martes, 23 de octubre de 2012

Escritos y publicaciones, 23-10-2012



Cambiar la película cuesta porque nos agarramos a ella. Pues estamos ciegos y sin rumbo. Y sólo vamos tentativamente.

El problema es que los demás dicen lo mismo de vosotros. Pues vosotros sois como ellos: tenéis vuestro ombligo pero más grande y poderoso, que lo domina todo e imponen su voluntad. Es decir, el pez grande se come al pequeño, aunque alguna vez no pasa. Con afecto y con cariño.

Gracias por la publicación, Jehaziel. Pero parece todo tan infantil. Jung, no se daba cuenta que el pensamiento es el pensador. Y por eso, le daba tanta importancia al pensamiento y todo lo que genera de visiones, experiencias, etc. Es como el orar, hablar con Dios, etc., todo es fruto del pensamiento del que ora y medita.

Según ese dibujo, el imbécil es el mismo creador. Pero, las palabras no resuelven las cuestiones. Pues, él creador podría decir: ¿La culpa es del que me creó’.

El cerebro, el pensamiento, la mente, es como el estómago según lo que come eso mismo va a condicionar su actividad.

El arrepentimiento es folclórico y ridículo, pero enmendar y descartar radicalmente lo negativo, eso es otra cosa.

Si lo miras de una manera microscópica tienes razón, en que hay algunas diferencias. Pero, los hijos de indios aborígenes, ¿cómo pueden deshacerse de esa condición? ¿Cómo puede deshacerse, el hijo de un rey que se ha criado en palacio, de todo lo que ha absorbido y asimilado? Cuidado, Jorge, no digo que haya una fatalidad en la que no haya manera de salir. Pero eso, está ahí. Si no, mírate tú y verás lo parecido que eres a los demás. Es difícil comprender, unir, la visión micro y la macro. Desde la tierra todos los planetas que vemos, podemos verlos iguales o diferentes. Pero todos tienen algo en común: son redondos, giran, tienen tierra, etc.

Con todos los respetos, ¿conocemos a alguien que sea así -perfecto-? No nos olvidemos que el hombre es quiero y no puedo. Y cuando antes nos demos cuenta, antes saldremos del conflicto entre lo que es y lo que me gustaría que fuera.

La creencia, agarrarse a ella, es la esencia del desorden y la confusión. Pues, al estar agarrado, clavado, en una creencia nos dividimos internamente. Y si hay división, todo es como girar en un círculo cerrado de conflicto, desdicha y angustia.

Se supone que cuando te mueras se acabó todo. Y ese que habla como si hubiera venido de la muerte, ¿qué clase de verdad postula sino un delirio poético, etc.?

Yo soy tú. Y tú eres yo. El observador es lo observado. Esto genera inteligencia y compasión. Y mientras no lo entendamos, seguirán las contiendas, los enfrentamientos, las disputas y toda su desdicha.

No solamente el ateísta, todos estamos equivocados cuando queremos imponer nuestra visión estrecha e incompleta manera de ver las cosas. Por lo que somos una raza de fanáticos en esta maravillosa tierra. Y el fanatismo –y su conflicto- no tiene nada de amor.

Si alguien está iluminado -sin conflicto alguno-, todas sus relaciones son amor. Ahora, hay que vivirlo para saber que es verdad.

Entonces, Jahaziel, ¿qué haces para que esa falsedad no prosiga?

Eso mismo pasa con los arcos que son usados para defensa y ataque. Casi todas las culturas, aunque estén aisladas, lo usaban. Creo que la explicación está en la transmisión no verbal de lo que sucede. Que los otros si lo encuentran favorable para ellos lo confeccionan. Se hizo un experimento, entre dos grupos de ratas, en sitios opuestos en la tierra. Las ratas tenían que encontrar la comida a través del paso de un laberinto. Cuando un grupo logró llegar a la comida, el otro grupo también lo logró.

El principio y el final son lo mismo. Pero ahí está la brecha entre el principio y el final, que son nuestras vidas. ¿Podemos ir más allá de esa brecha? Si decimos que no, nos hemos bloqueado. Y si decimos que sí, ¿es eso verdad o es una idea o teoría? Por tanto, uno lo tiene que descubrir.

Es decir, descartar, ir más allá del 'yo'. Aunque eso es mucho, eso ha de ser toda la vida. Pues, el 'yo' desaparece y vuelve aparecer.

Si es verdad, Enghelbertb, que hay fanáticos que se manifiestan con insultos y descalificaciones. Pero, eso son cosas superficiales. Porque en esencia, básicamente somos psicológicamente iguales. Tenemos las mismas reacciones de temor, nos sentimos agraviados, respondemos ante un ataque, el cuerpo nos reclama que lo defendamos. Siempre habrá alguien que nos tenga celos y envidia. Pero, uno tiene que ir más allá de todo eso.

O los altos ejecutivos, educados en colegios religiosos donde se imparte la religión a machamartillo, cuando son corruptos e inmorales. Con sus vidas ostentosas, con varias viviendas, con toda clase de caprichos y despilfarros. Ellos saben lo que hacen, pero viven en una especie de amnesia que les provoca la adicción a la riqueza y lo que ésta proporciona.

La cuestión es: si el Sr. Carter tuviera ahora treinta años menos y fuera presidente, ¿actuaría cómo lo han hecho los últimos presidentes? Si no le importara perder la presidencia, podría actuar diferentemente. Pero así y todo, se tendría que ver.

¿No nos damos cuenta que si no pasamos de los adjetivos como comunista, fascista, ateo, creyente, anarquista , no saldremos del odio y la amargura? ¿Qué importa quién sea la persona? Si uno ama, no le importa lo que sea cada cual. El que no va más allá de todos esos adjetivos hace el ridículo, aunque él no se dé cuenta. Porque la división es lo que nos quita el que seamos seres humanos completos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario