viernes, 16 de noviembre de 2012

Escritos y publicaciones, 17-11-2012



El protagonista, cuando iba a la parada del autobús, a la tercera mujer que lo piropea ¿no se pone nervioso, neurótico? Si no estuviera en ese estado mental, no les hubiera hecho caso o se hubiera sonreído, ¿no? Y todo esa inseguridad y huida, ¿no tiene la raíz en el miedo, Jahazierl?

Vamos a aclararlo, Jahaziel: si una persona tiene algo de gran valor -olvídate del hombre o la mujer y su vestimenta- y no quiere perderlo ni que nadie lo toque por si se pudiera romper, ¿cómo lo va a exhibir? Por eso, nunca hay un único culpable, porque todos estamos condicionados para vestir de una manera, para encarar el erotismo y el sexo de diferentes maneras. Es algo así como el escribir: si yo escribo como me da la gana, ¿qué pasa? Pues que estoy generando confusión y desorden. Yo tengo todo la libertad de hacer lo que me de la gana, pero tengo que atenerme a lo que ello implica: que otros -o la autoridad- me digan que estoy medio chalado, soy un depravado u obseso sexual.
Por tanto uno si es serio ha de ver la manera de no provocar, para que lo que los otros no vayan a hacer y actuar respondiendo como resultado de esa provocación. Y por eso, ya en un nivel más profundo, se dice: Ay de aquel que es causa de escándalo, vas le valiera atarse una piedra al cuello y echarse al río. Habrá algo más fatuo y desagradable que ver a los ricos excesivamente engalanados –y están en su derecho-. Aunque la factura se la pasan, pues las malas vibraciones, las malas miradas y el desprecio, lo tienen que soportar.

Jahaziel, hablamos prejuzgando. Y eso nos confunde. Los hechos son los hechos. Y cuando uno se altera, entra en conflicto, eso es el hecho. No es adecuado proyectar porque esa proyección será nuestro prejuicio y condicionamiento. Para que venga lo nuevo uno tiene que morir a lo viejo. Pero lo nuevo como no lo conocemos nos da pavor, nos deja en la inseguridad. Pero alguien que quiere estar seguro, busca la seguridad, no será completo ni holístico, sino una persona en conflicto.

El paradigma para una cosa es para todas las demás. El problema es tener que hablar del detalle de las cosas y eso nos altera. Por eso, tengo una prudente intención de hablar del 'yo', de la división, de la mente, etc., porque ahí no hay manera de que nos caiga simpático o no lo que decimos. 
Cuando investigamos algo, no importa lo que sea, ha de obedecer al paradigma que se acople a ello: por ejemplo cuando llueve es que cae agua, no importa si mucha o poco, agradablemente o no. El labrador dirá yo no quiere que llueva porque tengo que ir a trabajar. Y otro dirá que llueva mucho para que se limpien los árboles, las calles y se riegue todo.
Ahora los niños que sufren por ser violados sexualmente por los religiosos o no. El responsable civil es el violador. El niño también es responsable -permíteme que lo diga así- porque calla y tolera la relación sexual. Y eso no lo podemos cuestionar, porque todos tenemos nuestra responsabilidad. No digo que el niño se entregue con alegría, etc. Yo particularmente nunca he consentido que un homosexual me tocara el cuerpo, cuando tenía trece o catorce años, lo rechacé. Y siempre todos tenemos algo que perder y ganar en cualquier lance de la vida.
Todo está muy unido y entremezclado para decir que uno es el único culpable. Lo cuestiono eso y no lo acepto.

¿Por qué quieres huir de la totalidad, de la unidad, Jahaziel? Trato de no defender ni acusar a nadie. ¿Cuántas cosas nos suceden que todos dicen que son negativas, y nosotros también, y al cabo de un tiempo, unos años vemos que de eso también se han sacado beneficios. Dicen que la tierra a la que has caído un porrazo, ella misma que te ha hecho daño al caer, te ayudará a levantarte. ¿Por qué a todo lo que nos disgusta siempre le vemos solo el lado negativo.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, en el mismo año 1945 y el siguiente, Jiddu Krishnamurti hizo unas conferencias -dieciséis- en EE.UU. Y como no podía ser de otra manera apareció la guerra –que ya había acabado-. Pero estaban juzgando a los perdedores, los nazis, en Nuremberg. Cuando JK, se opuso radicalmente a la posibilidad de ajusticiar a los que fueran condenados algunos que participaban en las pláticas se escandalizaron y lo cuestionaron, discutiéndolo con él, y no lo podían comprender. JK, lo resolvió rápidamente: si ellos son asesinos y los rechazamos, lo detestamos, si nosotros los ajusticiamos también seremos asesinos.

Pero nosotros somos el 'yo' o ¿no? Somos el 'yo', con algunos momentos que no está. El 'yo' es el que ha hecho posible que vayamos a la luna, que cambiemos órganos del cuerpo, el ordenador, toda esta sociedad con sus armamentos de muerte y destruicción. Entonces, eso 'yo' tiene que darse cuenta. Y ese 'yo' es el pensamiento.

Lo he expuesto, para que veamos que ir más allá de los hechos es preciso si se quiere vivir sin conflictos.

El que vacila, está generando escándalo. Y donde hay escándalo van los escandalosos para montar la contienda, la bulla.

El miedo es algo que todos tenemos, va con la vida. Pero uno tiene que ir más allá de él, viendo cómo nace y se desarrolla, como nos domina, como desaparece y vuelve a aparecer. Así que vivimos con el miedo a la muerte, a perder la salud, el trabajo, a perder a una persona, a que no nos comprendan. Pero, uno tiene que estar más allá de todo eso. Hemos de ver que el miedo es como un veneno, que nos puede matar. Si realmente lo vemos como el peligro que es -el miedo psicológico-, lo podemos descartar, ir más allá de él.

Si tenemos miedo es que estamos divididos. Y entonces llega el conflicto con eso que tenemos miedo. Y si hay conflicto, ya se han abierto las puertas para que llegue la crueldad, la violencia.

Para eso, has de empezar todo el trabajo en ti, conociéndote, viendo cómo funciona el pensamiento. Mirando, escuchando, todo lo que hay de maravilloso y de espantoso, sin huir ni quedarse con ello, simplemente mirar como miramos un río que no se puede detener.

Una vez ya estamos informados de todas las barbaridades que hacemos, las grandes y las pequeñas, entonces ¿qué? ¿Por dónde tengo qué empezar a solucionarlas, por el vecino, la persona que vive con nosotros? Si es que somos serios y profundos, habrá que empezar por nosotros mismos, ¿no?

¿No nos hemos dado cuenta qué cuando pedimos algo eso viene? Por tanto, ¿quién es el que pide? Es el pensamiento y su invento, el 'yo', divisivo que tiene miedo y desea seguridad. Y, ¿qué puede pedir y desear una mente dividida y en conflicto? Así que todo el pedir es una proyección de mis deseos, que son siempre egoístas y confusos. Lo importante es darse cuenta de todo esto y estar con la realidad, sin conflicto con ella, y lo nuevo llegará. Y lo nuevo no tiene nada que ver con lo viejo y repetitivo.

¿Cómo podemos divertirnos torturando y asesinando violentamente a los toros? ¿Quién maltrata y tortura a un anima, por diversión festivalera, no se ha vuelto también un animal? Los animales no sienten compasión, actúan en una misma dirección: la de su satisfacción ya sea del hambre, el sexo, el dominio del territorio. Las personas podemos ir más allá de ese condicionamiento, que incluye la diversión y el placer a costa de otros. Y es entonces cuando aparece la compasión y el amor. El circo romano era básicamente lo mismo, con personas, y a veces, con animales.

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