Le damos mucha importancia a la
palabra secta. Cuando todos somos sectarios. Ya que ser sectarios es estar
dividido internamente y como consecuencia externamente. Por eso, está la
sociedad donde vivimos completamente en desorden, confusa y enfrentada. Cada
uno es una secta, que está contra la de otro. Y es ese paradigma de ver como enemigos
a todos, que nos hace tan extraños al amor, a Jesús. Es curioso que nunca se
mencione la palabra amor en ese programa -lo he visto muchas veces- y sin
embargo pasan todo el rato por las ramas y las hojas sin llegar nunca a la
raíz.
La raíz son nuestros problemas.
Primer problema, la religión no es adorar a un Dios utópico -según lo presentan
a causa de las creencias y la fe-, ni creer que la caridad –que es amor- no es
lo más importante, ni pensar qué pasará después de la muerte. La religión es el
intento de poner orden en la vida de los hombres y por tanto en la sociedad y
el mundo. La religión no es adorar ni creer en santos –nadie puede ser santo-
ni imágenes de madera o de piedra, ni en un Dios imaginario, pues todo eso es
paganismo e idolatría, fantasías y delirios. Ni creer en el cielo o el paraíso,
pues toda creencia nos narcotiza y enajena de la realidad. Y la realidad es la
nada, el vacío –que nos hace realmente libres- de donde nace el amor.
Los que creen en la
reencarnación, dicen: 'En la próxima vida me esmeraré más, haré las cosas mejor,
seré mejor persona'. Y eso quiere decir que no lo entienden, porque si la
reencarnación fuera un hecho -que no lo es- tendrían que afanarse en hacer las
cosas adecuadamente para que en la próxima reencarnación estuvieran más
avanzados y en mejor posición, etc. A ustedes les pasa algo parecido: dicen que
todo lo hacen por Dios, se entregan a Él. Y sin embargo, tendrían que hacer las
cosas de manera para halagar y satisfacer a ese Dios -que es todo amor,
compasión y misericordia por todo lo que existe-. Es curioso que un país de los
más católicos, España –con los de
América Latina-, todavía se torture y asesine violentamente a los toros, por
placer y diversión festivalera. Cuando ese animal, es una esplendida criatura
de Dios. ¿Qué les diría Dios si hablara con ustedes? Les diría crueles,
salvajes, sádicos, paganos e irreligiosos, ¿no? Pues, nunca la Iglesia
Católica, ha hecho una homilía para leerla en los púlpitos en que se diga que
esa afición sádica y de enfermos espirituales, es un pecado mortal por torturar
y asesinar violentamente a una criatura, un hermano nuestro, de nuestro Dios
Padre Todo Poderoso.
Y entonces todos ustedes son
miembros de una secta, disgregada de la religión auténtica, que no viven ni
practican: la religión de la compasión, de la caridad y del amor por todo lo
que existe.
“Si te encuentras a Jiddu Krishnamurti
en el camino, mátalo”.
¿Por qué hay que matarlo? Déjalo
estar y no le hagas ningún caso.
Gracias por las explicaciones,
Joan Carles. Si me permites, te pregunto: Entonces, ¿con quién estás? Porque la
potencia que tienes política no te dejará votar en, blanco, ¿verdad?
Este problema de los foros-grupos,
siempre es el mismo: a alguien le molesta ni le interesa la línea ni el
tratamiento que se le da a los temas, a un maestro, etc. ¿Por qué no
descartarlo y salir de él? Si se quiere cambiar el grupo-foro, ¿creemos qué lo
vamos a conseguir? Por lo que se desencadena una batalla, que puede acabar en una
guerra. Tal cual como sucede en la relación con las personas: parientes,
vecinos, compañeros de trabajo, cada uno es como es y tiene el derecho de
seguir siéndolo. Los otros les podemos informar, pero hasta que va a generar un
conflicto, enfrentamiento y guerra.
Lisa. Dejar de hablar es una
opción. Pero hablar también es otra opción. Y en las dos posibilidades puede
estar la inteligencia o la estupidez. Si uno mira un animal, un gato o un
perro, cuando mueren ahí está la nada. Cuando vivimos también está la nada ahí.
Pero podemos hablar de ella como lo hacemos ahora. ¿Dónde está el problema?
Pero, tú Daniel, no te evadas.
Pues nadie se puede quedar fuera de este drama.
Este hombre estaba sin conflicto
y fluía con la realidad del hecho que le tocaba vivir.
¿Tan estúpidos eran con tanta
espiritualidad para no ver la estupidez que ellos realizaban cada día, de atar
un gato durante el culto para que no los distrayera? Los relatos ñoños, son la
misma estupidez que relatan. Podrían dejar fuera al gato. Y cuando murió no
recoger a otro. O podían hacer todo lo contrario.
¿Tan difícil es ver qué nada de
lo que existe, que es real como la naturaleza, lo biológico, se puede negar y
descartar? Por tanto, uno tiene que saber cual su capacidad, su mesura,
gestionarse eso que tiene y le toca vivir con ello.
Fernando. Entonces cuando,
estamos completamente atentos, ¿qué pasa con el 'yo'? Ha desaparecido, ¿no?
Luego, al cabo del tiempo vuelve ese 'yo'. Por lo que la pregunta es: ¿Puede
desaparecer definitivamente para siempre el 'yo'?
Aunque tengamos todo lo necesario para sobrevivir, no
quiere decir que vivamos ya en el paraíso. Pues sin una buena relación con los
que vivimos y relacionamos, con los vecinos, los compañeros en el trabajo, con
todo lo que nos rodea, nada tiene sentido.
¿Se puede compartir algo sin amor? No resultaría, no podría
ser.
"Somos uno con la nada siempre". Pero gran parte
de la vida estamos atrapados, por la ilusión, y vivimos fuera de la nada.
Ese es un gran dilema: ¿Se necesita un director para que
funciona una orquesta filarmónica, un equipo de fútbol, un líder para montar
una revolución?
Hay algo que sorprende en las personas: tanta hambre que ha
habido, y hay todavía en India, y cómo gastan mantequilla para encender unas
luces llenas de superstición. Cuando podrían usar esa mantequilla y dinero para
alimentar y cuidar a los miserables hambrientos. E igualmente sucede en
Occidente: hay hambrientos, sin casa, mientras otros tienen dos casas y
derrochan en caprichos, destruyendo alimentos y ropa sin ningún pudor ni
moralidad.
A los ricos y poderosos les molesta la libertad, porque
pierden la posibilidad de seguir abusando de los que los ayudan a permanecer en
la riqueza. Y lo mismo sucede en todos los otros ámbitos: cuando se habla de
libertad, independencia, etc., sienten un estremecimiento e irritabilidad, algo
que los enloquece ante la posibilidad de perder el monopolio de lo que creen
que es solamente suyo. Aunque, como todo rico y poderoso, saben que todo puede
salir al contrario de lo que desean y llegarles entonces la hecatombe para sus
vidas.
Por tanto, no son de fiar. Como yo mismo tampoco soy de
fiar. Porque, los acontecimientos pueden variar de manera que altera toda
nuestra psicología, las prioridades. Y entonces, todo puede parecer contradictorio
para los demás -que lo es-. Pero, la vida tiene sus necesidades. Por eso juzgar
es tan relativo y peligroso, porque nosotros no tenemos las necesidades de ese
que queremos juzgar. Y el que juzga, si es sincero, nunca sabe realmente si es
justo o no. Por eso, lo único que necesitamos es mucho amor.
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