Lo verdaderamente importante,
Humberto, es tener la capacidad de ver el conflicto que subyace dentro de
nosotros. Y mientras no lo veamos y comprendamos, todas las soluciones, todo lo
que hagamos, será una continuidad de ese conflicto con toda la confusión y el
desorden que genera.
Si, Humberto, estoy de acuerdo
con lo que has dicho. Pero nosotros cuando escribimos algo, no sabemos quién lo
va a leer. Si todos fuéramos siempre los mismos los que lo leemos, del mismo
interés y la misma cultura, no habría problemas. Pero, cuando llega alguien
nuevo, no sabe esa especie de jerga que se monta cuando siempre estamos los
mismos hablando e investigando. Los diarios de máxima tirada, escriben e
informan de manera que la mayor cantidad de personas lo entiendan. Y para ello
saben que tienen que ser lo más laicos, claros, sencillos y despersonalizados.
Pues en ello les va el negocio, las ganancias.
Eso que has dicho es una
especulación, Patricia. Una parte del libro, la que más te gusta o disgusta,
¿es todo el libro? Pero todo el libro si que abarca y contiene toda su
totalidad, todas las partes.
La creencia en sí, es divisiva.
¿Por qué tengo que creer o no con el ordenador en que me estoy comunicando
contigo? La creencia, como no se puede demostrar, es por lo que se usa el
dogma, la fe, el esfuerzo, la crueldad.
Si decimos que la verdad es
'esto', ya no es verdad. Porque la verdad no se la puede definir, ya que no es estática,
siempre está en movimiento, cambiando.
Si queremos conocer todas las posibilidades
de los estados de la mente eso será inacabable. Por eso, es más sencillo
dándonos cuenta en una sola mirada de todo el funcionamiento del ego, del 'yo'.
Porque si comprendes al 'yo', comprendes todas sus posibilidades que se
manifiestan cuando somos nacionalistas, cristianos o budistas, cunado somos
santos o asesinos, víctimas o verdugos, cuando somos vulgares o complicados.
¿Una persona que no es vulnerable
puede sentir amor? ¿Un especialista en algo puede sentir amor? No lo pueden
porque ellos mismos no le dejan espacio. Porque el amor es lo nuevo. Y para que
llegue lo nuevo, uno tiene que morir a lo viejo y repetitivo.
Lo que es, es una descripción de
la nada. Porque lo que no se puede cambiar, es la nada en acción.
Los animales recuerdan que el
fuego les puede estropear el cuerpo y huyen. Recuerdan dónde está el agua, dónde
viven, quién es el que los cuida. Pero, no tienen conciencia de que la muerte
ha de llegar. Y por eso no temen, no tienen miedo, psicológicamente. El miedo
para ellos, es una reacción instintiva e intuitiva, como cuando están sedientos
y sin saber dónde está el agua van hacia
ella.
Yolanda, sólo el corazón para guiarnos
no nos sirve. Porque el corazón, es emoción y sentimentalismo. Y tanto lo uno
como lo otro, nos desbordan dispuestos a defender a la patria, una idea
política o religiosa, etc., a hacer alguna tontería. El corazón, forma parte de
la percepción. Pero él solo, nos lleva al desastre. Todos los guerreros
fanáticos que asesinan, lloran de emoción y dicen que lo hacen de corazón.
¿Puede uno no ser afectado por
los demás, por los acontecimientos sociales, por el cuerpo, una enfermedad, por
el tiempo, e ir más allá de todo eso?
Pero para estar en ese momento de
amor, uno tiene que tener paz consigo mismo, ¿no? Y para tener paz consigo mismo,
ha de haber paz con las personas con quienes convivimos y nos relacionamos. Así
que para no estar dividido del presente, del ahora, de este momento, uno tiene
que haber hecho lo adecuado para que esa paz sea. Es decir una cosa lleva a la
otra: la paz lleva al orden. Y el orden lleva a la paz. Todo lo demás son
palabras. Y las palabras no son un hecho.
Estoy de acuerdo contigo, Judith.
Gracias por tu explicación tan
completa y precisa
Un político, es un gestor que
tiene que hacer lo necesario para que todo funcione: luz, agua, limpieza,
seguridad, jardinería, sanidad, etc. Dicho así parece muy bonito y fácil. Pero,
como la política es cosa de hombres, lo complicamos todo. Porque, para
conseguir cualquier cosa hace falta dinero. Y el dinero nadie lo da. Así que
hay que hacer lo necesario para hacerlos. Y aquí es donde vienen las complicaciones.
Definitivamente, el problema es
de los hombres, de todos, porque si nosotros fuésemos honrados, sin necesitar
ningún comportamiento corrupto, ni el dinero ni nada sería un problema.
El pensamiento está programado
para resolver problemas, por lo que siempre hace de todo un problema, cuando
todo es muy sencillo, Yolanda. Cuando decidimos hacer algo, no hay vuelta
atrás, ¿no?, porque uno quiere hacerlo. Y cuando uno hace algo con todos sus
nervios, con toda su energía, con toda su sangre y su corazón, haga lo que haga
será lo perfecto. Y eso es amor. Así de sencillo, porque el amor es donde no
hay división ni conflicto. Y eso es lo que sucede en el sexo, de ahí la
importancia que le damos.
Ahora bien, el problema llega
después cuando ya hemos hecho lo que queríamos o necesitábamos, cuando decimos
que hubiera podido ser mejor, o no debería de haberlo hecho, etc. Pero, eso ya
son todos los problemas que genera el pensamiento. Si prosigue el amor, el
pasado no molestará aunque se presente.
Estás obsesionado por el pasado y
por el futuro, que no cuentan ni valen nada. Si tuvieras todas las energías
puestas en el ahora, no verías tantos fantasmas que ya han pasado o que puedan
pasar.
¿Quiénes le dan autoridad a los
llamados libros sagrados? ¿Para qué necesitamos que algo o alguien nos digan lo
que tenemos que hacer? Alguien que cree en una autoridad –maestro, gurú, profeta, etc., o los libros-, es una persona de segunda mano
que no tiene libertad, que es como estar clavada en el suelo como una estaca.
Pues todo lo que se diga, al siguiente instante ya está muerto y no sirve para
nada. Porque la realidad es tan rápida y escurridiza, que si lo sabemos ver nos
damos cuenta que todo forma parte de una
unidad, donde nada predomina sobre lo otro.
Cuando uno se queda con un
precepto, con lo que han dicho los otros, entonces se pierde lo mejor de la
vida, que es descubrir con libertad total y absoluta lo negativo y descartarlo.
Y si uno descarta lo negativo, lo que llega será lo positivo: lo que nunca se
ha visto ni oído, lo nuevo e inmaculado, porque el pensamiento no lo ha tocado.
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