"La
multitud de los objetos no tiene realidad en sí, pero sólo se ven desde la
mente y, por tanto, son de la naturaleza de maya -ilusión- y un sueño”.
Sí,
es verdad. Pero no lo es. Porque si ves un coche que viene hacia a ti, si no te
apartas te atropellará con todos los problemas y consecuencias.
Por
tanto, la realidad incluye a la ilusión, pero también a lo que es, la realidad. Es decir, un
pensamiento puede ser real o no. Eso nunca lo sabremos. Por tanto, tenemos que
vivir los pensamientos, para ver si son verdaderos o falsos. Y eso es en
realidad lo que hacemos sin darnos cuenta.
“La
mente no es otra cosa que el 'yo', pensamiento. La mente y el ego son una y la
misma”.
Pero
hay que atenderla y descartar lo falso de lo verdadero, de lo contrario llega
el caos, el desorden, la confusión, el absurdo.
Si
uno quiere vivir de esa manera, ese es su problema. Pero tiene que saberlo, ser
consciente del terreno que está pisando.
El
darse cuenta realmente de algo, es acción total y absoluta. Y esa acción genera
orden, que es descartar lo falso y negativo.
El
misterio de la vida, no se puede desvelar. Si se pudiera, la palabra misterio
no habría sido inventada.
La
conciencia, la percepción, la mente en su aspecto positivo, es lo que nos da la
posibilidad de ir más allá de la miseria.
La
llamada 'Partícula de dios', es otro juego más, otra distracción. Es como pretender
medir el infinito.
La
soluciones educativas adecuadas para las tribus indígenas de África, no son las
mismas que las del mundo llamado Occidental. No quiere esto decir que no sean
buenas, a un cierto nivel, para ellos. Pero, ¿puede participar un indígena de
una tribu africana en unas oposiciones a un empleo, que tiene que ganar el
mejor?. De la misma manera, la educación que reciben en Occidente, no es la
adecuada para los que viven en tribus indígenas en África.
¿La
parte puede abarcar al todo? No lo puede. El todo, la totalidad, si que abarca
a la parte, la incluye.
Dicho
esto, ¿hay alguna manera de poder medir el infinito, verlo en su totalidad? No
se puede. Por lo que la ciencia es vanidad, ignorancia, otro negocio más para
los ociosos que gustan de distraerse y querer explicar lo inexplicable. Pero
tienen a su favor que generan acción y movimiento, el karma de la vida, que a
la mayoría les divierte y entretiene para así no tener que enfrentarse a la
realidad de la vida, lo que es, que les parece tan aburrida y desesperante.
Toda
práctica o método para ir más allá de la dualidad, más allá del espacio y del
tiempo. lleva en si la contradicción y la dualidad. Por lo que seguimos dentro
del círculo dando vueltas con lo viejo y conocido. Pues para ir más allá del
tiempo y del espacio, de la dualidad, uno tiene que partir del 'no sé'. Porque
si uno ya sabe cuando encara un reto, ya tiene un juicio, una idea. Y eso
mediatiza y condiciona nuestra percepción de los hechos, que es lo que son los
prejuicios.
Satish,
¿puedes explicar lo que es la eternidad, lo que es el infinito que no tiene fin
ni paredes ni límites ni bordes, siempre infinito? Lo que no se puede explicar,
ni comprender para poder explicarlo, es lo que se llama un misterio.
Los
pensamientos, las palabras, tienen un efecto hipnótico. Por tanto, uno tiene
que estar atento a todo lo que ocurre y darle su debido lugar. Y eso solamente
lo puede hacer cada uno dentro de sí.
Toda
persona que ve más allá de lo aparente, los que has nombrado -Ramakrishna, J.
Krishnamurti y muchos más-, está en un estado de trance sino permanente, si
recurrente.
Wim,
vamos a ponerlo de esta manera: una persona hispana que sabe mucho de todo, quiere
ir a trabajar y a vivir a Inglaterra, pero no sabe nada de inglés. ¿No será
esto un obstáculo y un impedimento para desarrollar lo que tenga que hacen en
Inglaterra? Esa es la diferencia: solamente técnica. En todo lo demás, somos
todos iguales.
Hola
Antoni. He leído tu escrito sobre Ibiza, que el último miércoles, 4-7-12,
publicó el 'cultur/as' del diario...Gracias.
Aprovechando
la ocasión, quiero preguntarte si sabes la dirección, o que me lleve a él, de
Ives Michaud, que también hace un escrito jugoso, interesante.
Viví
en Ibiza, en el Puig dels Molins, en la calle Alsabini, unos tres años. Y sé de
que va todo eso que le pasa a Ibiza. Y lo que pasa allí, es lo que pasa por
todas partes: el paso del tiempo todo lo devora. Cada vez le toca a una cultura
o una persona sufrir unos retos que nos parecen brutales y espeluznantes. Pero,
que cuando pasan unos años se queda en eso que tú y yo sabemos: en palabras, en
narraciones, en romanticismo y nostalgia. La vida es como es y cada uno lo
tiene que vivir y asumir.
Si
un europeo va a África tiene obstáculos. Y si un africano va a Europa también
tiene obstáculos. Porque el paradigma psicológico es para todos igual, lo que
cambia son las circunstancias particulares, como el idioma, el clima, las
costumbres locales, la comida, etc.
Toda
creencia es negativa, divisiva y causante de confusión. Incluyendo la creencia
en ti, o en mí. Que es cuando aparece el 'yo', el 'mi', el 'tú'.
El
cerebro es el lugar donde se opera para dirigir y conservar el cuerpo: él es el
que da las órdenes cuando tengo sed, tengo hambre, hace calor o frío, hay fuego
y me puedo quemar, etc., para reaccionar de manera para preservar la integridad
del cuerpo, porque en ello puede estar en juego la vida. Hasta ahí todo
funcionaba sin problemas. Luego, a base de repetir y repetir, apareció la
conciencia de nuestro cuerpo y lo que nos rodeaba. Y esa conciencia y percepción
fue la que nos hizo progresar y poder ir más allá de la animalidad.
Pero,
esa conciencia de nosotros mismos nos
dio la oportunidad de proyectar y recordar. Y es entonces cuando apareció el
ego, el ‘yo’. Por eso el pensamiento, que es el que genera el ‘yo’, es tiempo
como pasado, presente y futuro. Yo tengo esta realidad que no me gusta,
entonces invento otra realidad que si que me gusta y satisface. Por lo que nos
dividimos y generamos el conflicto. Y este paradigma, de división y conflicto,
es el que ha hecho posible esta sociedad, con su manera de vivir, con sus
nacionalismos, religiones, partidos políticos, ideas y teorías, todas enfrentadas
unas a otras. Porque cada uno de nosotros también lo está dentro, internamente,
dividido y en conflicto.
Por
tanto, es el ego, el ‘yo', el que hay que comprender e ir más allá de él. Pues,
mientras el ‘yo’ opere todo será una continuidad de lo que hemos sido y hecho
durante un millón de años. Con sus enfrentamientos, su violencia y sus guerras.
Y
la mente, en su aspecto positivo, es lo que queda de descartar, el ego, el
'yo'. Que nada tiene que ver con el tiempo, ni con la división.
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