El problema no está afuera, en
los sistemas políticos, religiosos, económicos, o de la clase que sean. El
problema está en nosotros, somos nosotros. Porque siempre lo interno, lo de
dentro, se tiene que imponer a lo externo.
Las leyes no se cumplen –distribuir las riquezas, no tener varios
empleos, robar y hacer toda clase de maldades- porque no entendemos qué
significa. Si nos diéramos cuenta de que
en todo lo que hacemos está en juego la felicidad de los otros y la nuestra, no
habría necesidad de leyes, y si las hubiera las aceptaríamos y las cumpliríamos
con gusto y deleite por saber que estamos haciendo un bien a toda la humanidad.
Creo que si quitáramos la
expresión ateísmo, y lo que hay detrás de ella, todo cambiará a la hora de
entendernos. ¿Por qué no decimos: 'La manera de ver las cosas de fulano, no es
la adecuada, porque todo forma parte de una unidad indivisible y armónica,
etc.'? Y entonces, el término ateísmo no contaminaría todo lo que va tras de
él.
Enghelbertb. Los padres están
desbordados por la vida, trabajando para proporcionar a sus hijos todo lo que
necesitan. Y ellos han heredado el mismo sistema que ya tenían sus padres y
antepasados, el viejo paradigma del ‘yo’ y el ‘tú’, del egoísmo. Pongamos que
tú eres maestro, ¿no crees qué tu manera de comportarte en la escuela, en
clase, con los alumnos, tu actitud de afecto y de cariño, de respeto hacia
ellos, de demostrarles que todos formamos una misma unidad indivisible donde
todo está interconectado, va a ser decisivo para su educación y preparación,
para enfrentarse a este mundo corrupto e inmoral, cruel y despiadado?
¿Por qué si tenemos un problema
-que es nuestra vida-, aún queremos cargar con otro problema que es la vida de
otro, aunque sea de un animal?
Para ir más allá de todos los
problemas, primero uno los tiene que ver, ser consciente de que existen. Y
luego comprenderlos y entenderlos completa y absolutamente, desde la raíz.
Solamente así, uno puede ir más allá de los problemas. Todo lo demás, las
prácticas, los métodos, lo que dicen las religiones, todo son palabras que nos
dejan en el mismo sitio de siempre: en la división, el conflicto, la desdicha,
el sufrimiento.
Creo que lo complicamos
demasiado. Todo es más sencillo: si tú vas por la acera de una calle y ves que
hay una piel de plátano, con todo el cuidado la pones en la orilla de la acera
o al lado de la pared de las casas, para que así nadie resbale. Eso está claro,
¿verdad? Ahora el problema de esa acción: si le damos la máxima prioridad ante
todo lo otro, ¿qué sucede? Me divido de la realidad, de lo que es, por lo que
vamos a generar problemas. Por tanto, desde la percepción atenta cada uno ha de
saber que eso que hace es lo adecuado y correcto. ¿Cómo saberlo? Viendo los
problemas que desencadena, los conflictos, los pleitos, la lucha.
Todo lo que dice UG Krisnnamurti,
es lo que han dicho, hecho y lo hacemos todos: creernos diferentes, únicos, los
elegidos. Y eso superficialmente, parece real, pues hay diferencias en el color
de la piel, culturas diferentes, etc., pero en lo esencial todos somos
básicamente lo mismo. La originalidad, la diferencia, podría estar en cómo uno
se encara con ello. Y no hay manera de encararlo de diferente manera a todos
los demás mientras exista el 'yo'. Ahora sí, la diferencia sólo está en la
manera y la capacidad de explicarlo e informarlo. Pero, mientras exista el
'yo', todo será una misma repetición de todos los que nos han precedido.
Si alguien ve la verdad, ¿qué
importa si estamos de acuerdo o no, ante los resultados sean favorables o
desfavorables para nosotros? Es como darse cuenta que una y una hacen dos. En
la misma percepción todo queda resulto, se pierda o se gane.
El malestar psicológico
desaparece con las distracciones y entretenimientos, pero volverá y la lucha
proseguirá. Es lo que sucede con los países: hacen la guerra y lo destrozan
todo, tanto psicológica como materialmente, luego se distraen mientras se recuperan
para volver a la batalla. ¿Se puede poner fin a esta guerra que parece no tener
fin? Si que se puede, pero nos lo tenemos que demostrar.
