Un
filósofo griego -antiguo, clásico- le dijo a otro filósofo: 'La muerte y la vida
son lo mismo'. Y le dice el otro filósofo: '¿Porqué no te matas?' 'Porque ya
estoy muerto', respondió el filósofo.
He
leído tu escrito de hoy, ‘Assange, jaque mate?' Y todo parece como un juego de
niños o una payasada. Porque, en cualquier momento lo podrían atrapar sobre
todo los ingleses o los norteamericanos que son los más atrevidos y poderosos.
Y habría que saber qué se cuece detrás de las paredes de las cancillerías.
Está
visto que los israelitas han convertido a Palestina en un campo de
concentración. Y es curioso para ver como es el ser humano, cómo es su actitud
tan parecida a los nazis en Alemania, Polonia, etc., en el pasado siglo, que
sus abuelos y parientes, y en los libros y películas, les habrán contado. Eso
quiere decir que las personas no somos de fiar. Ya que somos egoístas, somos
nacionalistas dispuestos a hacer un genocidio y todas las barbaridades para
poder perpetrarlo.
Pero
la culpa no es solamente de ellos, los israelitas, la última responsabilidad la
tienen EEUU y Europa, que les interesa tener allí, en el Medio Oriente, un gendarme-policía obediente y servil a sus
intereses estratégicos. Que es también el primer papel que hizo la Alemania
nazi para contener a los bolcheviques rusos y sur evolución comunista. Dándole todas
las facilidades para poder desempeñar ese cometido de gendarme estratégico de
la zona.
Eso
demuestra que todos somos iguales, lo que cambia son los retos y las
circunstancias a los que nos tenemos que enfrentar.
El
ego. el 'yo', no se puede controlar. Porque si lo controlamos, reprimimos,
etc., ese es el mismo juego delego. Por
tanto, de la manera en que el ego no puede operar es conociéndolo, sabiendo
cómo funciona, dónde tiene su raíz. Y entonces, de esa visión clara de lo que
es el ego, el ‘yo’, uno puede ir más allá de él. O lo que es lo mismo, si vemos la manera como
funciona y actúa nuestro pensamiento, con su división, desorden y confusión, es
cuando lo comprendemos y podemos ir más allá de él. Y, el ego, el ‘yo’ son pensamiento. El
pensamiento solo tiene su utilidad en el ámbito técnico y científico, a la hora
de cocinar, de aprender un idioma, confeccionar un traje. Pero en el ámbito
psicológico y espiritual, el pensamiento es un estorbo y un obstáculo, para que
llegue y florezca lo nuevo. Y lo nuevos es el amor.
Vanesa,
lo que he dicho está muy claro: ¿si una persona es irrespetuosa, brutal y
cruel, cómo puede exigir a los demás que no lo sean? Ahí es donde empieza el
absurdo y su desorden donde estamos
atrapados. Decimos que el nacionalismo es negativo, pero el nuestro lo vemos
adecuado y correcto; decimos que estamos en una grave crisis económica, pero
seguimos derrochando en grandes espectáculos para entretenernos. ¿Tiene esto
algún sentido verdadero o es el reflejo del absurdo en que vivimos?
Por
eso, todo el problema soy yo. Y mientras yo no lo resuelva, ¿qué sentido tiene
que escribamos, hablemos sin parar de lo que tienen que hacer los otros?
¿Qué
ha pasado con los miles de millones para mantener este agresivo y violento
deporte, ya no hay crisis? Por eso, cada uno tiene lo que siembra. Siembran
diversión y despilfarro y luego tiene que llegar la severidad. Aunque ustedes,
y a los que votan, saben lo que tienen que hacer: exprimir a los pobres. Ah y
luego a llorar y a hacer de pedigüeño.
"¿Quieres
encontrar a Dios? ¡Sea en el amor! Sólo aquellos que aman, encontrarán a Dios".
Ahora
falta saber quién ama.
También
podrían hacer una turné por el centro los excluidos que no participan de ese
centro.
Ir
más allá de lo que es, de la realidad, es el milagro por el que se puede vivir
la vida. Porque al ir más allá de esa realidad que nos aplastaba, ya no pesa.
El
estudio de las enseñanzas no te dará esa visión clara para ir más allá de todo
lo que es la vida. Porque hay muchos que las estudian por cuarenta o cincuenta
años y según dicen ellos no ha pasado nada para ir más allá. Por lo que tenemos
que descubrir cuál es el factor que hace que uno pueda ver. Y si uno ve, va más
allá de todas las miserias de la vida. Creo que eso sucede cuando hay una
acción que está de acuerdo con lo que uno hace en su vida. Cuando no hay
división. Pero claro eso tiene sus peligros. Y entonces ahí se ve si uno se
divide o no. Porque lo que puede suceder al encarar la vida tan directamente
puede que sea aterradoramente impactante e insoportable. Y entonces uno huye y vuelve,
a su vida convencional y superficial, donde se refugia.
Y
eso es lo que hacemos todos, aunque a una escala y nivel diferente. Pero aun
así y todo, uno tiene que ir más allá también de eso. Que sería negar, negar y
negar.
Si
alguien te convence que hagas algo rápidamente diciendo que la acción directa
es el amor, es lo mejor, la libertad, etc. Pero el resultado a ti no te
conviene porque pierdes algo que te importa mucho, puede ser tu coche que al dejárselo
lo ha roto o perdido. Esta sorpresa a algunos los puede irritar y decir que no
quiere vivir tan directamente, sino que quiere ir más pausadamente, hablando y
mirando las ventajas y desventajas, etc. Eso es el peligro de lanzarse a la
libertad total. No sé si tú lo habrás
experimentado o no. Pero esa es la realidad, lo nuevo es muy bonito pero
también puede ser muy feo. Y a veces eso nuevo es tan impactante que uno ya no
quiere tanto nuevo, sino que quiere y se refugia en lo viejo y repetitivo.
Porque eso le da seguridad, la seguridad de lo conocido.
Por
supuesto que diciendo no, no nos dividimos. Pero en un momento dado cuando todo
se acelera, es muy difícil poder decir que no. Y si no puedes decir que no las consecuencias
pueden ser desagradables. Por tanto, uno rechaza a una persona porque va muy
acelerada, porque tiene una vida azarosa y aventurera. ¿Comprendes ahora,
Vicky?
¿Por
qué los hombres no cambian? Porque quieren vivir en lo seguro que para ellos es
lo conocido. Todos han escuchado que la libertad es lo mejor. Pero ellos se resisten
porque tienen miedo a lo nuevo y desconocido. ¿Tú invitarías a una persona a
que entrara a tu casa a tomar café, cuando llama a la puerta sin conocerla? Tú
puedes responder que sí que la invitarías o que no. Pero esa no es la cuestión.
Porque el hecho es que ese temor y miedo está ahí es real. Y sabes que si entra
podría suceder algo desagradable.
Entonces
viene uno y dice: 'Lo mejor es hacer caridad, dejar entrar a las personas que
llegan a nosotros'. Pero eso, ¿qué valor verdadero tiene? No tiene ninguno,
porque decirle a uno lo que tiene que hacer es ridículo, es quedarse en el pantano donde estamos hasta el cuello.
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