miércoles, 31 de octubre de 2012

Escritos y publicaciones, 1-11-2012



¿Sólo comunicación química a varios kilómetros de distancia? La realidad, lo que sucede, se puede describir de muchas maneras.

Sólo buen olfato desde varios kilómetros dentro de una ciudad, si no va acompañado de suerte no sería posible. Porque desde tan lejos el olfato en una ciudad no funciona. Por lo que se tiene que acercar mucho para olfatear las feromonas de la hembra.
La cuestión es el infinito que no se puede ni medir ni abordar.

Los maestros cuando hablan, o cuando alguien hace algo extraordinario -como subir una escalera corriendo sin mirar los escalones-, están en una especie de trance.

“La humanidad está diseñando su propio destino”.
Hasta un cierto punto. Porque todos los pelos que tenemos están contados. Ni una sola hoja se mueve por capricho. Nosotros actuamos por una serie de acciones y reacciones que no podemos ver dónde está el principio.

He leído tu entrevista en el diario..., de ayer. Gracias.

Eso mismo que pasa con los abusos sexuales en el deporte, también pasa con los gurús y maestros. Porque, una persona cuando desea algo fervientemente, que va tras ello durante mucho tiempo, con tal de conseguirlo se entrega a lo que sea. Más aún si es a su maestro, entrenador, instructor, etc.

Los niños son inocentes. Pero los más mayores lo consienten sabiendo que van a conseguir unas ventajas que de otra manera no llegarían a conseguir. Por lo que las dos partes obtienen beneficios. Más aún en una sociedad donde da tanta importancia al triunfo, a ser el mejor, el campeón, el admirado, con todos los premios y las ventajas que conlleva.

Lo más curioso es que es absurdo que alguien odie a uno y no le deje salir ni darle la independencia. ¿Por qué será, por un beneficio propio, un aprovechamiento, por dinero? Los dictadores nunca se enteran realmente que son dictadores. Y si se enteran les da igual, pues ellos están poseídos con sus ideas absurdas, que generan conflicto, desorden y confusión.

El problema es que a dios no se le puede implicar y relacionar con la lógica y los problemas humanos. Pues, dios o lo que sea, el orden, lo total, lo absoluto, no se puede comprender y poner en palabras. Porque todo lo que digamos, eso no es. Pero, también lo es. Y todo eso es infinito.

Ves Enghelbertb, tú mismo dices: 'Cuando algo no se entiende no implica la existencia de un ser imaginario'. Eso quién lo dice, tú me imagino que no, porque no crees. Pero así y todo como hablamos de eso pues al final lo nombramos y nos enredamos. Por eso dije antes que hablar dios es de tontos. Dicho esto, habrá qué ir al principio de la evolución, ¿no? Ya que eres un científico. Y ¿cómo llegarás al principio? Las preguntas y las respuestas son infinitas. ¿Cuándo acabamos? Cuando nos agotamos de buscar. O cuando vemos que ese buscar  no tiene ningún sentido.

He leído tu entrevista en el diario…, de hoy. Gracias.
Las fotos, los libros, las películas, los cuadros, los monumentos, los muebles, los vestidos, los edificios y las casas, etc., todo eso tiene muy poco valor. Pues una vez está hecho, pierde toda la maravilla que es el hacerlo. Lo hacemos, pero eso que hacemos se ha convertido en un negocio. Y los negocios lo devoran todo.
Si volviéramos a ser jóvenes veríamos lo ridículos que se ve todo lo que se ha hecho. Por eso, cuando vemos un reportaje de hace veinte o treinta años atrás, nos horrorizamos de cómo íbamos vestidos, el corte del pelo, los coches que usábamos, cómo eran las relaciones y cómo tratábamos a las personas.
Y como todo es tan efímero, la solución no es darle importancia a lo que hemos hecho, sino a lo que hacemos. Lo que se hizo ayer, no vale para hoy. Esa es la dinámica de la modernidad, de la vida vivida en el presente, en el ahora.

Si uno se agarra a algo no puede funcionar adecuadamente, está impedido. Los pensamientos si nos identificamos y agarramos a ellos nos fragmentad de la totalidad de la energía, por lo que no actuamos adecuadamente.

Hay personas que lo tienen todo, pero no tienen su vida, no la disfrutan, nos son conscientes de lo que es tener vida. Eso sucede con todo: con el dinero, la abundancia de cosas, alimentos, etc., nada tiene un verdadero sabor.

Esa brutalidad y violencia antes de la crisis ya estaba ahí. Y es porque cuando todo va bien, que vivimos inatentos y nos entregamos a los caprichos y al placer. Vivir es algo muy serio, porque en cualquier momento todo puede suceder. Por eso, uno tiene que vivir como si estuviera siempre en crisis: atentos y alertas, austeros y no corruptos.
Una vez el incendio está en marcha, hasta que no lo devore todo no va a parar.

El odio a los demás -una persona, un grupo- nos divide. Y el campo de acción se queda restringido porque la energía no fluye en su totalidad.

Cuando no hay libertad, no la hay para nada. Porque, la energía no fluye en su plenitud y todo está restringido, comprimido y confuso. El problema está en saber que no hay libertad y luchar por conseguirla. Porque esa lucha, ese deseo de ser libres, nos deja sin libertad. Por lo que siempre estamos haciendo las cosas para ser libres. Cuando la libertad es algo interno que nada tiene que ver con lo externo, con lo que sucede.

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