El mandón parece un torero con
revolver, desafiando a los asistentes espectadores. ¿Eso hace un efecto
disuasivo para que no se repita? El que está destinado a repetirlo, a hacer una
maldad, lo seguirá haciendo. ¿Por qué no miramos las causas de porqué hay estas
atrocidades? No queremos saberlo, porque entonces tendríamos que renunciar a lo
que no queremos. Por eso, es que hay tanto de venganza, odio y rabia, de dolor,
en un ajusticiamiento. Todo eso visto como lo hacían en el salvaje oeste
americano, parece muy lejano. Pero no, está muy cercano. Está aquí entre
nosotros.
Nos arrastren o no, los deseos
siempre están ahí. La diferencia está en que unos los ven y los gestionan
adecuadamente.
Cuando uno va más allá del 'yo',
todo el paradigma de la edad, del joven o el viejo, desaparece. El 'yo', es
tiempo psicológico. Sin ese tiempo, el 'yo' no sería. Y el tiempo, es el pasado
y el futuro, con el presente, que necesitamos para darle vida al 'yo'. Así que
si uno quiere ir más allá del 'yo' ha de vivir en el ahora, ha de morir a cada
instante a todo lo que va sucediendo.
Todo es más sencillo, Patricia, si
uno va por la acera y ve una piel de plátano en el suelo, ¿no es mejor ponerla
en el borde de la acera y la calle, o arrimarla en a la pared de los edificios?
Si vamos por el parque o el campo, si vemos un caracol, una hilera de hormigas,
¿por qué no hacer lo posible para no aplastarlas?
No lo compliquemos tanto y
dejémonos de romanticismos y excitaciones científicas que nos hacen delirar y
alucinar. Mientras estemos divididos y en conflicto interno, todo lo que hagamos
va ser a peor. Primero se invento el garrote, ahora ya estamos con las bombas
nucleares. La solución no es la ciencia. La solución es moral, espiritual.
¿Para qué quieres ganar el mundo si pierdes tu vida, tu alma?
Engehelbert. Ahí está el error:
en estar poseído y ser adicto de la ciencia. Si ahora desapareciera internet y
lloraras, te deprimieras, no supieras que hacer. ¿para qué te han servido los
años y años de escarbar y cavar en la ciencia si no sabes ni siquiera vivir con
lo que nos viene? El problema no está hacia afuera, está hacia dentro, está
dentro de cada cual. Y no lo vamos a resolver hacia fuera aunque pase un millón
de años con sus inacabables inventos.
¿Cómo sabemos que estamos
iluminados? ¿Hay alguien que nos lo diga? ¿Y a él quién le ha dicho que está o
no iluminado? ¿Hay una junta calificadora que firma títulos de quién está iluminado
o no? ¿Nos damos cuenta de qué estamos tratando? Las palabras, por astutas o
refinadas que sean, no nos van a dar la solución de los problemas. La solución
está en los hechos, en la acción, en la vida real de cada día. Y mientras no
haya moralidad -abstenerse de hacer daño- ¿qué sentido tiene hablar de
espiritualidad, democracia, liberación, o de lo que quiera que se hable?
Es una ilusión creerse uno que es
mejor que otros. Son como dos, que no ven sus fallas y errores, decirse uno al
otro que es mejor. Hay algo que está muy claro, cuando en una relación de
pareja, un matrimonio, una amistad, no funciona, ¿qué es lo que procede hacer?
Primero, intentar arreglar y recomponer la relación. Si no se puede, uno
descarta esa relación. Costes siempre los va haber -el divorcio, los abogados,
traslado de domicilio, etc. -. Y si es que si somos serios, civilizados, libres
de odio, de envidia, de venganza, ¿dónde está el problema?
Patricia, cuando empezamos a
hablar con alguien, un amigo o compañera de trabajo, lo hacemos de algo
determinado. Pero una vez se empieza a hablar, puede llegar cualquier cosa que
no estaba previsto. Eso es como la vida misma: que es inmanejable e
imprevisible. Sé que eso no es la costumbre y parece que no sea científico. Y, por
eso, las costumbres y la ciencia son tan pobres mezquinas.
¿Eso que tú dices, Jacob, es un
hecho para ti o son sólo palabras? Nadie puede juzgar a nadie. Solamente
podemos hablar del comportamiento de los hombres, de la manera cómo funcionan
las mentes. Todo lo demás es ignorancia, soberbia, vanidad, el 'yo' operando.
Cuando tu vas a un pub mucho
tiempo y cambia de dueño, ¿tú qué haces? Todo es muy fácil y sencillo, Etania, sólo
faltan ganas de vivir. La vida es como la comida: si uno no tiene apetito,
cuando le dan la comida la mira la huele, pone pegas y al final no la come. Pero
si uno tiene hambre, la comida que le dan para comer se la come.
Cuando uno se da cuenta que el
que piensa y el pensamiento son lo mismo, es cuando se da cuenta de la falsedad
de la división entre el que piensa -el 'yo'- y el pensamiento. También se puede
decir que el observador es lo observado: tú que me observas a mí, somos la
misma cosa, la misma mente, el mismo 'yo', la misma consciencia.
Lo que desmonta todo conflicto es
cuando nos preguntamos: ¿Tú lo puedes ser, verdad? ¿Por qué no me dejas a mí
que también lo sea y siempre me digas que no lo podré ser porque no me dejarás?
O sea tú fumas, pero no quieres que fume yo, u otro. Por lo que la cabezonería
sigue generando el conflicto sin fin.
Mientras no estés libre de
dueños, nunca serás ni libre ni feliz. Y como no eres libre ni feliz, estás
amargado. Y nunca quieres que los demás quieran y puedan y ser libres ni
felices. Por lo tanto, libérate de tu amo aunque sea tan grande y poderoso. No
tengas miedo de quedarte solo. Porque cuando uno está solo, es cuando está con
todos.
Pues sabiendo como somos ¿por qué
seguimos inventando armamentos? ¿Por qué se dejaron los científicos de turno
persuadir por los que mandaban, para que investigaran y diseñaran la energía atómica-nuclear,
si sabían que iban a fabricar bombas como así lo hicieron? Luego se arrepintieron,
pero los que mandaban, los militares, etc., no les hicieron caso y construyeron
las bombas atómicas. Volvemos otra vez, el problema nuestro no es científico,
porque a la vida no se la puede vencer ni derrotar, nuestro problema es moral,
de corrupción, está dentro de nosotros.
En toda acción de pensar
psicológicamente, está la raíz de todos nuestros problemas, porque nos divide
de la realidad, del ahora, inventando otra realidad que más me gusta y
satisface. También podríamos decir que
la acción de pensar es inatención, porque es cuando nos fragmentamos.
Pero, ¿eso qué importa si vivimos
unos años más, aunque sean cien o doscientos, si lo hacemos inadecuadamente, en
desorden y desarmonía? El problema de la vida, no solamente es vivirla, sino
cómo la vivimos.
Todo está unido, pues si nosotros
estuviéramos limpios de división y conflicto interno, no aceptaríamos ni elegiríamos
a los políticos que aceptan a la violencia y la guerra como un arma para
dominar, imponerse y mandar. Por eso, es que primero hay que partir de uno
mismo, de lo que tenemos dentro: si hay división, si hay odio entre nosotros,
¿qué cabe esperar?
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