viernes, 28 de septiembre de 2012

Escritos y publicaciones, 28-9-2012



¿Si hay esfuerzo puede haber amor? Si yo te fuerzo a ti, te obligo, ¿eso es amor?
¿O el amor llega como la luna nos sorprende cuando sale sin esperarla?

Nermolla. Pregunto: ¿Si hay esfuerzo, hay amor? Ya sabemos que el amor está ahí pero tú no lo tienes siempre ni nadie tampoco. Por eso repito: ¿Cuando tú fuerzas las circunstancias, a las personas, tienes amor, hay amor?

“¿Pero todo intercambio de ideas, conceptos, siguen siendo elucubraciones inconscientes, sabes tú si tienen alguna utilidad para el hombre?”
En el ámbito científico y material, el intercambio de ideas, información, elucubrar, etc., tiene su utilidad. Pero en el ámbito psicológico, el espiritual, todo eso es un obstáculo, un impedimento. Porque, el despertar a la realidad ha de ser ahora. El tiempo psicológico, es la trampa, la ilusión del llegaré algún día a ver, a ser libre. Y así, se desentiende del ahora, huye del ahora. Por tanto, ¿Podemos ver ahora todo lo que es la vida, lo que somos, en este preciso instante?

“¿Cómo puedes tener miedo de algo que te va a hacer libre?”
Primero que nada tengo que saber qué es eso que me va a hacer libre. Y luego, si lo creo adecuado, lanzarme a ello total y absolutamente. Porque lo bueno para mí puede que no lo sea para ti. La libertad es la ausencia de división y de conflicto.

Si, Kenneth. El estilo es cosa de cada cual. No hay una norma escrita por la que nos tengamos que regir.

Los ashram -centros espirituales-, también son como campos de concentración donde se les lava la mente a las personas. Allí se les dice lo que tienen que hacer, lo que han de comer, cómo han de dormir, cómo meditar, etc., de manera que se les convierte en robots obedientes al que los ha programado.

Humberto. Nacemos libres de lo que la sociedad nos va a transmitir y condicionar. Pero, la parte animal, que es divisiva, está ahí. Los animales solamente pueden actuar en una única dirección, que es su salvaguarda de la vida. No tienen la capacidad de renunciar, de ceder, de ir hacia lo nuevo. Los hombres podemos tener esa posibilidad de lo nuevo, lo que no está en el condicionamiento, en la programación.

Oppenheimer, Einstein y otros,  tan listos que eran, y aún fueron tan estúpidos de dejarse engatusar y engañar por los políticos y los militares, creando la bomba atómica. Lo que quiere decir que si se crea algo, el poder lo tiene que manejar y utilizar para sus fines: dominación, agresividad y como arma violenta para hacer la guerra.  Per la cuestión es: ¿Una mente divisiva, la mente del hombre, qué puede crear que no sea más división, insensibilidad e indolencia,  enfrentamiento, conflictos y guerras?

Un niño que se criara entre animales, sin ver nunca a personas, podría desarrollar la compasión y el amor con solo ver y observar. Se daría cuenta que ante la presencia del animal más fiero y cruel, todos sienten miedo y huyen de él. Y que los que son más pacíficos y no tan crueles tienen una mejor relación con los demás.  Para saber, sólo hace falta ser consciente. La cuestión es, ¿por qué unos son conscientes y actúan –cambian- y otros no lo hacen?

Las interpretaciones son falsas y engañosas. Lo que no nos engaña es ver si lo que nos llega es generador de división o no. Si algo divide, por sagrado que creamos o se nos diga que es, es negativo. Y lo que causa división, hay que descartarlo, ¿no? ¿Por qué no lo hacemos y seguimos con ello, creando más división, desorden y confusión?

Los esclavistas no se aman así mismos, porque al esclavizar a las personas, ellas mismas se esclavizan a los esclavos para que no se vayan, desobedezcan y se liberen. Por lo que el esclavista, un tirano, es un ignorante. Y eso mismo pasa con los maestros y gurús con sus discípulos.

Por miedo, por experimentar placer, se aguanta todo y se provoca todo.

La experiencia de la muerte es infinita, porque la vida y la muerte van juntas. La muerte está en los alimentos que comemos, en lo que aplastamos al caminar por el campo o el parque, está en los accidentes de coches, etc., está en los que mueren de hambre y en la guerra. La cuestión es comprender la muerte y no hacer de ella otro problema.

¿Tan sabio qué era y no sabía que si jugaba con tahúres le tenían que hacer trampas y engañar? ¿O es qué su vanidad, su deseo de más y más, le desbordaban y no se daba cuenta de lo que estaban inventando? Todo lo que inventamos es divisivo. Pues el paradigma del hombre es la división. Mientras ese viejo paradigma no cambie seguiremos divididos entre el 'yo' y el 'tú', entre el 'nosotros' y el 'ellos'. Y para que llegue lo nuevo, hemos de morir a lo viejo y conocido, que es lo repetitivo.

Lo que tú me expongas a mí, solamente yo tengo que descubrir si es verdadero o no lo es. Lo que digas tú y los demás no tiene ningún valor.

El odio, el amor, se puede expresar sin necesidad de palabras. Las palabras son como los intermediarios que van a informar. Por eso, por ser intermediarios son un fracaso. Lo que importa son los hechos. Y los hechos no se pueden mover ni por el tiempo ni el espacio. Por eso, las palabras quieren pero no pueden. Solamente son adecuadas en el ámbito técnico, científico, doméstico, etc.

Si la música no son palabras, pero queremos transmitirla también con palabras. Lo que importa son los hechos, Estefabía, pero como no vivimos siempre con hechos, es cuando llega la amargura. Cuando uno hace una excursión, y se lo pasa muy bien disfruta, pero cuando ese hecho acaba, entonces vienen los problemas. Por eso, uno tiene que ser muy honesto, no corrupto, con todo, con las actitudes que tenemos, gestionar debidamente lo que tenemos entre manos.

El trabajo que tienen que hacer las mujeres es muy difícil pues ellas son perdedoras, en el sentido que a las malas los hombres las pueden físicamente. Por eso, su actitud es intrigante, sinuosa, manipuladora, porque no se puede enfrentar cara a cara a su oponente el hombre. Y esa actitud la agria, la amarga. Y de ahí que las feministas sean tan extremas, porque ven toda la pérdida enfrente de los hombres. Por eso, cada cual ha de saber vivir en el lugar que la vida nos ha dado, ya sea de mujer o de hombre, y saber gestionarlo. A las malas las mujeres no ganan. Y los hombres explotándolas y aprovechándose de su mayor fuerza física, tampoco ganan. Porque eso es lo mismo que ser un tirano esclavista. La paridad, es decir haciendo lo que cada uno pueda sincera y verdaderamente, esa es la solución al problema.

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