sábado, 1 de diciembre de 2012

Escritos y publicaciones, 1-12-2012



Eso que dices, Yevakte, es muy interesante: que nadie puede permanecer siempre sin el 'yo'. Si no hay 'yo' que opere ahí está el amor. Y, ¿por qué no podemos deshacernos del 'yo' divisivo para siempre? Porque, como todo es una unidad, la mente también lo es. Y todas las mentes están relacionadas unas con otras, influyéndose mutuamente entre ellas. Por tanto, mientras no nos liberemos todos del 'yo', del mal, del pecado, siempre participaremos nosotros de ello también.

Vamos a aclararlo, Vanesa. Como Dios no existe, es un invento -¿estás de acuerdo?-. Sigamos. Sería una estupidez tener miedo de algo que es irreal. Por tanto, ¿qué queda sino Vanesa, yo, todas las personas? Y es a eso al que hay que estar despierto y alerta, con prevención. Porque solamente hay nosotros y los animales. Que son a los que hay que temer, no a Dios.

No hay camino que andar. Solamente hay lo que tenemos en el interior. Por tanto, no hay regla ni ley ni norma ni dogma ni mandamiento, solo la percepción de lo que es negativo. Y solamente uno sabe lo que tiene dentro, en su mente.

En la sencillez hay sabiduría. Hombre limpio, hombre quieto.

Un poco más Vanesa. ¿Tú te atreverías a dedicarte esta noche, o la de mañana sábado, a ir por ahí sola en los barrios donde se consume droga y todo lo que ello conlleva consigo? ¿O ver una manada de perros asilvestrados que van hacia ti y no hacer nada para ponerte a salvo? Solamente es eso. Esa prudencia y prevención. Porque los animales -nosotros también lo somos- son impredecibles, depredadores; y se defienden y atacan.

Por supuesto, Vanesa, hay miedos que son necesarios para salvaguardar el cuerpo. Pero es verdad, que los miedos psicológicos, que dependen del tiempo, como que podría perder la salud, el empleo, mi pareja que me atiende y me da sexo, seguridad, son inventados. Pero, si nos conocemos, y conocemos cómo funcionan nuestras mentes, también sabemos que no hay seguridad absoluta en absoluto. Porque esa amistad en el trabajo, esa pareja tan atenta y dadora de dicha, puede convertirse en una amargura insoportable. Porque la vida tiene algo de imponderable e inescrutable.

No ser nada no es el problema. El problema está en no ser nada a todas horas, siempre.

Vivir lo que significa la palabra eternidad, sin causa, sin miedo, la unidad, esa es la cuestión. Las palabras pueden ser bonitas, agradables, relajantes, pero ese efecto desaparece. ¿Por qué ese efecto unificador, de amor con todo, va y viene, no permanece siempre?

La vida es todo un juego de apariencias. Pero hay que vivirla. Es como tener un plato de comida que no nos gusta y decir: aunque no me guste está bueno y voy a disfrutar comiéndolo.

Si esa persona bagamunda que estaba tirada en la calle, descalza, con ampollas -heridas- en los pies, ¿por qué el policía no la llevó a un hospital para que le curaran debidamente, en vez de dejarla allí de noche en plena calle con el frío gélido que hacía?

Cuando la mente es atrapada por un pensamiento confortable, entonces se divide de la realidad. La realidad que es el flujo continuado donde se suceden los pensamientos y las situaciones, ya sean desagradables o agradables. Por lo que hay un bloqueo de la actividad, quedando divididos y en conflicto, que lleva consigo la frustración, el miedo, el dolor.

He leído tu entrevista de ayer en el diario...
Gracias por tus informaciones y comentarios.
Creo que te estás auto-compadeciendo. Pues, cada persona tiene su drama. Tú lo has podido informar públicamente ante millones de personas. Y antes de escribirlo lo contaste en la redacción de tu diario -La Stampa-, etc. Pero, son pocos los que pueden ser escuchados con seriedad y compresión, con respeto y atención.
Y después de esto -este drama que cada cual tiene en su vida-, ¿qué podemos hacer? Pues, seguir viviendo con nuestras vidas cotidianas, que tú como periodista sabes bien qué es eso: participar de la vida según las capacidades y necesidades de cada cual.

Eso que es cierto. Ahora falta que sea cierto para cada uno de nosotros. Porque, las palabras no son lo descrito. Las palabras, no son un hecho.

Cuando el pensamiento no crea conflicto, es porque es plano, insensible, no-vulnerable. Y esto nos genera más conflicto. Pues la vida es conflicto y no-conflicto. Es como el 'yo', que se va pero vuelve a venir.

Cuando el mal es tan evidente -o el peligro-, uno tiene más capacidad de responder. Porque entre el mal y nosotros no hay espacio, ni división ni conflicto. Sino una unidad, que es amor.

He leído tu entrevista de hoy en el diario…
Gracias por tus informaciones y comentarios. 
La solución a la crisis no está ni en la izquierda ni en la derecha. Ellas no lo pueden arreglar, porque sus vidas están desarregladas, confusas y en desorden. Quieren lo que no puede ser: muy ricos, sentir mucho placer. Siempre ha sido así: unas veces más y otras menos. Después de una sangrienta guerra, todos callan también, porque están agotados. Y los que mandan hacen lo que quieren, lo que más les conviene a ellos.
Ahora estamos idiotizados con las distracciones, pues la mayoría tiene comida, casa, ropa, viajan y tiene toda clase de caprichos: dos casas -ciudad, campo o playa-, salen de noche a cenar y después a divertirse por ahí. Y claro, no hay para todos. Y cuando unos lo hacen -los más espabilados empiezan- los otros también lo quieren hacer, les quieren seguir. Por lo que si no hay un reparto, de los bienes y del dinero, hay unos que no lo pueden hacer. ¿Puede haber un reparto de bienes y de dinero para todos? Eso nunca se ha visto y no parece posible. Por eso el problema es de cada uno.
Por lo que, esa búsqueda de placer, lleva al dolor. Porque nos hace insensibles, crueles y brutales. Así que el conflicto y el enfrentamiento con los demás es ahí. Y como consecuencia, la violencia y la guerra.

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