lunes, 17 de diciembre de 2012

Escritos y publicaciones, 18-12-2012



El 'yo' no puede ir más allá del pensamiento. Antes se tiene que dar cuenta que es un estorbo para que se puedan solucionen los problemas.

Todo es más sencillo: todos los seres vivos tenemos la obligación de sobrevivir, estamos programados para ello. Por lo que es una lucha de todos contra todos. El punto dramático para hacer el cambio de vegetariano a omnívoro -comer carne-, fue cuando los primates probaron la carne de un animal muerto -tal vez en una pelea, tal vez carroña- y se dieron cuenta que eso les daba mucha energía, actividad, agresividad. Es decir, la carne para un depredador es el mejor combustible para seguir siéndolo.

Los hindúes no tienen Dios, pero hablan de Brahma, hablan de los Vedas, el Guita, etc., que todo son creencias, agarrarse, hablan y creen en Buda.
Se puede vivir sin estar identificado, atrapado por nada: ni el gurú, ni la esposa, el amigo, la familia, ni los libros. Pues mientras haya apego e identificación la religión, la libertad, será una quimera.

Precisamente porque todo está conectado y relacionado, es que suceden esos actos violentos, las revueltas, las guerras. Porque no comprendemos ni vemos que mi vida de placer y riqueza es la amargura de los otros. Y esa manera de vivir, insensible, indolente, es la que genera la división, el conflicto, las envidias, los escándalos de corrupción, la violencia. Eso es tan lógico, tan elemental. ¿Por qué no lo vemos? Porque si lo viéramos haríamos algo al respecto, nos rebelaríamos, no lo soportaríamos.

La percepción de la realidad llega en un instante y va más allá del tiempo. Por lo que cuando esa percepción es, es sin tiempo en, un instante. Por eso, no se puede decir dentro de un día, una semana o un año, moriré a mi condicionamiento. Porque uno no sabe cuándo ese cambio llega. Sólo sabemos que cuando llega, estamos más allá del tiempo. Hemos comprendido todo el proceso del tiempo psicológico.

Hay una pregunta que lo aclara todo: Si es que estamos a favor de la vida, ¿por qué es que vivimos de manera que necesitamos policías, militares, cuarteles donde se preparan? Luego, dicen que están a favor de la vida, que el aborto es un asesinato. Por lo que todo es ridículo y  absurdo. Se han acostumbrado a vivir en la mentira, ya sea en los negocios, en los trámites burocráticos, son adictos tolerando la inmoralidad y la corrupción.
Si hacen la guerra, donde se asesinan miles de seres humanos completos, sanos, jóvenes, los que a ustedes les dan lo que necesitan –y por eso les votan-, callan y lo justifican. Pero luego, se dedican a manifestarse contra el aborto, diciendo que eso es un asesinato. Por lo que, siguen viviendo en la confusión y el desorden de decir: si matan a estos, eso es un asesinato; pero si matan a otros que a mí no me interesan, callo y no digo que eso también es un asesinato.
Y, ¿saben por qué hay asesinatos, muertes, violencia y guerra? Porque nosotros con nuestra manera confusa y desordenada de vivir la provocamos. Cuando uno es racista, cristianos o budista, cuando uno es de derechas o  de izquierdas, cuando uno tiene una idea o teoría –por buena y bien  vista que sea-, nos estamos dividiendo. Es decir, al estar dividido, vivo en conflicto. Y si hay conflicto hay enfrentamiento y contienda, hay violencia y hay guerra.
Es decir mientras estemos divididos, decir que el aborto es un crimen, como decir que la guerra son los crímenes en masa, dedicarse a manifestarse por la paz, o trabajar para una organización antiabortista haciendo propaganda, etc., no tiene ningún valor verdadero. Si no que será una repetición del viejo patrón de acción y reacción, cuando lo que necesitamos es comprensión, inteligencia. Y ésta sólo puede llegar cuando uno va más allá de la división y la fragmentación interna.
Por tanto, estar contra el aborto o contra la guerra, mientras estemos divididos, no tiene ningún valor. Pues esa división interna va a seguir provocando abortos y guerra. Así que el problema no es el aborto ni la guerra. El problema soy yo, lo que hago con mi vida, cómo la vivo.

¿Quieres decir, David, qué uno delante de un precipicio -dar vueltas en círculo- no responde para ponerse a salvo? ¿Por qué no respondemos, es insensibilidad, pereza, el condicionamiento total y absoluto? En el ver hay acción total. Y en ese ver, donde no hay división, hay orden. Y el orden, el cese del conflicto, es amor.

Greg, cuando preguntas: ¿Por qué tiene que haber un interés en hacer un discernimiento o la evaluación?
No hay interés ninguno, sólo existe la respuesta de la percepción que ve el conflicto y todo el peligro que lleva consigo. Es como cuando vemos un peligro inmediato, cuando vamos en el coche y uno tiene que frenar y detenerlo. Eso sucede sin la intervención del pensamiento. Eso es la respuesta del orden, que es inteligencia y es amor.

Gracias, Fred, por tu aportación.
El problema no es de los chicos -ellos son los ejecutores-. El problema son los mayores: padres, maestros, religiosos, políticos, el establishment.
Y mientras este establishment, de vanidad y de codicia, de avaricia, de la búsqueda de placer a toda costa, no sea entendido como la causa, la raíz que nos deja en división y conflicto, seguiremos haciendo barbaridades.

Si nos conocemos realmente cómo funcionamos -el pensamiento-mente-, no podremos creer en nada ni nadie, ni tan siquiera de mí mismo. Porque, yo soy como todos. Y hago lo que todos. Así que si los demás no son de fiar, yo tampoco lo soy. Por eso, lo único real y verdadero son los hechos, que cambian y se suceden a cada instante.

¿Tú cómo lo haces, Kenneth? Sería interesante que dijeras sucintamente tu realidad. Gracias.

Cuando no hay huida del momento, con su reto que nos toca vivir, ahí está toda la energía del universo. Y eso es el amor.

Eso mismo se puede aplicar a Jiddu Krishnamurti. ¿Qué hizo viendo que era estúpido? Ir más allá de esa estupidez que continúa hasta que nos morimos.
¿Qué vuelve esa estupidez otra vez? Pues, otra vez vamos más allá de esa estupidez. No hay más. No hay más cera que la que quema.

De acuerdo, Kenneth. El presente, el ahora es lo que determina qué hacer.

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