sábado, 13 de octubre de 2012

Escritos y publicaciones, 13-10-2012



Pilar, primero que nada te he informado que ese texto era una copia. Segundo, si no te sientes aludida, ¿por qué te irrita? Identificarse con lo que sea, el nacionalismo, la religión, la familia, el clan, la tribu, etc., genera todos los problemas que tenemos. No solo los que aparecen recurrentemente, sino toda la vida con la identificación se convierte en una agonía. Porque nos paraliza, nos hace débiles, nos pone neuróticos. Hemos de ir más allá de nuestro condicionamiento, como mujer, como hombre, como negro o blanco, como europeo o africano, pues todo eso nos divide y fragmenta. Y si hay división no puede haber amor. Con afecto.

Pero, Arún, si yo te hablo de un sabor y no lo he probado comiéndolo, ¿qué sentido tiene que te lo explique con palabras? Al nivel que estamos hablando y comunicando, la palabra es muy pobre. Y uno tiene que ir más allá de las palabras, sino no capta todo el maravilloso sentido que queremos transmitir. Y para ello, hemos de estar libres de lo que dijo esta persona u otra que nos cae más simpática.

Todos tenemos una conciencia que viene y se va. Es decir, la conciencia es caprichosa, pues llega recurrentemente y se va. La pregunta es: ¿Puede alguien permanecer para siempre en esa conciencia? No, porque está unido a toda la mente global y participa de ella. Y esa mente global, es deseo, necesidad, sufrimiento.

Cuando el 'yo' cesa, la curación es.

“Nadie tiene derecho a quitarle la vida ni dentro ni fuera, a nadie si..."
Pero esa no es la realidad. La realidad es que hay unos que lo quieren todo. Y hacen todo lo que haga falta para seguir acaparándolo todo. Si tuvieran amor, ¿serían mezquinos, egoístas, usureros, insensibles ante el dolor de la pobreza y la miseria? La riqueza también genera estupidez y cretinismo.

Las utopías son como los que se creen libres porque tienen un cierto margen de movimiento. Pero no pueden salir de la tierra, están presos en ella, como están las gallinas en un gallinero. Sólo viendo ese hecho de que cualquier acción que hagamos para ser libre es un fracaso, uno se vuelve libre del deseo de ser libre y es realmente libre.

Estamos condicionados para que veamos la paja en el ojo de los demás, pero no vemos la paja que tenemos en nuestro ojo que no nos deja ver la realidad. ¿Hay diferencia entre las personas? No. Sólo hay condicionamiento. Las diferencias son superficiales: uno es moreno otro rubio, alto o bajo, unos comen arroz otros lentejas. La esencia es la misma: lo mío es mejor, lo tuyo es peor, lo malo. De ahí el odio, la rabia, el deseo de destruir al que creemos que es nuestro enemigo.  ¿Si hubiera amor actuaríamos de esa manera? Por eso el trabajo está en mí, en tú, en cada uno de nosotros. Todo lo demás es ignorancia, excitación por diversión y entretenimiento. El problema es, que ese capricho y diversión genera sufrimiento y dolor. El único y verdadero problema soy yo. Mientras no esté limpio, ¿qué te puedo decir a ti?

Y también se dice; 'Es más difícil que un rico llegue al cielo que un elefante pase por el agujero de una ajuga'.

Tememos a la libertad porque tememos ver a la muerte cara a cara. Donde no hay miedo, hay libertad. Pero eso significa que uno ha de ser vulnerable, tener la posibilidad de morir. Por tanto, mientras no estemos más allá de lo que es la vida -como la vivimos-, no habrá libertad.

Vamos a seguir con la muerte -que es también la del 'yo'-, ¿nos preguntamos por qué un loco nos tiene que querer matar?

La libertad, ¿no es cuándo el 'yo' cesa? Por tanto, un hombre sin la actividad del 'yo' siempre será un peligro para los que viven pendientes del 'yo', que no quieren deshacerse de él.

¿El 'yo' no viene y se va? Pues cuando el 'yo' se va llega la conciencia. Cuando el 'yo' vuelve, la conciencia no puede ser. La conciencia entendida como liberada.

Patricia. Pero ese cobarde cuando se transforma en un héroe, ha de estar libre del 'yo' y no tiene miedo. El problema es, ¿por qué vuelve el 'yo' y su miedo?

La madre cuando se expone para proteger a su hijo va más allá de su 'yo', ¿no? El 'yo' que dice: me estoy dejando mi vida de ir a las conferencias, de leer el último libro que me han dicho que todos lo han leído, el último video de una serie de un álbum, etc.
El 'yo' no se puede suprimir, eso sería tanto como estar descerebrado, sin conciencia. Solamente podemos ir más allá del 'yo', pero siempre habrá miedo y temor, deseos de más, etc. Por eso, cuando se dice que uno está iluminado, en el nirvana, eso es otra ilusión. Porque, esos estados vienen y se van, son recurrentes. Porque la mente al participar obligatoriamente de todas las mentes, la mente global, ha de experimentar lo que experimentamos todos: toda la gama de circunstancias que nos provocan alegría, gozo, belleza, ansiedad, miedo, división, conflicto.

Humberto, sea lo que sea ahí está el miedo, que es división de lo que es, de la realidad. La división y el miedo es lo mismo. La percepción de cada cual es algo que está más allá de nosotros, pues cada uno tiene la que tiene, la que le ha llegado. Es como el nacer en Asia, o en América. Ahí no podemos entrar ni tocar, porque nos perdemos en divagaciones interminables.

La contradicción no es algo que depende de nosotros totalmente. Pues, cuando vamos más allá del 'yo', no existe censura alguna para decir: eso que estoy diciendo es contradictorio. Si no que cuando ya vuelvo a lo cotidiano, donde el 'yo' interactúa es cuando reconozco que he sido contradictorio.

El más allá incluye a lo cotidiano, lo usa para que prosiga el orden. Es como el pensamiento, que en el ámbito psicológico es negativo, pero en el ámbito doméstico, científico, material, tiene su sentido. Por lo que la mente no dividida lo usa para que todo funcione sin que haya caos. Me tengo que acordar que me dijiste que te despertara en la mañana porque tenías que ir a una excursión. Y el hecho de recordar que me lo dijiste, eso es el pensamiento que tiene que operar para que haya orden. Cuando digo: 'Ayer lo pasé tan bien, que quiero que se repita y se repita', ese pensamiento va a generar desorden y caos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario