He leído tu entrevista de hoy, en
el diario. Gracias.
"¿Por qué dices que los
cosmólogos hablan de los multiuniversos, y eso para mí ya es poesía?”. Si el
universo es infinito -¿lo es para ti?-, todo es también infinito. Por tanto,
todas las posibilidades están abiertas. Mentalmente tenemos la capacidad de
inventar todo lo que podamos imaginar.
La ciencia donde falla es en no
ir más allá de la división y el conflicto. Cuando se investiga con animales,
eso es divisivo y genera conflicto. Por tanto, todo lo que llegue a partir de
ese conflicto generará más conflicto. Y es así como vivimos desde hace un
millón de años.
¿Y quiénes van a ir más allá de
ese paradigma de división y conflicto? Los científicos, los religiosos, los
políticos, etc., no irán. Y entonces, solamente cada cual que ve esa división,
y su conflicto, como un peligro para uno y para toda la humanidad, es el que
puede hacer algo para que ese paradigma de desorden y confusión desaparezca de
su vida.
Si los ricos, la iglesia
católica, los políticos, etc., no fueran egoístas y repartieran sus riquezas
-la tuya también- no se provocaría estas situaciones y las que puedan venir.
Veo, Sergio, que vas en una dirección equivocada y eso te puede traer malas
consecuencias. Pues de compasión y amor, estás falto.
No se trata de justificar o no.
Se trata de ver de qué manera se soluciona los problemas. ¿Estamos de acuerdo,
Silvia? Y, ¿cómo vamos a solucionar los problemas, porque los gobiernos no los van a solucionan? La
revolución sanguinaria, con su anarquía y las muertes, etc., tampoco va a
resolver los problemas. ¿Qué haremos entonces, si es que queremos hacer algo?
Pero no mañana ni dentro de unas semanas, meses o años, si no ahora mismo. Pues
lo que queda es hacer lo que deberían hacer los demás: tener amor y compasión
por los pobres y por los ricos. Si obligas a los demás para que hagan lo que tú
quieras el amor no podrá ser.
Y tú, ¿qué vas hacer?
Y entonces, si es un pobre
hombre, un desgraciado, un enfermo, ¿que vas a hacer? La compasión y el amor no
busca problemas, los resuelve.
Tan bajos como están los valores.
Si pasamos lista por arriba no pararemos. Y eso que ellos son los nobles, los
mejores, la imagen y la autoridad. Ellos son los que han desmoralizado a las
personas con sus maneras injustas, crueles e inmorales.
Por tanto, ¿qué he de hacer
sabiendo cómo soy, cómo somos? Porque en el momento que todo empieza, como un
incendio, todo se descontrola de manera que ya no se puede hacer nada. ¿Seguiré
con las estúpidas vanidades, distracciones y entretenimientos, perderé el
tiempo con los nacionalismos, sus banderas y toda esa parafernalia? ¿O, en una
sola mirada lo descartaré radicalmente?
Solución global no hay, Lina. La
solución la tienes que ver tú. Es decir, el problema no es lo que sucede donde
está la guerra devorando y destruyendo a las personas, porque no podemos hacer
nada para detenerlo. El problema eres tú, soy yo, y lo que hagamos en cada acto
de nuestras vidas. Afortunadamente no vivimos en un lugar donde se echan bombas
y se matan unos a otros. ¿Los motivos cuales son? Los motivos siempre va haber,
van a estar ahí, los buscaremos y los encontraremos. Pero, si vemos todo el
peligro, el horror y la desolación que es la guerra, no como algo lejano sino
como si lo viviéramos directamente, entonces uno sabe lo qué tiene que hacer
para no generar la guerra. La guerra tiene su raíz en la división interna, por
eso es ahí donde debemos incidir, trabajar para que esa división sea comprendida
y poder ir más allá de ella. Los milagros no existen ellos llegan a pesar de
nosotros. Por eso, no podemos confiar en ellos porque son caprichosos. Además, si las circunstancias de
cada cual no son propicias, el milagro no tiene el terreno preparado para
florecer. Así que, Lina, es cada cual el que tiene que comprender su guerra,
que nace dentro de él, comprender como comprendemos el frío extremo del que nos
tenemos que resguardar para que no nos mate. Y si hay comprensión la verdad es
cuando puede operar. Y la verdad es lo nuevo, lo que no hemos tocado.
¿Pero no se dan cuenta que todo
el qué tiene mucho poder ha de ser corrupto e inmoral -ya sea monja u obispo,
político o funcionario, etc.- y roba de una manera o de otra? Es la ignorancia,
el fanatismo, el que quiere disculpar a los que cree que son sus amigos, los de
la misma cuerda. Pero culpa y es cruel con los que cree que son sus enemigos. Y
así, los problemas no se van a resolver, sino que se van a incrementar con todo
el peligro que ello conlleva de enfrentamiento, peleas y guerra.
El principal problema que tenemos
es que para lo nuestro siempre buscamos excusas, pero para los otros somos
implacables. Siguiendo para aclararlo más: Ven la paja en el ojo ajeno, pero no
ven su viga que tienen en sus ojos.
Eso es el comienzo de la paz, que
es la inteligencia operando. Por eso, el observador es lo observado: yo soy tú
y tú eres yo.
Los problemas no son de nadie,
proceden de una causa. Pero desafortunadamente esa causa no la vemos. Por eso, es
que ante un problema solamente podemos observarlo. Lo que sí que podemos hacer
es, ver y darnos cuenta de qué es lo que sembramos, que es lo que causamos,
para que no nos destroce el dolor y el sufrimiento.
