Seguramente te creas que tienes
toda la razón, Sibyla. Pero, no la tienes. Esto es lo mismo, es igual, como un
pleito entre vecinos, o entre una pareja. Y nunca uno es el único culpable. Pero lo planteáis como si estuviéramos en una
tertulia de fútbol y fuéramos fanáticos seguidores. Y por eso, estamos como estamos:
Unos dicen, la culpa es del mal arbitraje, el otro dice lo mismo, etc. Insisto
todo superficialidad, fanatismo y odio, mucho odio. Pero el odio, como a los
vecinos o a la pareja no se lo puedes lanzara la cara, porque él también te
puede responder de la misma manera. Así que la cuestión siempre es la misma: Si
quieres la paz, ¿por qué haces la guerra? Siempre es lo mismo, tan viejo como
el mismo hombre. La pregunta es: ¿Por qué no ven todo el peligro del conflicto
y el enfrentamiento? ¿Tan enloquecidos están qué quieren volver a la violencia,
a la guerra? Y eso que son cristianos, cuando esa actitud no tiene nada de
cristianos, sino de fundamentalistas a los que tanto odian también.
¿Se puede comprender y saber dónde
se ubica el universo? Y, ¿qué ubica a lo que ubica el universo? El misterio es
tan grande que no lo podemos entender. Sólo podemos decir, como escape, que
todo es fruto del pensamiento. Pero la realidad permanecerá ahí.
Si no respeto y reconozco a los
otros como seres humanos que son como yo, no podré ser libre. Porque se
lanzarán contra mí como si fueran fieras enfurecidas.
¿Solamente creen qué son
diferentes las mujeres? Si los hombres hacemos lo mismo. Cuando uno comprende
que el observador es lo observado, que tú eres yo y al revés, nos damos cuenta
que esas diferencias son una ilusión.
La mente es lo mismo que el que
pregunta qué es la mente. Es decir, el pensador y el pensamiento son lo mismo.
Entonces la pregunta es: ¿Por qué
cuando se deteriora el cerebro, o muere, la conciencia desaparece? Lo que
quiere decir que la conciencia también puede ser un invento. Es decir, seguimos
siendo como los animales. ¿Por qué cuando un caballo o un león mueren que pasa
con su conciencia, desaparece o no? La conciencia puede que sea la programación
que nos hace comer, beber, resguardarnos de lo que nos deteriora el cuerpo,
reproducirnos. Pero que al vernos tan poca cosa ante el universo, hemos
inventado algo para hacernos importantes como la mente, la conciencia. Por eso,
se dice que todo es fruto del pensamiento. Y el pensamiento fuera del ámbito
doméstico, científico-técnico, no tiene ningún valor, es irrelevante. Porque el
pensamiento es repetitivo, divisivo y siempre viejo. No lo nuevo. Pero lo nuevo
es lo desconocido y le tenemos miedo. Por eso, nos agarramos a lo viejo que es
el invento de la mente y la conciencia, podríamos decir también el cielo, el
paraíso, el nirvana, etc.
Patricia, el pensamiento no se
puede dominar, porque eso significa un conflicto entre el pensador y el pensamiento.
Por eso, sólo podemos comprender el pensamiento e ir más allá de él. Si me
permites lo describiré de la siguiente manera: uno va por la calle y se cerca
alguien que conoce y quiere estar contigo, quiere hablar, si lo rechazas habrá
conflicto entre él y tú. Si lo dejas hablar y lo tratas como lo que es, una amistad tuya, irás
comprendiendo lo que eso es a medida que va sucediendo la conversación. Hasta
que llegue el final de la conversación natural y sencillamente. Ahora bien, en
el transcurso de la conversación uno puede comprender que es mejor descartarla
asumiendo todo lo que ello conlleva.
No hay conflicto. Es simple.
Pero, Patricia, si pensamos que eso siempre va a ser a así, llegará el
conflicto. Porque creeremos que todo es sin conflicto, pero ese no es un hecho.
Uno cuando ve que está en conflicto no tiene que hacer un conflicto de eso. Si
no mirarlo, sin querer que cese ni alentarlo, y así desaparece. Eso es la
solución que tenemos para todos los retos que nos llegan que se convierten en
conflictos.
