Uno está solo, ¿no es verdad? Ni
el amigo, la esposa, ni el especialista, el psiquiatra, la familia, ni el
maestro ni el gurú, no nos pueden ayudar en este drama de la vida. Por tanto,
es cada cual el que tiene que descubrir que esa soledad interna es como es el
frío o el calor, como es este cuerpo que cada uno tenemos nos guste o no. Y
desde esa aceptación, sin querer huir ni cambiar eso que somos, llega una
aceptación que es amor por mí y por todos. Y entonces todas las preguntas y las
respuestas no tienen ninguna importancia. Porque si llegan las preguntas, son
como olas mentales de una marea y reflujo que salen y entran en un movimiento
sin fin.
Felicidades, Lizbeth, y para
todos los que participan en estos comentarios.
Todo en la vida es querer apartarse
de la soledad, buscamos algo o alguien para no estar solo. Luego nos hacemos
vanidosos y seguros. Pero como la seguridad no existe, nos aburrimos y queremos
algo nuevo para ver si con eso nuevo logramos estar seguros. Es decir felices y
a gusto. Pero cuando uno no huye de esa realidad de la inseguridad –porque ha
visto su futilidad-, todo ese proceso de huida y deseo de consecución llega a
su fin. Entonces, uno observa y se atiene a lo que es, a la realidad nos guste
o no. Donde no hay ni conflictos, ni deseos de victorias, de vencer a otro para
sentirnos seguros. Pues si no hay dese de vencer, no enemigo que batir.
Gracias, Néstor, por tu aportación.
El pensamiento está condicionado
para resolver problemas, para resistir. Pero, así los problemas no se resuelven,
sino que se incrementan. Cuando vemos que toda resistencia nos agota por la
fricción y el conflicto, es cuando aparece la integración, el fin de la
división, y la relajación.
Ante un hecho tan grave, ¿se sabe
si los que lo hicieron estaban drogados? Pues parece imposible que esa
violación repetida por seis veces, y todo la crueldad, la brutalidad, puedan
hacerla alguien que esté sobrio.
Gracias, Arturo, por tu interés.
Cuando hablamos de un árbol sin
nombrarlo ni referirnos a la especie que pertenece, sin recordar nada ni
mencionar si nos gusta, nos es indiferente o lo rechazamos, es en ese vacío que
se produce la verdadera relación. Relación, en la que no hay distancia entre el
que observa y el árbol.
Y eso que es tan extraordinario,
también sucede con las personas, cuando no las vemos como mujer u hombre, como
amarillo, negro o piel roja, blanco, como feo o guapo. Solamente los vemos como
algo que está más allá de todos esos procesos mentales. Entonces, se produce la
verdadera relación, a su máximo nivel posible, donde todos los seres humanos, y
todo lo que existe, forman una unidad indivisible.
Y en esto es donde se siente el
verdadero placer. Porque es efímero e irrepetible: nace y muere a cada
instante, sin dejar ningún residuo para poder rumiarlo, rememorar, manosear,
que es cuando provocamos otro placer que éste sí que genera dolor. Porque ese
placer es forzado, obligado, es como un negocio para proporcionarnos placer: es
como si después de comer nos obligáramos a volver a comer y comer por sentir
más placer.
Por eso, Ajay, ¿para qué mirar
hacia fuera para solucionar los problemas, que son los de cada uno de nosotros,
los problemas de toda la humanidad ya sea la opulenta como la pobre y
miserable? Nosotros hemos inventado una realidad que no es posible: sembramos
división, que ha de generar crueldad, violencia, pero no queremos que eso sea
cierto. Y por eso, cuando sucede algo horroroso y cruel nos asustamos,
gritamos, nos manifestamos. Sin darnos cuenta que hasta que no dejemos de sembrar
las situaciones de maltrato, de injusticia, de la absoluta indolencia ante los
que oprimimos, todos esos actos violentos, con su tremenda desgracia no van a
cesar.
Dejar de estar dividido es el
mayor reto al que no nos queremos encarar. Porque dejar de estar dividido
quiere decir compartir, ceder, renunciar, exponernos de manera que incluso se
puede perder la vida. Y, eso es algo que parece imposible.
Por eso, hay que comprender la
raíz del miedo. Y, para ello, hay que entender cómo funciona el pensamiento.
Sólo comprendiendo el pensamiento, la mente tendrá paz, estará relajada ante
cada evento que nos brinde la vida. Porque comprender el pensamiento, es
comprender la manera como funcionamos las personas. Sabiendo que la codicia, la
vanidad, la persecución del placer, altera a los demás tanto como nos altera
también a nosotros.
Ese es el problema, que la raíz
del miedo está en el dolor. Y como no queremos sentir dolor -encararlo
completamente- huimos generando todo el desorden y conflicto en que vivimos. Y
al huir y querer cambiar ese dolor, es por lo que suceden toda clase de
atrocidades. Porque forzamos, vivimos con fricción la realidad, creando el
conflicto, con todas las miserias que genera.
¿La totalidad puede ser si
estamos divididos, si vivimos en conflicto? Parece ser que no. Porque la
división y el conflicto, nos separa de lo que estamos observando, ya sea una
persona, un animal, un árbol.
Así que, el problema está en
¿cómo iré más allá de esta de división que nos genera el conflicto? Cuando
vemos que la división es un peligro en el que nos va la vida, un veneno, no lo
toco, lo descarto, lo aparto de mí, ¿verdad? Y en ese descartar hay toda la
energía, ya que en él está implícito el orden. Y el orden es atención total, es
amor.
Cuando no existe el hacedor, es
que el 'yo' no está operando. Entonces, se terminan los problemas. Ahora hace
falta hacerlo realidad. Ese es el verdadero problema: pasar de las palabras a
los hechos. Si no es así, el hacedor -la ilusión del 'yo'- seguirá operando.
Todos los días son iguales, salvo
con más luz y calor o menos, todo lo demás son inventos de los aburridos
hombres, prestos para jugar e inventar toda clase de historias para estar
entretenidos y no mirar la realidad siempre cambiante de que la vida es destrucción,
amor y construcción. Gracias, Juan Carlos.
Si todo eso que has publicado,
Darlyng, si hiciera con amor, no habría ningún problema. Porque, tú con
respecto como los que vivían hace doscientos años, vistes, haces cosas, te comportas
de manera que para ellos serían un escándalo. Y sin embargo, todo eso se ha
absorbido por las personas. Por eso, el problema no es ir en bikini o en top
lees o desnudos, que se casen los hombres o las mujeres entre ellos, los
abortos, vivir en la planta cincuenta de un edificio o comer la comida que hay
a la venta que nada tiene que ver con la de antes. El problema está, en que
tienes que estar rebosante de amor. Para aceptar y vivir con amor lo que
tenemos. Y ese amor, que tú tengas te guiará al orden. Y ese orden te traerá
más orden. Entonces, ¿dónde está el problema, si la realidad es como es sin
poder cambiarla?
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