Cuando hablamos de posibles
descripciones, si pensamos infinitamente todo cambia y puede suceder, en el
ámbito que sea. Por eso, la palabra infinito es tan arrebatadora, perturbadora,
porque es el amor.
Leer o escuchar algo, como si
tomáramos una pastilla, y creerlo sin investigarlo con una actitud escéptica,
es propio de personas poco evolucionadas mentalmente.
Patricia, aunque tengas razón en
que todo se hace repetitivo llegado un momento dado, eso sucede en todo. Pues
no hay más cera que lo que quema. Eso no quiere decir que por higiene mental o
física, una deje de hacer algo. Pero, hagamos lo que hagamos todo siempre va
estar dentro del paradigma de la vida: alegría y felicidad, sufrimiento y
dolor, física, química, matemáticas. Y no hay más. Pero, si una ha comprendido,
se ha dado cuenta de la manera cómo funciona la vida, goza haciendo lo que
tiene que hacer. Entonces, la repetición se convierte en lo nuevo. Eso sucede
en lo más vulgar y repetitivo que hacemos: comer, dormir, vestirnos y desvestirnos,
vernos siempre con las mismas personas, deshacer la cama y volverla a hacer. Y
todo esto se convierte en algo absurdo, sino descubrimos el sentido de eso que
hacemos para que haya orden, para que no haya confusión y desorden en nuestras
vidas. Y si eso es así, es cuando estamos influyendo en toda la humanidad.
"¿Cómo vamos a ayudar a la
humanidad si no podemos ayudarnos a nosotros mismos?"
Ahí empieza y acaba todo. Porque
uno da lo que tiene. Si tenemos orden, ese orden llega a los demás. Y si vivimos
en el más absoluto desorden, todo lo que hagamos estará afectado por ese
desorden. Así que es cabal lo que uno hace, lo que uno es en la vida.
Lo conocido está muerto, pero se le
puede volver a dar vida. Eso es el poder del amor, que todo lo transforma para
que todo funcione mejor. Porque el amor es lo nuevo, lo que está más allá de la
mente. Lo que la mente no ha tocado.
Esto de que hablas, Shw, tan
repetidamente sobre el vacío, tiene su peligrosidad para los que tienen una
tendencia nihilista. Porque si viajamos por el espacio, cuando más nos alejemos
de la tierra la veremos como una gran piedra redonda, luego un punto y
finalmente nada. Lo que quiere decir que en un grano de arena, allí se esconde
otro mundo como la tierra o una constelación, una galaxia.
Por lo que hay que volver a lo
que nos interesa: ¿Cómo nos liberamos del dolor?
He leído tu entrevista de ayer, 19-12-2012, en el diario...
Gracias, por tus informaciones y comentarios.
Todo es una pantomima, un teatro, siempre lo mismo, una
lucha por el poder para seguir dominando. Aunque tal vez los políticos -con su
insensibilidad-, tan acostumbrados a esas luchas e intrigas, no son plenamente
conscientes. O, no le dan tanta importancia como los intelectuales, los
periodistas, los lectores de diarios, etc.
Por lo que, todo sigue como siempre. Antes, cuando
desbancaban a algún rey se creían que ya estaba todo arreglado. Pero, un
presidente es tan poderoso como un rey. Lo que cambia es que el rey si no lo
echan, no se va. Y los presidentes, en unas elecciones democráticas, en cuatro
u ocho años se va.
En todo lo demás, al ahora de solucionar los problemas de desigualdad,
de pobreza, de respeto, de corrupción e inmoralidad, todo sigue igual que
siempre. Porque los que votan a los políticos son igual de corruptos que ellos.
Pues, es preciso que alguien que tiene un comportamiento corrupto, elija para
dirigir y solucionar sus problemas a otro corrupto. Y así, es como se cierra el
círculo de que el votado es igual que el que vota para elegir a los políticos
que les van a dirigir
Por tanto, es uno el que tiene que solucionarse sus
problemas de moralidad, de no-corrupción, de brutalidad, de violencia,
descubriéndose cómo funciona su pensamiento. Pues siempre lo interno se impone
a lo externo, aunque sea ir contra las sanciones legales, la autoridad y
quiénes la representan.
He leído tu entrevista de ayer. Gracias por tus comentarios
e informaciones.
Hay dos cosas que dices que encuentro que te equivocas:
Dices que la frase: 'Si no te recuerdan, no importa lo
bueno que seas', es fascista. ¿Por qué? Si tú eres buena persona, no eres
corrupto ni inmoral, no eres hipócrita, quieres la igualdad para todos de
verdad, incluso para tus enemigos, y luchas por ella. ¿Qué importa lo qué diga
yo o un millón de personas?
La igualdad -que no existe ni puede existir como la
entendemos- es muy importante, no solamente cuando estás oprimido. Sino cuando
tú oprimes a los demás. Porque si sólo te defiendes a ti mismo, ahí hay una
trampa: que es creerse que uno es perfecto. Y nadie es perfecto, porque todos
nos molestamos unos a otros Por eso, la igualdad ha de ser en doble dirección
-para ti y para los otros-. Cuando uno defiende su nacionalismo, es a costa de
otro que también tiene su nacionalismo. Entonces, por la fuerza de los hechos,
el nacionalismo más poderoso se va apoderar del nacionalismo más débil, pequeño
y vulnerable. Y entonces eso de la igualdad es la misma estupidez que el decir
la no-violencia, cuando ese que dice eso es igual de violento que cualquier
otro. ¿Puede haber no-violencia cuándo hay policías y militares para defender
la manera corrupta e inmoral en que vivimos, cuándo solucionamos los problemas
violentamente en guerras, espías que hacen maldades, en terrorismo? ¿Puede
haber no-violencia cuándo estamos divididos, en conflicto -que nos lleva al
enfrentamiento-, que se manifiesta en cada cosa que hacemos, cuándo hay leyes
injustas inventadas para sostener el actual estado de cosas de brutalidad y de
crueldad?
La otra cosa que también dices, es que uno no puede empatar
en un juego o en la vida. Si dices eso es que realmente es que estás acabado. Porque,
para poder solucionar los problemas uno tiene que tener empatía -que viene de
la palabra empate-. Es decir, ni perdedor ni ganador. Los dos ganamos y los dos
perdemos. Por ahí, ves, podría venir la paz. Y no siempre que gane uno, una
parte: el más poderoso, brutal, cruel.
Si de verdad quisiéramos a nuestros hijos, no tendríamos ni
un solo día más de guerra. Es porque no los queremos, que los cuidamos, les
atendemos, pero luego los lanzamos a la guerra para que los maten.
También, Yanet, quiero darte las gracias por todo el
trabajo que haces. Ya sabes que eso no tiene precio, no se puede pagar con
dinero alguno.
Podríamos también decir, Gisela, que el mismo deseo de
querer unirnos, nos separa y divide del hecho que es que estamos divididos. Por
tanto, veo un hecho -que estoy dividido- pero solamente miro, lo observo, no
hago nada ni para huir de él ni para cambiarlo. Y entonces, es cuando se
produce la unión con el hecho, donde cesa y desparece la división, la
separación. En la unión total, es cuando cesa la separación, la división y el
conflicto que las acompaña.
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