Si, Daniela, el problema es
entender. Pero podemos entender poniendo toda nuestra atención, el corazón y
todos los nervios. Porque la atención total, es amor. Y el amor es inteligencia
y sabiduría.
Aunque parezca una paradoja, uno
en la cárcel puede sentirse libre como si estuviera fuera en la calle. Porque
la libertad no es condicionada por nada, ella es está fuera y más allá de toda
condición física y temporal. La libertada nace en uno y eso nadie lo puede
arrebatar.
Comentario: “Para amar a otros debes
primero amarte a ti mismo. Y si tienes defectos (yoes) que producen en tu
interior Ira, Lujuria, Pereza, Orgullo, Envidia, Gula, Codicia, etc., ¿cómo
puedes amarte? Amarás el error. Primero
debemos limpiarnos, para luego amar a nosotros mismos, después a Dios y a los
demás. Todo lo otro seria falacia del ego.”
Respuesta: Mensajero Solar, pero
para limpiarte de la ira, lujuria, pereza, orgullo, envidia, gula, codicia,
etc., has de entender todo eso. Y para entenderlo ¿has de pasar por todo eso,
se tiene que vivir? Eso sería imposible, pues lo negativo es inacabable, como
lo adecuado. Por tanto, si tú solucionas y comprendes todo el problema de la
envidia, desde que nace hasta que cesa, entonces todas las actitudes negativas,
como todas tienen la misma raíz, también quedan comprendidas. Todo está
relacionado, formando parte de una unidad, de manera que si tú das un paso en
la dirección adecuada, todos los demás pasos seguirán esa dirección adecuada,
¿no?
Cuando uno soluciona un problema,
es la mejor manera de amarse. Y si uno se ama, ama a todos los demás. Y si nos amamos, si amamos a todos los seres
vivientes –hombres, animales, plantas-, entonces estás trabajando a favor de
todo el universo, la providencia, la creación, Dios, o como quiera que se diga.
Es cierto que nosotros somos
divisivos y nos separamos de los demás. Pero el amor, que está más allá de las
palabras, lo abarca todo. De manera que uno puede aceptar la compañía de
cualquiera, pero puede descartarla por negativa y generadora de malos resultados.
El problema no es lo que hacemos, sino por qué lo hacemos y cómo lo hacemos.
La solución a la violencia que
hay dentro de nosotros, está en darse cuenta de que estamos divididos y
fragmentados internamente. Que al exteriorizarse en cada acto de la vida
cotidiana, va a generar conflicto, confusión y desorden. Por lo que, si no lo
vemos y comprendemos, lo descartamos, nos lleva a la violencia.
Un hombre liberado, que está más
allá de lo agradable o desagradable, ve toda la vida como una celebración. Y en
todo eso está el amor.
Todo lo que puede hacer una
persona para ser feliz, es ser honesto, no corrupto ni inmoral. Si no es así,
por muchos ejercicios que haga, por muchos métodos que practique, no tendrá paz
ni sensibilidad, ni podrá ser feliz.
Si el ego existe o no existe, esa
no es la cuestión. La cuestión es: ¿qué hace que yo me diga americano, europeo,
cristiano, musulmán, budista, capitalista o socialista? La división interna,
¿no? Pues, es a eso a lo que hay que atenerse. Si comprendemos esa división
interna, seguramente no hablaríamos de si existe o no el ego.
Las experiencias son negativas
porque nos identificamos con ellas, las reconocemos, lo que hace que deje de
ser una experiencia genuina. Por eso, la verdadera experiencia es el vivir sin
que opere el pensamiento, y su memoria, en el ámbito psicológico.
¿Es necesario leer los libros
sagrados? ¿Para qué? Estos libros, fueron escritos por personas como nosotros.
Por tanto, si nos conocemos, si conocemos de qué manera funcionan nuestras
mentes, que son las mismas que las de quienes los escribieron, entonces
sabremos cual es su contenido. La mente
humana, no ha cambiado en los millones de años de existencia: división y
fragmentación interna, conflicto, peleas y contienda, miedo e ignorancia. Y desde
ahí, de la división interna, radica y se basa todo lo que inventamos, escribimos
y hacemos.
Como de lo que se trata es de
influenciar y condicionar, hay que impactar en las personas. Y para ello que
mayor imagen que la del dios que hace los milagros que necesito, nazca en los
días donde empiezan los cambios físicos en la naturaleza -que es otra falacia
ya que la naturaleza siempre está cambiando sin detenerse-. Eso manejado adecuadamente tiene una gran
influencia para las personas creyentes en dioses y santos. En cuanto a que
todos las religiones adopten el mismo patrón, es lo mismo que todos los hombres
y culturas, sin conocerse, usaban las mismas armas: piedras, bastones, lanzas y
el arco y las flechas.
Se hizo un experimento con unas
ratas encerradas en un laberinto, que al final de él estaba la comida. Había un
grupo en cada extremo de la tierra. Cuando un grupo encontró la comida también
lo encontró el otro.
Si esa fotografía es verdadera,
¿para qué iba Stephen Hawking a reunirse con el Papa? ¿Tú lo harías,
Enghelbertb?
¿Para qué quiere uno que los
otros acepten lo que él dice y cree, como si fuera lo mejor, lo adecuado? Lo adecuado
es lo que libera del sufrimiento y el dolor. Pero ese dolor no se puede usar
como medicina, sino sería algo sin sentido. Para que ese dolor desaparezca –estamos
hablando del dolor psicológico, no del físico- el primer paso ha de ser
indoloro. Es decir, ha de haber libertad total para que cada uno piense y haga
lo que quiera. Porque si se obliga, se quiere condicionar, sugestionar, forzar
y obligar, el dolor va con ello.
Lo de la dependencia con un maestro
o gurú, es parecido a una medicina. Cuando alguien tiene un problema de salud,
ya sea físico o mental, va al médico o a alguien que uno cree que lo puede
aliviar o curar. Hay algunos que pensando en el médico, las medicinas y todo lo
que ello conlleva, pueden curar. Hay otros que necesitan ser tratados y se
curan por el tiempo. Y hay otros que no se curan nunca. ¿Dónde está el problema
si es que tenemos verdaderamente libertad para que cada cual actúe como quiera
y lo necesite? Podemos cuestionar e informar, sobre la actitud de dependencia,
la lentitud en sanar, etc., pero la decisión es de cada cual. ¿Y no es una
prueba definitiva de que tenemos amor, cuando respetamos a los otros en sus
necesidades, después de haberlos informado y explicado lo dañino de alguna de
sus actitudes?
Lo más lamentable es que hoy en
día se sigue practicando el mismo paradigma que trajo a los invasores a los
pueblos que eran inferiores en fuerza logística y bélica. Ese paradigma es el
de la división, que nos hace insensibles al dolor de los demás, que son iguales
que nosotros. Por tanto hasta que no nos demos cuenta que estamos divididos
internamente, ese drama de las invasiones con su explotación, su inmoralidad y
crueldad, proseguirá. Dejar de estar dividido, es el amor.
No se puede cambiar sin cambiar
nuestra forma y manera de vivir. Vivir como lo hacemos ahora, divididos, en
conflicto, queriéndonos destruir unos a otros, es lo que hace que existan las
ideas y teorías que tengan que ser respaldadas por la violencia.
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