Assange, tiene el mismo problema
que los revolucionarios hacia afuera, al exterior, hacen lo que dicen que los
otros no tienen que hacer: molestar, fastidiar, crear más desorden y confusión
para ellos y para los demás. Con el problema agravante, que le pudiera costar
un juicio largo, penoso, aburrido y la condena a muerte.
Pero, ¿se puede vivir sin hacer
ningún daño a los demás? Entonces, primero que nada, habría que explicar si es
que eso de no hacer daño a los demás es posible o no. Y del resultado dependerá
la acción.
También se podría añadir: 'No
creáis en nada tampoco de lo que yo os digo' Porque todos estamos sujetos al
'yo'. Y el 'yo' es dolor. Y, ¿quién quiere soportar el dolor? ¿Quién puede
soportar el dolor?
Mensajero Solar. Si decimos:
'Dios debe ser el que te observa, o sea concentrarte en la asistencia de Él
para el trabajo sobre si mismo' Entonces, es cuando nos dividimos entre Dios y
yo, como entre 'tú' y 'yo', entre 'nosotros' y 'ellos'. Y, ¿dónde hay división
puede haber algo sagrado, como el amor?
Por otra parte la psicología es
muy sencilla, pues es algo matemático: si tú eres amable conmigo, yo lo seré
contigo; si me desprecias y me faltas al respeto, yo haré lo mismo. Es decir,
es tan exacto como dos más dos hacen cuatro. Por eso, estar libre es no ser
afectado de manera para responder del mismo modo que somos tratados. ¿Es eso
posible?
Por eso el amor, no tiene nada
que ver con lo que es o no es la psicología. El amor es lo nuevo, lo que la
mente no ha tocado.
No nos damos cuenta que el Corán,
la Biblia, el Bhagavad Gita, etc., están escritos por hombres. Y los hombres
todos tenemos la misma psicología de deseo de seguridad, de miedo y de temor,
de posesión, de dominio, etc. Así que si uno se conoce así mismo, cómo funciona
su mente, entonces todo lo que dicen los llamados libros sagrados está dentro
de él, es como si los hubiera escrito él.
No solamente ahora todo lo
destruimos. El hombre todo lo que hace es destrucción, lo que ha hecho ha sido
destruir. Cuando bajó de los árboles y empezó a caminar, empezó a cazar, luego a
transformar los bosques en tierras de cultivo, luego a domesticar los animales
que vivían libres y a su manera, etc., hasta ahora que nos quejamos de sus
hazañas malévolas. Porque la vida es eso: destrucción, amor y construcción.
El ego, el 'yo', no debería de
existir ya que es un invento. Pero el hecho es que sí que existe y genera el
miedo, el deseo de más y más que nos hace brutales y crueles. El 'yo' no puede
desaparecer porque existe el 'yo' global, del que todos participamos. Por eso,
o cambiamos todos desprendiéndonos del 'yo' o seguiremos con el 'yo'.
Uno puede creer que no tiene 'yo'
pero sus hechos demuestran que sí que lo tiene: tiene miedo si llega la hora de
comer y no come, tiene miedo de quedarse sin casa en medio de la calle, tiene
miedo de que todos le den la espalda y lo marginen, le hagan el 'bullying'
-acosar a alguien aislándolo de los demás-, tiene miedo de sufrir, etc.
La esencia de las personas
participa de lo femenino y lo masculino. De la misma manera como participamos
de todo lo bueno y lo malo. Entonces, cada cual ha de ver y descubrir qué es lo
que más le conviene en el sentido de que lo que haga no le genera más división,
confusión y conflicto.
La espiritualidad, tiene como fin
la liberación de todo nuestro condicionamiento. Por eso, uno tiene que ver en
un instante todo la trama de la vida. Porque uno de los condicionamientos es el
tiempo psicológico, como yo llegaré a ser libre en el futuro, etc. Pero, en el
presente seguimos sin libertad. Y para que uno comprenda la libertad, tiene que
tener ese estado mental de libertad. Y eso llega enfrentándose a la esclavitud
totalmente para comprenderla. De manera que en ese ver la esclavitud tan
claramente se genere el hecho de la liberación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario