sábado, 15 de septiembre de 2012

Escritos y publicaciones 15-9-2012



El problema no está afuera, en los sistemas políticos, religiosos, económicos, o de la clase que sean. El problema está en nosotros, somos nosotros. Porque siempre lo interno, lo de dentro, se tiene que imponer a lo externo.  Las leyes no se cumplen –distribuir las riquezas, no tener varios empleos, robar y hacer toda clase de maldades- porque no entendemos qué significa.  Si nos diéramos cuenta de que en todo lo que hacemos está en juego la felicidad de los otros y la nuestra, no habría necesidad de leyes, y si las hubiera las aceptaríamos y las cumpliríamos con gusto y deleite por saber que estamos haciendo un bien a toda la humanidad.

Creo que si quitáramos la expresión ateísmo, y lo que hay detrás de ella, todo cambiará a la hora de entendernos. ¿Por qué no decimos: 'La manera de ver las cosas de fulano, no es la adecuada, porque todo forma parte de una unidad indivisible y armónica, etc.'? Y entonces, el término ateísmo no contaminaría todo lo que va tras de él.

Enghelbertb. Los padres están desbordados por la vida, trabajando para proporcionar a sus hijos todo lo que necesitan. Y ellos han heredado el mismo sistema que ya tenían sus padres y antepasados, el viejo paradigma del ‘yo’ y el ‘tú’, del egoísmo. Pongamos que tú eres maestro, ¿no crees qué tu manera de comportarte en la escuela, en clase, con los alumnos, tu actitud de afecto y de cariño, de respeto hacia ellos, de demostrarles que todos formamos una misma unidad indivisible donde todo está interconectado, va a ser decisivo para su educación y preparación, para enfrentarse a este mundo corrupto e inmoral, cruel y despiadado?

¿Por qué si tenemos un problema -que es nuestra vida-, aún queremos cargar con otro problema que es la vida de otro, aunque sea de un animal?

Para ir más allá de todos los problemas, primero uno los tiene que ver, ser consciente de que existen. Y luego comprenderlos y entenderlos completa y absolutamente, desde la raíz. Solamente así, uno puede ir más allá de los problemas. Todo lo demás, las prácticas, los métodos, lo que dicen las religiones, todo son palabras que nos dejan en el mismo sitio de siempre: en la división, el conflicto, la desdicha, el sufrimiento.

Creo que lo complicamos demasiado. Todo es más sencillo: si tú vas por la acera de una calle y ves que hay una piel de plátano, con todo el cuidado la pones en la orilla de la acera o al lado de la pared de las casas, para que así nadie resbale. Eso está claro, ¿verdad? Ahora el problema de esa acción: si le damos la máxima prioridad ante todo lo otro, ¿qué sucede? Me divido de la realidad, de lo que es, por lo que vamos a generar problemas. Por tanto, desde la percepción atenta cada uno ha de saber que eso que hace es lo adecuado y correcto. ¿Cómo saberlo? Viendo los problemas que desencadena, los conflictos, los pleitos, la lucha.

Todo lo que dice UG Krisnnamurti, es lo que han dicho, hecho y lo hacemos todos: creernos diferentes, únicos, los elegidos. Y eso superficialmente, parece real, pues hay diferencias en el color de la piel, culturas diferentes, etc., pero en lo esencial todos somos básicamente lo mismo. La originalidad, la diferencia, podría estar en cómo uno se encara con ello. Y no hay manera de encararlo de diferente manera a todos los demás mientras exista el 'yo'. Ahora sí, la diferencia sólo está en la manera y la capacidad de explicarlo e informarlo. Pero, mientras exista el 'yo', todo será una misma repetición de todos los que nos han precedido.

Si alguien ve la verdad, ¿qué importa si estamos de acuerdo o no, ante los resultados sean favorables o desfavorables para nosotros? Es como darse cuenta que una y una hacen dos. En la misma percepción todo queda resulto, se pierda o se gane.

El malestar psicológico desaparece con las distracciones y entretenimientos, pero volverá y la lucha proseguirá. Es lo que sucede con los países: hacen la guerra y lo destrozan todo, tanto psicológica como materialmente, luego se distraen mientras se recuperan para volver a la batalla. ¿Se puede poner fin a esta guerra que parece no tener fin? Si que se puede, pero nos lo tenemos que demostrar.

Assange, tiene el mismo problema que los revolucionarios hacia afuera, al exterior, hacen lo que dicen que los otros no tienen que hacer: molestar, fastidiar, crear más desorden y confusión para ellos y para los demás. Con el problema agravante, que le pudiera costar un juicio largo, penoso, aburrido y la condena a muerte.

Pero, ¿se puede vivir sin hacer ningún daño a los demás? Entonces, primero que nada, habría que explicar si es que eso de no hacer daño a los demás es posible o no. Y del resultado dependerá la acción.

También se podría añadir: 'No creáis en nada tampoco de lo que yo os digo' Porque todos estamos sujetos al 'yo'. Y el 'yo' es dolor. Y, ¿quién quiere soportar el dolor? ¿Quién puede soportar el dolor?

Mensajero Solar. Si decimos: 'Dios debe ser el que te observa, o sea concentrarte en la asistencia de Él para el trabajo sobre si mismo' Entonces, es cuando nos dividimos entre Dios y yo, como entre 'tú' y 'yo', entre 'nosotros' y 'ellos'. Y, ¿dónde hay división puede haber algo sagrado, como el amor?
Por otra parte la psicología es muy sencilla, pues es algo matemático: si tú eres amable conmigo, yo lo seré contigo; si me desprecias y me faltas al respeto, yo haré lo mismo. Es decir, es tan exacto como dos más dos hacen cuatro. Por eso, estar libre es no ser afectado de manera para responder del mismo modo que somos tratados. ¿Es eso posible?
Por eso el amor, no tiene nada que ver con lo que es o no es la psicología. El amor es lo nuevo, lo que la mente no ha tocado.

No nos damos cuenta que el Corán, la Biblia, el Bhagavad Gita, etc., están escritos por hombres. Y los hombres todos tenemos la misma psicología de deseo de seguridad, de miedo y de temor, de posesión, de dominio, etc. Así que si uno se conoce así mismo, cómo funciona su mente, entonces todo lo que dicen los llamados libros sagrados está dentro de él, es como si los hubiera escrito él.

No solamente ahora todo lo destruimos. El hombre todo lo que hace es destrucción, lo que ha hecho ha sido destruir. Cuando bajó de los árboles y empezó a caminar, empezó a cazar, luego a transformar los bosques en tierras de cultivo, luego a domesticar los animales que vivían libres y a su manera, etc., hasta ahora que nos quejamos de sus hazañas malévolas. Porque la vida es eso: destrucción, amor y construcción.

El ego, el 'yo', no debería de existir ya que es un invento. Pero el hecho es que sí que existe y genera el miedo, el deseo de más y más que nos hace brutales y crueles. El 'yo' no puede desaparecer porque existe el 'yo' global, del que todos participamos. Por eso, o cambiamos todos desprendiéndonos del 'yo' o seguiremos con el 'yo'.
Uno puede creer que no tiene 'yo' pero sus hechos demuestran que sí que lo tiene: tiene miedo si llega la hora de comer y no come, tiene miedo de quedarse sin casa en medio de la calle, tiene miedo de que todos le den la espalda y lo marginen, le hagan el 'bullying' -acosar a alguien aislándolo de los demás-, tiene miedo de sufrir, etc.

La esencia de las personas participa de lo femenino y lo masculino. De la misma manera como participamos de todo lo bueno y lo malo. Entonces, cada cual ha de ver y descubrir qué es lo que más le conviene en el sentido de que lo que haga no le genera más división, confusión y conflicto.

La espiritualidad, tiene como fin la liberación de todo nuestro condicionamiento. Por eso, uno tiene que ver en un instante todo la trama de la vida. Porque uno de los condicionamientos es el tiempo psicológico, como yo llegaré a ser libre en el futuro, etc. Pero, en el presente seguimos sin libertad. Y para que uno comprenda la libertad, tiene que tener ese estado mental de libertad. Y eso llega enfrentándose a la esclavitud totalmente para comprenderla. De manera que en ese ver la esclavitud tan claramente se genere el hecho de la liberación.

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