Sí, Jorge, todos somos
básicamente iguales psicológicamente. Tú quieres que te respeten, ¿a quién no?
Tú quieres salud, no tener dolores, todos queremos lo mismo. Tú quieres
libertad para vivir sin que te dominen, los otros también la quieren. Entre un
asesino y otro que no lo es, la diferencia es que el destino de cada cual le
lleva por distintos caminos. Si uno tuviera las mismas circunstancias que han
conformado su vida a un asesino, también lo sería. Y si el asesino hubiera
vivido las circunstancias de uno que no es asesino no lo sería. Por eso, el
observador es lo observado. El que observa, tú, es lo mismo que yo, sin la
educación y lo que nos condiciona para que seamos de una manera determinada o
no.
El conflicto es, dos fuerzas antagónicas que se enfrentan y
están en contradicción. Pero cuando llega, cuando estamos dentro del conflicto,
eso prosigue. Pero no queremos que prosiga, nos molesta eso tan desagradable
que es el conflicto. ¿Qué hacer entonces, sabiendo que todo lo que haga me va a
dejar en el mismo conflicto? Pero no queremos estar en el conflicto. Ese es el
drama de la vida, porque los conflictos siempre van a estar ahí.
Puede que la solución es más
fácil de lo que creemos. Viene el frío y con él las molestias que llegan
consigo. Y no quiero esas molestias. Por lo que empiezo a hacer algo:
abrigarme, comer más, etc. Pero el frío está ahí punzante y desagradable. Muy
bien, pero no voy a pelear con él, voy a gozar de esa cosa tan maravillosa que
es el frío. Fin del problema y el conflicto.
Es muy sencillo, Jorge. Si tú
naces en una familia que tu padre y tu madre son aficionados a la música
clásica, tienen piano y violín que tocan constantemente desde siempre, tú
crecerás con esa música. Y cuando la oigas por ahí sentirás un efecto
reconfortante, ¿no? Ahora otro que su padre le gusta la guitarra, ya sea para
cantar flamenco o tocar música rock, cuando escuches esa música volverás a
revivir el calor del hogar, de tu padre que desde chiquitín te tocaba esa
música. Y de ahí no podemos huir. De la misma manera si todo hubiera sido
desagradable, al volverlo a escuchar llegaría esa desagradabilidad. Ahora ponlo
en cualquier circunstancia de tu vida y verás los resultados. Pus nada sale de
la pared, todo tiene su implacable relación, ya se a que nos convenga como no.
Según las últimas informaciones
belicistas del presidente -sobre el estar dispuesto a invadir a otros países
siendo que el suyo está a punto de convertirse en un país en quiebra-, racistas
-defender a una comunidad y despreciar a otras-, la chulería que demuestra en
algunas de sus opiniones delicadas y sensibles, la chabacanería que demuestra
en cada paso que da, parece que no hayan pasado las elecciones y sigamos como
hace un par de años.
Intente ser más humano y no tan
belicista. Vaya al origen de la violencia, que es la pobreza, la falta de
respeto, la falta de una justicia distributiva, y déjese de aventuras
invasivas, de criminalizar a una raza y ensalzar otras, como mezquinos que
desean algún beneficio material. ¿Tan mal está para tanta bajeza?
¿Qué pasa con la mente o
conciencia cuándo morimos? O, ¿es qué la mente, la conciencia, el nirvana, la
liberación, etc., es todo un invento de la mente-pensamiento?
Pero, Regio, cuando mueres todo
se acabó. ¿No somos cómo el perro o el pájaro que muere y ahí se acaba todo
para ellos? ¿O es qué queremos más y no hay más?
Nada por arriba para cubrirme ni
nada por abajo para apoyarme. Entonces sí que llega lo nuevo.
Y la vida de los hombres es una
ilusión. Creyendo toda clase de no-hechos.
Si nosotros somos la continuidad,
la evolución animal, todo lo que tenemos es un montón de recuerdos. Y la
percepción de que donde no hay división se genera algo extraordinario que
llamamos amor, bienaventuranza, compasión, el fin del conflicto.
Podría ser la palabra conciencia,
ser consciente de lo que vemos y de nuestro cuerpo.
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