El aislamiento es una especie de
neurosis. La soledad es purificadora, donde hay libertad para ir y venir, ver o
no ver. En el aislamiento nos convertimos en máquinas bloqueadas. En la soledad
uno es una persona con dicha para vivir.
Satish. El que escribe, el
escritor, es lo escrito. Entonces, ¿Para qué escribes?
No hay orden ni desorden. Sólo lo
que es la realidad aparentemente cambiante.
Aprovechando la ocasión, quiero
decirte: ¿Cómo una persona tan sensible como tú vota a un partido racista, fascista,
que es como si dijéramos los nazis? ¿O, es qué no eres sensible -no ser
indolente ante el dolor de los demás- y tú te crees que eres?
Te he dicho que ese partido
político es fascista, he visto a su candidato algunas veces en recortes de
televisión, de sus intervenciones en un canal xenófobo, fascista y carca, que
querría que volviera todo a los años 50 del último siglo. Yo creo que tú no te
enteras, escuchas campanas pero no sabes de dónde vienen. La derecha y todos
sus allegados -ese grupo político al que tú votas es uno de ellos- son los
descarados que explotan a los más desfavorecidos e ignorantes. Tienen un
discurso racista, diciendo que los de fuera son el problema. Como si dijeran
que tu padre y tu madre cuando vinieron de Andalucía, ellos fueron los
culpables de todos los males de Cataluña de entonces. Creo que deberías ser más
humanista. Pues, las personas como tú necesitan mucha comprensión y respeto
-compasión y amor-. Y los fachas de derechas -que son amigos de los nazis- no
se enteran, porque su vida es egoísta, insensible y cruel.
Es bueno charlar para aclarar,
indagar, ver dónde está lo falso y negativo para descartarlo.
Creo que está frase de: 'Tú eres
el mundo', sería una de las que resumen a la enseñanza de Jiddu Krishnamurti.
Pero, también es una de las que más aborrecen los que no entienden su profundo
y desconcertante significado, porque nos dice que somos, corruptos, inmorales,
violentos, asesinos guerreros.
Ahora viene el problema: ¿Podemos
estar vivos sin ser absolutamente hipócritas? No lo podemos. Como tampoco
podemos ser completamente no-violentos. ¿Qué hacer entonces? Ver todo lo que
es, la realidad, comprenderla e ir más allá de ella.
Finalmente, cuando uno ha visto
la realidad ha de hacer algo. Y luego dejar que cada uno haga lo que tenga que
hacer. De lo contrario, caeríamos en el dogmatismo. Es decir diríamos: este
camino es el correcto. Y ya sabemos que no hay camino para llegar a la verdad.
Creo que tu descripción es un
tanto poética, Martín. Los hechos no se pueden cambiar y hay que asumirlos
completamente de lo contrario se genera el conflicto entre el hecho y lo que yo
decida sobre él.
Si uno está trabajando en una
oficina y ve que allí hay corrupción, y tú de una manera o de otra participas
en ella, tendrás que ir más allá de ese hecho, y todo lo que de él se
desprenda. No es posible quedarse al margen. Cuando uno compra un sello de
correo, está financiando al ejército. Y así en todo.
El problema está ahí en lo
biológico. Pues el cuerpo ocupa un espacio: Y ese espacio entra en colisión con
otros cuerpos, pues quiere sobrevivir. Donde se produce el choque, el conflicto.
Por tanto hay defensa y hay ataque. Así que todo el problema está en ver que no
hay ninguna manera de escapar de ese paradigma. Sólo al verlo uno lo comprende
lo acepta y va más allá de él.
Si uno amara a sus hijos no sería
corrupto ni inmoral ni competitivo ni avariciosos ni codicioso ni vanidoso,
porque todo eso trae la guerra. Y en la
guerra todo es violencia y destrucción.
Pues entonces si sigues con la
palabra Dios, sigues en el absurdo. Porque si no sabes como piensa, ¿cómo vas a
responder diciendo que tú eres su representante? Y aquí viene el problema de
tratar con palabras lo que no se puede llegar con palabras: lo que está más
allá de ellas. Que es la nada.
El arte de saber ha de ser, primero que nada, darse cuenta
que uno no lo sabe todo. Entonces, es cuando nos damos cuenta que estamos en
las manos del universo. Pero esto que parece tan sencillo, no lo es. Porque
como no sabemos todo, esa afirmación tan rotunda se convierte en una falsedad.
Pues toda afirmación, ha de ser siempre con el consentimiento de su
antagonismo. Así que si decimos que todo está dado ya por el universo, eso es
una simpleza sin inteligencia, sin teología.
Por eso, siempre hemos de saber que todo lo que decimos
tiene su contraparte. Así que nosotros somos unas marionetas del universo, pero
también somos los directores de nuestra vida, de nuestra manera de vivir. De la
misma manera, si dijéramos que somos los únicos directores y realizadores, de
todo lo que hacemos y creamos en nuestras vidas, eso también sería incompleto y
falso.
Lo que sí que queda claro, es que nosotros no lo podemos
saber todo. Solamente podemos descubrir la totalidad cuando tenemos la
posibilidad de percibir al haber descartado lo que nos divide y fragmenta de la
realidad, de la totalidad: la división interna y su conflicto que genera.
En cierto modo somos como las aves que viven en un
gallinero: sin ayuda externa nos se podría vivir. Pero, a la vez, en ese
gallinero tiene que haber un orden, que en parte es responsabilidad de los que
viven en el gallinero, es decir, de cada uno.
Gracias, Shw Bhardwaj, por tus colaboraciones.
El pensamiento solamente es adecuado para las funcionas
mecánicas-biológicas. En todo lo demás, como dirigir la vida, en lo
psicológico, es un impedimento.
¿Por qué queremos explicar con palabras lo que está más
allá de los conceptos, ideas, teorías? ¿Por qué tenemos la pretensión de querer
saber lo que quiere Dios o no quiere, si Él está más allá de todo, del bien y
del mal? E incluso de esto que estoy diciendo. Por lo que todo es un
sinsentido.
Lo que está claro, José, es que de nosotros, en cierto
modo, depende el que haya confusión y desorden. Debido a la división interna en
que vivimos, que genera los conflictos. Por tanto, es a eso a lo que hay que
atenernos, ¿no? Pues mientras haya conflictos entre nosotros, hagamos lo que
hagamos será generar más desorden y dolor. Cuando deberíamos ver la manera de
que ese conflicto no pueda ser ni operar. Y en eso, sí que habría amor. Porque
el sufrimiento y el dolor es lo que nos tortura y martiriza. Y no la idea de si
hay Dios o no la hay, de si yo soy su interprete, el que lo escucha, y todas
esas tonterías.
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