Por eso, ¿qué importa a quién
suceda una desgracia, si todos formamos una unidad? Mi hija nació porque yo hice
algo para que naciera. Todo lo demás, para mí es lo mismo: todos somos iguales.
Y eso no es retórico, todos son mis parientes, mis amigos, mis hermanos, mis
vecinos.
Los animales son como
ordenadores, no se salen de su programación o condicionamiento. Pero, los
hombres tenemos la posibilidad de poder ir más allá de esa programación, del condicionamiento
-ya que todavía somos como los animales-.
Hace treinta años que lo conozco
y loleo. Ahora ya sé todo lo de él. Y hacia donde iba. En realidad, Jiddu Krishnamurti
es como tú y yo y cualquiera. Más profundo, pero iguales.
Porque el pensamiento y la mente
son el tiempo psicológico.
Creo que eso es el fin de todo lo
que hablamos e investigamos. Sí, Arun, tenemos la suerte de verlo y compartirlo.
Todo puede ser y nada puede ser a
la vez. Si decimos que todo es un sueño o ilusión, entonces todo está bloqueado.
Y todo lo que hagamos es absurdo. Como nunca sabremos la verdad última, lo que
nos diga nuestra intimidad, es lo que cuenta. Eso sí, uno tiene que hacerlo por
compasión y amor.
Podemos decir y hacer lo que
queramos, pero si internamente estamos divididos y fragmentados, en conflicto y
llenos de odio, todo eso de esa moral -que no lo es en absoluto-,¿qué sentido
tiene?
¿Por qué quieres poner un método
o un sistema? Ahora toca comentar escribiendo. Luego, ¿quién sabe lo que pueda
suceder?
Pero, Juan Carlos, si cada uno
tenemos nuestro drama. Si yo te contara los míos no terminaría. Los tienen los
gitanos, los indios de toda América, los judíos, los moros, los que tienen
accidentes y se cortan una pierna, etc. Y voy a parar. Pero es la mente
conservadora, la egoísta la que es nacionalista, laque se aferra a una idea
religiosa, política, la que cree hacer el bien, la que cree que es especial, la
que se queja a todas horas y ve siempre problemas. ¿No has visto en el fútbol
que los hinchas sólo ven las desgracias de su equipo, pero no ven ninguna de
los otros que también están jugando con su equipo. Eso, ¿por qué es así? Es esa
mente estrecha la que genera ignorancia, vanidad, superficialidad. Y todo eso
es lo que genera el miedo a lo nuevo, al de fuera, al diferente. Ahora bien, ¿eso cómo se soluciona?
Pero, Carmen, ¿eso cuándo tiene
que ser? ¿Es un proyecto, un hecho, tiene que intervenir el tiempo para llegar
a ser eso que parece tan bonito y adecuado? ¿Entiendes dónde estamos? Porque
las palabras si somos serios, sensibles, han de decir algo que sea verdadero.
¿No te parece?
No encuentro adecuada la guerra.
Ya que es cruel y generadora de horror y desdicha.
Hay alguna diferencia entre
asesinos. El vencedor se encarga de ocultar lo que no quiere que se sepa y airea
lo que le parece adecuado. Creo que si eres sensible, te darás cuenta que todos son lo mismo, lo que cambia son
algunas de sus maneras, estética. Mira Israel lo que está haciendo en
Palestina.
Sergio, pero si el problema es tu
guerra que tienes dentro de ti, que es tu división y tu conflicto interno.
¿Nosotros qué podemos hacer? Lo que hagamos nos va a enredar más todavía, va a
aumentar más nuestra confusión y desorden. Por eso, lo más sensato es atenerse
a la propia manera de actuar. Si quieres la paz, por qué siembras la guerra,
que es siempre la división entre dos personas. Así que, la guerra es para las
personas que se identifican en las razas, las ideas religiosas, los
nacionalismos, las ideas políticas, etc. Si uno no tuviera ningún deseo
egoísta, no habría guerra en su vida. Piénsalo bien, detenidamente y lo verás,
comprenderás.
Estás haciendo como todos los que
están poseídos por una idea o teoría, la mente inventa, alucina, tiene
delirios, y crea la realidad que más le conviene. Y siempre paramos ahí. ¿Qué
hacen los enemigos que se desacreditan mutuamente, pero que cada uno de ellos
dice que vive en un paraíso, que son demócratas, que son justos, que son
buenos, etc.? Ese es el mal de las personas: su condicionamiento.
Gracias, Carmen, he comprendido
lo que quieres decir. Solamente quiere decirte que el cambio no necesita tiempo
-no digo que tú no lo hayas hecho-, pues siempre el cambio es ahora. Cuando sea
tiene que ser la experiencia del ahora. Todo lo demás son juegos mentales, como
llegaré, ya sea en unos meses o años,
pero no llega. ¿Por qué no llega? Pues, porque realmente no queremos que
llegue.
¿Por qué dices eso, Elena? Cada
uno tiene que hacer lo que tenga que hacer. Pero que lo haga siendo consciente
de todo lo que va implícito en ello. Entonces uno no tiene sorpresas cuando
dicen que es esto o aquello, porque él ya sabe que su actitud ha de generar eso
que le viene. Por eso, en el orden interno está la comprensión de la realidad, de
lo que es. Y uno no tiene ningún problema de vivir con eso que es.
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