Pero cuidado, nos hemos de atener
a los hechos. Pues vivir con lo que debería ser, inventando otra realidad que
nos gusta más, no resuelve el problema. Aunque nos entretenga y distraiga.
Antes que nada, quiero decirte
que siempre que te veo tengo la duda de que la mayoría de las coas que dices,
es una pantomima que el director del programa te dice que digas. Pues, como
creo que no eres estúpido ni cretino, las tonterías que dices resultan inverosímiles.
Cuando en una pareja, esposa y
esposo, amigos, etc., uno de los dos decide que esa relación se ha acabado.
¿Ves algún problema, Alfonso? Cuando más subdesarrollado es uno, más se opone a
que el otro tenga la libertad para que esa relación termine. ¿Qué te parecen
los hombres, que se oponen a que sus amigas, esposas, etc., finalicen la
relación y las maltratan, las obligan, las fuerzan e incluso las asesinan?
¿Puede haber amor sin libertad? ¿Puede haber amor si te fuerzo a ti para que
hagas lo que no quieres? ¿Por qué eso que ves tan claro aquí, no lo ves igual
de claro en el ámbito social, en las relaciones directas, en la política?
Es por eso, que llevamos una
doble vida, diciéndonos demócratas, morales, cristianos, de orden, que
rechazamos la confusión, pero que nuestros hechos son todo lo contrario, que esta
sociedad corrupta e inmoral lo arrasa todo. Somos una civilización neurótica,
hipócrita, desgraciada, ya sea que uno sea de izquierda o de derechas, creyente
o no. Los cristianos y los comunistas-socialistas son los más hipócritas, pues
divulgan y exigen a los demás lo que ellos son incapaces de hacer, de vivir. Con afecto y con cariño.
Está claro que los padres, el
ambiente familiar, los vecinos, la escuela, todo eso nos condiciona y determina
para que seamos de una manera o de otra. Pero eso no es determinante, sino
viviríamos en la fatalidad. Y por eso que no somos fatalistas, es que
intentamos informar de los obstáculos e impedimentos que nos hacen que nuestra
claridad mental, que es sensibilidad, no pueda ser. Y el mayor obstáculo es el
condicionamiento que hace que vivamos divididos y enfrentados. Y verlo
claramente, es liberarse de ese condicionamiento.
Lo único real es el dolor que
sientes si te van a desahuciar del apartamento donde vives, si te envían al
paro, o si te roban el coche. ¿Puede un hombre normal aceptar que todo eso es
una ilusión, una creación mental, que lo que persiste es la dicha de la
eternidad y la felicidad?
Si te estás helando de frío, o
asando de calor, ¿para qué sirven esas palabras? Las palabras no son lo real,
son el vestido que más le conviene a uno, ya sea que las diga un sabio, la
autoridad del llamado santo, un hombre cualquiera que vas por la calle. La
realidad es de cada cual y sólo cada cual la sufre o la goza.
¿Tú, Humberto, has visto a algún
animal que no actúe por beneficio propio -el de él mismo, su manada, su
territorio, etc.-? ¿Puede ceder por amor un animal a sus hembras -aunque sea a
alguna- para que los otros también se reproduzcan? Podemos decir que los más
fuertes es mejor que se reproduzcan para la naturaleza y la raza, etc. Pero
todo eso es la programación, el condicionamiento, donde el amor no puede ser.
Etania tan moderna que pareces,
cosmopolita y todo eso, cuando alguien decide marcharse de su casa familiar,
¿los demás pintan algo como decirle que no se puede marchar, que los demás
miembros de la familia lo tiene que aprobar, etc.? Parece que se os haya ido la
inteligencia y actuáis como los nacionalistas fanáticos y neuróticos. Como
cristianos que somos, tendríamos que ayudar al que se quiere marchar de nuestro
lado, como lo hacen los emigrantes, para facilitarle el nuevo reto de lo
desconocido. Y en esto está el amor, la
democracia. No en las palabras ni en las leyes, todas egoístas, estatificadas,
lo que mata a ese amor tan necesario para que la vida no sea una lucha, un
enfrentamiento egoísta.
Ese problema, ese paradigma del
agarrarse, es lo que hacemos todos. Porque si uno que va a subir al avión, no
se agarrara al horario cuando alguien lo entretiene contando sus problemas y
necesidades, perdería el avión. Y así en todo. Por lo que uno que lo ve, tiene
que ir más allá de lo que uno dice y lo que dicen los demás y actuar total e íntegramente.
Y eso es cosa de cada uno, aunque nos parezca a los demás contradictorio o absurdo.
El que los judíos se agarraran a
la revolución comunista tiene su lógica. Pues los judíos siempre habían sido
perseguidos, visto como marginales, un grupo inferior con respecto a los que
detentaban el poder, etc., algo así como son vistos ahora a los moros, o los
europeos del este -los antiguos países de la órbita comunista-. Y cuando
estalló la revolución comunista que el
lema era que todos somos iguales, ellos se agarraron a esa oportunidad
para poder recobrar su dignidad tan maltratada a lo largo de los siglos. Lo que
ha llegado después, lo que hay en la actualidad, es aparentemente todo
diferente a lo que habían sido los judíos y el tratamiento que en todo el mundo
les daban.
Eso no quiere decir que si
cambiara la situación mundial –que Israel no fuera preciso para contener a los
fanáticos árabes contrarios a Occidente, porque estos cambiaran su actitud- tal
vez volviera el rechazo a todo lo judío. Pues los racistas, tienen clasificadas
las razas con sus preferencias y rechazos.
¿Por qué para descubrir la conciencia
hemos de ir plano a plano, circunstancia a circunstancia y así nunca llegamos
al final, que es su comprensión? La conciencia solo es una, que se manifiesta
en la percepción de quiénes somos y lo que sucede. Y eso ha de ser ahora, no
después, mañana, el mes o el año próximo. Porque entonces tendremos el mismo
problema de ahora: la falta de pasión que es atención total, para encarar los
retos, la vida.
Eso es el amor. Estar con el reto
completamente, sin huir ni querer cambiarlo. Solamente estar con él. Sí, así
pueden llegar los milagros.
¿Qué les parece si se
intercambiaran los papeles, les gustaría la situación?
Para vivir como es debido, hay
que tener libertad. La misma que nosotros queremos. Pero, la libertad tiene que
ser para todos. Cuando hay impedimentos, condiciones, amenazas, la libertad no
puede ser. El problema es que los poderosos quieren toda la libertad para
ellos. Y, como son tan poderosos, por eso generan tanto dolor y sufrimiento.
Con lo que he leído, ese escritor
demuestra que tiene una obsesión nacionalista, carca-conservadora. Por lo que
siempre verá enemigos por todas partes.
Cuanto más insultos lancéis,
cuantas más mentiras y tonterías digáis, más os odiaran. Puedes creer que eso
no es cierto ni real, pero eso es eterno, de todo la vida, para todas las
personas.
Todas las personas tengamos éxito
o no, hemos de llegar al dolor. Pero, depende como lo encaremos será soportable
o no.
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