sábado, 15 de septiembre de 2012

Escritos y publicaciones 16-9-2012



Si, Daniela, el problema es entender. Pero podemos entender poniendo toda nuestra atención, el corazón y todos los nervios. Porque la atención total, es amor. Y el amor es inteligencia y sabiduría.

Aunque parezca una paradoja, uno en la cárcel puede sentirse libre como si estuviera fuera en la calle. Porque la libertad no es condicionada por nada, ella es está fuera y más allá de toda condición física y temporal. La libertada nace en uno y eso nadie lo puede arrebatar.

Comentario: “Para amar a otros debes primero amarte a ti mismo. Y si tienes defectos (yoes) que producen en tu interior Ira, Lujuria, Pereza, Orgullo, Envidia, Gula, Codicia, etc., ¿cómo puedes amarte? Amarás el error.  Primero debemos limpiarnos, para luego amar a nosotros mismos, después a Dios y a los demás. Todo lo otro seria falacia del ego.”
Respuesta: Mensajero Solar, pero para limpiarte de la ira, lujuria, pereza, orgullo, envidia, gula, codicia, etc., has de entender todo eso. Y para entenderlo ¿has de pasar por todo eso, se tiene que vivir? Eso sería imposible, pues lo negativo es inacabable, como lo adecuado. Por tanto, si tú solucionas y comprendes todo el problema de la envidia, desde que nace hasta que cesa, entonces todas las actitudes negativas, como todas tienen la misma raíz, también quedan comprendidas. Todo está relacionado, formando parte de una unidad, de manera que si tú das un paso en la dirección adecuada, todos los demás pasos seguirán esa dirección adecuada, ¿no?
Cuando uno soluciona un problema, es la mejor manera de amarse. Y si uno se ama, ama a todos los demás.  Y si nos amamos, si amamos a todos los seres vivientes –hombres, animales, plantas-, entonces estás trabajando a favor de todo el universo, la providencia, la creación, Dios, o como quiera que se diga.

Es cierto que nosotros somos divisivos y nos separamos de los demás. Pero el amor, que está más allá de las palabras, lo abarca todo. De manera que uno puede aceptar la compañía de cualquiera, pero puede descartarla por negativa y generadora de malos resultados. El problema no es lo que hacemos, sino por qué lo hacemos y cómo lo hacemos.

La solución a la violencia que hay dentro de nosotros, está en darse cuenta de que estamos divididos y fragmentados internamente. Que al exteriorizarse en cada acto de la vida cotidiana, va a generar conflicto, confusión y desorden. Por lo que, si no lo vemos y comprendemos, lo descartamos, nos lleva a la violencia.

Un hombre liberado, que está más allá de lo agradable o desagradable, ve toda la vida como una celebración. Y en todo eso está el amor.  

Todo lo que puede hacer una persona para ser feliz, es ser honesto, no corrupto ni inmoral. Si no es así, por muchos ejercicios que haga, por muchos métodos que practique, no tendrá paz ni sensibilidad, ni podrá ser feliz.

Si el ego existe o no existe, esa no es la cuestión. La cuestión es: ¿qué hace que yo me diga americano, europeo, cristiano, musulmán, budista, capitalista o socialista? La división interna, ¿no? Pues, es a eso a lo que hay que atenerse. Si comprendemos esa división interna, seguramente no hablaríamos de si existe o no el ego.

Las experiencias son negativas porque nos identificamos con ellas, las reconocemos, lo que hace que deje de ser una experiencia genuina. Por eso, la verdadera experiencia es el vivir sin que opere el pensamiento, y su memoria, en el ámbito psicológico.

¿Es necesario leer los libros sagrados? ¿Para qué? Estos libros, fueron escritos por personas como nosotros. Por tanto, si nos conocemos, si conocemos de qué manera funcionan nuestras mentes, que son las mismas que las de quienes los escribieron, entonces sabremos cual  es su contenido. La mente humana, no ha cambiado en los millones de años de existencia: división y fragmentación interna, conflicto, peleas y contienda, miedo e ignorancia. Y desde ahí, de la división interna, radica y se basa todo lo que inventamos, escribimos y hacemos.

Como de lo que se trata es de influenciar y condicionar, hay que impactar en las personas. Y para ello que mayor imagen que la del dios que hace los milagros que necesito, nazca en los días donde empiezan los cambios físicos en la naturaleza -que es otra falacia ya que la naturaleza siempre está cambiando sin detenerse-.  Eso manejado adecuadamente tiene una gran influencia para las personas creyentes en dioses y santos. En cuanto a que todos las religiones adopten el mismo patrón, es lo mismo que todos los hombres y culturas, sin conocerse, usaban las mismas armas: piedras, bastones, lanzas y el arco y las flechas.
Se hizo un experimento con unas ratas encerradas en un laberinto, que al final de él estaba la comida. Había un grupo en cada extremo de la tierra. Cuando un grupo encontró la comida también lo encontró el otro.

Si esa fotografía es verdadera, ¿para qué iba Stephen Hawking a reunirse con el Papa? ¿Tú lo harías, Enghelbertb?

¿Para qué quiere uno que los otros acepten lo que él dice y cree, como si fuera lo mejor, lo adecuado? Lo adecuado es lo que libera del sufrimiento y el dolor. Pero ese dolor no se puede usar como medicina, sino sería algo sin sentido. Para que ese dolor desaparezca –estamos hablando del dolor psicológico, no del físico- el primer paso ha de ser indoloro. Es decir, ha de haber libertad total para que cada uno piense y haga lo que quiera. Porque si se obliga, se quiere condicionar, sugestionar, forzar y obligar, el dolor va con ello.

Lo de la dependencia con un maestro o gurú, es parecido a una medicina. Cuando alguien tiene un problema de salud, ya sea físico o mental, va al médico o a alguien que uno cree que lo puede aliviar o curar. Hay algunos que pensando en el médico, las medicinas y todo lo que ello conlleva, pueden curar. Hay otros que necesitan ser tratados y se curan por el tiempo. Y hay otros que no se curan nunca. ¿Dónde está el problema si es que tenemos verdaderamente libertad para que cada cual actúe como quiera y lo necesite? Podemos cuestionar e informar, sobre la actitud de dependencia, la lentitud en sanar, etc., pero la decisión es de cada cual. ¿Y no es una prueba definitiva de que tenemos amor, cuando respetamos a los otros en sus necesidades, después de haberlos informado y explicado lo dañino de alguna de sus actitudes?

Lo más lamentable es que hoy en día se sigue practicando el mismo paradigma que trajo a los invasores a los pueblos que eran inferiores en fuerza logística y bélica. Ese paradigma es el de la división, que nos hace insensibles al dolor de los demás, que son iguales que nosotros. Por tanto hasta que no nos demos cuenta que estamos divididos internamente, ese drama de las invasiones con su explotación, su inmoralidad y crueldad, proseguirá. Dejar de estar dividido, es el amor.

No se puede cambiar sin cambiar nuestra forma y manera de vivir. Vivir como lo hacemos ahora, divididos, en conflicto, queriéndonos destruir unos a otros, es lo que hace que existan las ideas y teorías que tengan que ser respaldadas por la violencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario