nada.
Pero habría algo en mí que me une a ti más de lo normal, algo que está más allá
de las palabras. Pregunta: ¿Esa unión era porque tú me transmitías en ese
momento cierta unidad conmigo o porque yo recibí todo lo que me dijiste
telepáticamente?
Y entonces, ¿eso qué tiene de
extraordinario? Cuando el peligro está en que uno lo repita y repita,
aislándose, y generándose una personalidad neurótica.
Todo el punto está en la unidad.
Cuando uno ve que no hay división en absoluto -el pensador y el pensamiento son
los mismo- toda separación, ilusiones, ignorancias, llegan a su fin. ¿Es eso a lo
qué te referías, Shw?
El universo está en expansión y
en contracción. Porque el paradigma de que la energía ni se crea ni se destruye
sino que se transforma, quiere decir que hay un momento que se destruye
-contracción- y otro que construye, se expande.
Y ese mismo patrón es el que hace
que la vida sea: destrucción, amor y construcción.
Cuando no somos felices de todo
hacemos un problema. Y el problema está dentro de nosotros. Por eso,
necesitamos una excusa para pasarlo bien un día, unas vacaciones, una fecha
preestablecida. Cuando todos los días son para poderlos gozar, viendo la
belleza que hay por todas partes. Y como la mayoría hace lo mismo, entonces el
contagio psicológico, social, cultural, folclórico, es más poderoso. Lo que
quiere decir que el ambiente es más agobiante y agresivo con los que ven todos
los días iguales para poder disfrutarlos, porque no necesitan esas explosiones
festivas, ruidosas, alienantes, uniformistas.
¿Por qué queremos disculpar lo
que tienen de humano -los fallos- los gurús
y maestros a los que estamos aferrados? Eso es signo de ignorancia, pues un
hecho si se justifica hay pérdida de energía y aparece la confusión y el
desorden.
Voy a volverlo a decir, tanto
Buda, como JK., a pesar de su sabiduría, etc., erraban, mentían -eran
contradictorios-, tenían todas las debilidades que todos tenemos. Y esa misma
tendencia a disculpar, sin querer ver la parte humana, es la misma que tienen
los cristianos con Jesús, con los santos, con el Papa y su curia vaticana.
Eso que has escrito, Jahaziel,
sobre lo favorable que sería enseñar el escepticismo desde las escuelas, eso
¿quién lo tiene que hacer? Las autoridades no lo van a consentir. Los colegios
privados, que son un negocio, y necesitan de alumnos con dinero, que los padres
quieren que sus hijos sean adinerados como ellos, no podrán tampoco hablar
favorablemente del escepticismo. Porque el escéptico quiere decir que uno no
traga todo lo que le llega, le dicen e informan. Y eso quiere decir,
investigar, inquirir, buscar la verdad. Y la verdad, como su nombre dice,
quiere decir desnudar la realidad, el establishment, para que se vea tal cual
es. Así que, eso parece difícil que sea posible. Por lo que, es uno el que
tiene que empezar a vivir esa manera que sería tan favorable llevarla a los
colegios. Porque, cuando vemos claramente algo, actuamos sin que nadie nos lo
diga ya sea favorablemente o no.
La religión organizada es un negocio de poder, que al desarrollarlo hasta
el extremo se hace dictatorial, chabacano y un engaño.
Es una simpleza dar toda la culpa
y responsabilidad de la muerte de alguien a una sola persona -el asesino-. Si
todo está unido -como lo está- hay una interelación de víctima y verdugo. Todos
esos personajes hicieron mucho para morir de esa manera: lo que dijeron, lo que
hicieron y cómo vivieron. Que aunque para unos
era música celestial para otros era irritante, provocador y les incitaba
a querer destruirlos. Ellos, los que mueren asesinados, ya sabían que podían
acabar así, pero asumieron el riesgo sin variar su rumbo y comportamiento.
Por esa misma razón de ser
escépticos, uno no tiene que creer ni en Buda ni nadie que diga que sabe. Sólo
uno ha de llegar mirar y ver. Sólo es lo verdadero.
La vida es una lucha de poder de
todos contra todos y fatalmente el competidor más cercano entre una mujer y un
hombre, son ellos mismos. ¿Con quién tenemos los problemas, sino con los que
convivimos: padres, hermanos, pareja, vecinos, amigos? Y, desde un punto relacional de especie el
hombre y la mujer están condenados a colisionar. Viene a ser algo así como
colisionan el pobre y el rico. El rico quiere seguir siendo rico –ejercer el
poder-. Y el pobre quiere ser rico. Pero para los dos ser ricos no hay bastante
energía, no hay bastante sabiduría. Por lo que los dos han de ser pobres a la
hora de ejercer el poder, sencillos, desprendidos, para intentar ser
igualitarios, empáticos.
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