domingo, 16 de diciembre de 2012

Escritos y publicaciones, 16-12-2012



Que bien se descansa en el campo, en la naturaleza.

Cuando nos damos cuenta que el observador es lo observado, verlo como un hecho con toda tu energía, es cuando nos damos cuenta que todos somos iguales.

La meditación es ver cara a cara realmente lo que es la vida. Ver la mente y su proceso de pensamientos, sin tocarlos para atraparlos o huir de ellos. Si es así. la visión se despierta y llega el discernimiento, el orden, lo nuevo.

Las personas respondemos según los retos que nos llegan. Ante un reto de peligro uno puede hacer cualquier barbaridad. Saber por qué llegó ese reto que me descontrola, no es posible. Por lo que, el problema de los retos, es cuestión de suerte y de saber gestionarlos. La gestión de la vida, ha de llevar al orden. Pues, sin orden llega la confusión, donde todas las pasiones se desatan: los sentimentalismos, las emociones, las ilusiones. Y una vez dentro de ese bucle de reacción, lo trágico de la vida llega con todo su horror.

Cuando dices. Ults: 'Una vez el apego cae, el cuerpo cesa y el espíritu se hace cargo. Ese es el estado de ánimo, de intrepidez. Yo lo llamo el cuerpo de la roca en la que nada penetra. El espíritu en esa condición sólo puede exudar amor'. Eso también es el estado mental, espiritual, del que hace alguna maldad, una barbaridad. Por lo que, a la hora de juzgar no es posible. Solamente estando libres de los sentimientos, las emociones, es como podemos ver y aceptar la realidad sin dividirnos ni entrar en conflicto con la realidad de lo que es.

'El éxtasis de "ser", de vivir la vida, hace que no pueda dejar de vivirla'. Eso puede llegar a desaparecer según el reto que nos llegue. Pues, la vida no tiene un guión preestablecido -salvo en la muerte-. Y en cualquier momento, puede llegar la confusión por algo que nos rebasa y desborda.

¿Hay algún culpable de algo? Si todo está unido, no hay ni víctimas ni verdugos. En la selva, una víctima muere para que comer los otros.

Nosotros no somos animales, pero hay leyes psicológicas que actúan independientemente de nuestra voluntad. No somos libres completamente.

Cuando un reto nos desborda, llega el caos. Ese caos trae orden, nos guste o no. Y ese orden puede que sea una pérdida de gran valor = Dolor.

Uno no puede evitar el dolor. Sin dolor seríamos más peligrosos, la vida no podría funcionar. El dolor es el único freno que no falla.

Hay una ley no escrita, que no podemos quebrantar. Si lo hacemos viene la reacción de la ley del universo. Universo&naturaleza= implacables.

Todo pensamiento tiene su efecto. Toda acción también. Ahí si que podemos hacer algo. Pero es preciso que no se genere confusión en nosotros.

Confusión es división. Si uno vive dividido, está generando confusión, caos, las desgracias. Todo será ingobernable, llega el miedo, temor.

División es no tener sensibilidad para el otro. No vemos el dolor en que viven los otros. Los otros puede que estallen con todo el horror.

Por eso el dolor tiene su sentido. Porque si no nos advirtieran seríamos bestias. El dolor sin sentido es más doloroso, amargo, enloquecedor.

No queremos reflexionar, somos superficiales, banales, y el trabajo está por hacer. Cuando llega el dolor pone orden, no el tuyo ni el mío.

Orden es verdadera libertad. Uno está en paz, nada hay pendiente. Sólo en el vacío de todo lo conocido – 'yo'- que la libertad y su orden es.

Sin libertad no puede haber orden. Porque la represión, el control, genera conflicto y desorden. Y el desorden es siempre lo mismo = dolor.

Lo desconocido no gusta. Pero es preciso para que llegue el amor. Porque en lo viejo y conocido, en la repetición, que es lo de siempre, es el conflicto, la división.

La comparación e imitación es miedo, es ignorancia. La comprensión de lo que somos, de lo que es la vida y cómo funciona, es lo que nos hace libres, únicos, felices.

Si comprendiéramos la manera cómo funciona el pensamiento, la mente, sabríamos también cómo funciona la vida. Y veríamos el orden en todo.

Arun, lo desconocido llega cuando el 'yo' no está operando.

Nosotros que no estamos implicados directamente con un suceso tan grave, con la pérdida de un hijo o familiar, lo vemos todo muy claro. Pero si eso fuera un hecho en el que estuviéramos en primera línea, con todo lo que desencadena el que maten a tu hijo de una manera tan sorprendente, ¿estamos seguros que tendríamos una respuesta tan serena como estamos nosotros ahora?
Los hechos cuando nos vienen, nos cambian. Aunque, nos demos cuenta en el estado de shock en que estamos, tal vez, no podemos liberarnos, ir más allá de todo eso que está sucediendo. Eso es otra miseria humana: que todos hemos de pasar por lo desagradable y nos lo tenemos que tragar.

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