Pilar, primero que nada te he
informado que ese texto era una copia. Segundo, si no te sientes aludida, ¿por
qué te irrita? Identificarse con lo que sea, el nacionalismo, la religión, la
familia, el clan, la tribu, etc., genera todos los problemas que tenemos. No
solo los que aparecen recurrentemente, sino toda la vida con la identificación
se convierte en una agonía. Porque nos paraliza, nos hace débiles, nos pone
neuróticos. Hemos de ir más allá de nuestro condicionamiento, como mujer, como
hombre, como negro o blanco, como europeo o africano, pues todo eso nos divide
y fragmenta. Y si hay división no puede haber amor. Con afecto.
Pero, Arún, si yo te hablo de un
sabor y no lo he probado comiéndolo, ¿qué sentido tiene que te lo explique con
palabras? Al nivel que estamos hablando y comunicando, la palabra es muy pobre.
Y uno tiene que ir más allá de las palabras, sino no capta todo el maravilloso
sentido que queremos transmitir. Y para ello, hemos de estar libres de lo que
dijo esta persona u otra que nos cae más simpática.
Todos tenemos una conciencia que
viene y se va. Es decir, la conciencia es caprichosa, pues llega
recurrentemente y se va. La pregunta es: ¿Puede alguien permanecer para siempre
en esa conciencia? No, porque está unido a toda la mente global y participa de
ella. Y esa mente global, es deseo, necesidad, sufrimiento.
Cuando el 'yo' cesa, la curación
es.
“Nadie tiene derecho a quitarle
la vida ni dentro ni fuera, a nadie si..."
Pero esa no es la realidad. La
realidad es que hay unos que lo quieren todo. Y hacen todo lo que haga falta
para seguir acaparándolo todo. Si tuvieran amor, ¿serían mezquinos, egoístas,
usureros, insensibles ante el dolor de la pobreza y la miseria? La riqueza
también genera estupidez y cretinismo.
Las utopías son como los que se
creen libres porque tienen un cierto margen de movimiento. Pero no pueden salir
de la tierra, están presos en ella, como están las gallinas en un gallinero.
Sólo viendo ese hecho de que cualquier acción que hagamos para ser libre es un
fracaso, uno se vuelve libre del deseo de ser libre y es realmente libre.
Estamos condicionados para que
veamos la paja en el ojo de los demás, pero no vemos la paja que tenemos en
nuestro ojo que no nos deja ver la realidad. ¿Hay diferencia entre las personas?
No. Sólo hay condicionamiento. Las diferencias son superficiales: uno es moreno
otro rubio, alto o bajo, unos comen arroz otros lentejas. La esencia es la
misma: lo mío es mejor, lo tuyo es peor, lo malo. De ahí el odio, la rabia, el
deseo de destruir al que creemos que es nuestro enemigo. ¿Si hubiera amor actuaríamos de esa manera?
Por eso el trabajo está en mí, en tú, en cada uno de nosotros. Todo lo demás es
ignorancia, excitación por diversión y entretenimiento. El problema es, que ese
capricho y diversión genera sufrimiento y dolor. El único y verdadero problema
soy yo. Mientras no esté limpio, ¿qué te puedo decir a ti?
Y también se dice; 'Es más
difícil que un rico llegue al cielo que un elefante pase por el agujero de una
ajuga'.
Tememos a la libertad porque
tememos ver a la muerte cara a cara. Donde no hay miedo, hay libertad. Pero eso
significa que uno ha de ser vulnerable, tener la posibilidad de morir. Por
tanto, mientras no estemos más allá de lo que es la vida -como la vivimos-, no
habrá libertad.
Vamos a seguir con la muerte -que
es también la del 'yo'-, ¿nos preguntamos por qué un loco nos tiene que querer
matar?
La libertad, ¿no es cuándo el
'yo' cesa? Por tanto, un hombre sin la actividad del 'yo' siempre será un
peligro para los que viven pendientes del 'yo', que no quieren deshacerse de
él.
¿El 'yo' no viene y se va? Pues
cuando el 'yo' se va llega la conciencia. Cuando el 'yo' vuelve, la conciencia
no puede ser. La conciencia entendida como liberada.
Patricia. Pero ese cobarde cuando
se transforma en un héroe, ha de estar libre del 'yo' y no tiene miedo. El
problema es, ¿por qué vuelve el 'yo' y su miedo?
La madre cuando se expone para
proteger a su hijo va más allá de su 'yo', ¿no? El 'yo' que dice: me estoy
dejando mi vida de ir a las conferencias, de leer el último libro que me han
dicho que todos lo han leído, el último video de una serie de un álbum, etc.
El 'yo' no se puede suprimir, eso
sería tanto como estar descerebrado, sin conciencia. Solamente podemos ir más
allá del 'yo', pero siempre habrá miedo y temor, deseos de más, etc. Por eso,
cuando se dice que uno está iluminado, en el nirvana, eso es otra ilusión.
Porque, esos estados vienen y se van, son recurrentes. Porque la mente al
participar obligatoriamente de todas las mentes, la mente global, ha de
experimentar lo que experimentamos todos: toda la gama de circunstancias que
nos provocan alegría, gozo, belleza, ansiedad, miedo, división, conflicto.
Humberto, sea lo que sea ahí está
el miedo, que es división de lo que es, de la realidad. La división y el miedo
es lo mismo. La percepción de cada cual es algo que está más allá de nosotros,
pues cada uno tiene la que tiene, la que le ha llegado. Es como el nacer en
Asia, o en América. Ahí no podemos entrar ni tocar, porque nos perdemos en
divagaciones interminables.
La contradicción no es algo que
depende de nosotros totalmente. Pues, cuando vamos más allá del 'yo', no existe
censura alguna para decir: eso que estoy diciendo es contradictorio. Si no que
cuando ya vuelvo a lo cotidiano, donde el 'yo' interactúa es cuando reconozco
que he sido contradictorio.
El más allá incluye a lo
cotidiano, lo usa para que prosiga el orden. Es como el pensamiento, que en el
ámbito psicológico es negativo, pero en el ámbito doméstico, científico,
material, tiene su sentido. Por lo que la mente no dividida lo usa para que
todo funcione sin que haya caos. Me tengo que acordar que me dijiste que te
despertara en la mañana porque tenías que ir a una excursión. Y el hecho de
recordar que me lo dijiste, eso es el pensamiento que tiene que operar para que
haya orden. Cuando digo: 'Ayer lo pasé tan bien, que quiero que se repita y se
repita', ese pensamiento va a generar desorden y caos.
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