domingo, 29 de julio de 2012

Escritos y publicaciones 30-7-12


Pero es un hecho que todos tenemos cierto poder sobre personas. Pero eso no es el problema. El problema es cómo usamos ese poder. Eso es igual como el que tiene un cuerpo poderoso, llamativo, fuerte, que lo tiene que usar adecuadamente.

Cómo no le van a sacar lo negativo si está en el poder unos dos mil años. Te imaginas un gobierno de esos que no te gustan soportándolo dos mil años. No seas simple y superficial. Si tú quieres que te respeten has de respetar a los demás. Y mandar tanto tiempo genera una mafia, que aunque parezca adecuada para sus fieles y seguidores, es corrupción e inmoralidad. No te conviene hurgar mucho en eso, pues si salen todas las atrocidades y maldades que han provocado será aún peor para ti, pues sufrirás al ver la realidad, o que no ves, o que no quieres ver.

Por tanto, ¿para qué tanta pasión y ardor por una idea o teoría? Si todos los países son iguales, las religiones también, iguales con las banderas, ¿para qué quedarse en una? Todo lo que hacemos, lleva en si la semilla de la corrupción. Y de ahí no se escapa nadie, lo que quiere decir que psicológicamente todos somos básicamente iguales. Así que, lo primero es no creerse superior en nada, ni ensalzar ni encumbrar a nadie. Y a partir de ahí ya podemos hablar de religión, de compasión, de amor.

José Ignacio, verdad que necesitas seguridad para poder sobrevivir, para poder alimentarte, para poder dormir, para poder vestirte, para poder comprar lo que necesitas, pues esa misma seguridad es la que necesitamos todos también. Más, para que lo veas claro, tú quieres que te respeten, los otros también; tú quieres cariño, los otros también; tú quieres que no te desprecien, etc., los otros también. ¿Dónde está pues la diferencia psicológica si todos necesitamos lo mismo, lo básico? Las diferencias son superficiales, como el idioma, el color de la piel, la tradición culinaria, etc. Y por supuesto, está lo que más nos iguala, que es el miedo. Ese miedo que es capaz de generar los nacionalismos, las divisiones, de generar los conflictos y las guerras. El verdadero cambio, la verdadera revolución, sucede cuando uno se da cuenta que es lo mismo que el que está observando. Es decir, cuando uno ve que el observador es lo observado, que no hay ninguna división ni nada que nos fragmente. Entonces, el comportamiento que sucede con esa comprensión –de que el observador es lo observado- eso es la religión.

Pero, te olvidas que todos los partidos políticos se guían por el paradigma de la confrontación, que surge al estar divididos internamente. La realidad es que la división interna existe, la manifestación de ella es el miedo, y eso es lo que iguala a todos los partidos políticos del mudo. Y eso es a lo que me refería en cuanto a que psicológicamente, en lo profundo claro, somos iguales. Porque, si tú y yo estamos divididos, fragmentados, ¿qué relación puede surgir sino el conflicto, el enfrentamiento, etc.?
Por eso, el reto es que mientras no comprendamos esa división interna, lo que votemos serán a personas divididas y fragmentadas. Es decir, ¿un verdadero votante honesto, podría votar a un político deshonesto? Eso es absurdo. Por tanto, tenemos los políticos que votamos y que son los que queremos, porque no sabemos más, tenemos miedo de no votar. ¿No sé si entiendes lo que te estoy diciendo? Si tú invitas a alguien que es muy limpio y tú eres muy, pero muy sucio,  no irá a comer a tu casa, ¿verdad? Él querrá ir a casa de un amigo que sea limpio como él. Ese es el problema. Por eso, es preciso comprender que el observador es lo observado. Al que voto, es lo mismo que yo.

El establishment, los que lo dirigen, quiere seguir con su manera de todo para mí y nada para ti. Todo lo que dan es a la fuerza, sino sería todo peor. Por tanto, ellos hacen como los crueles e insensibles romanos: dan pan y circo. Es decir distracción y entretenimiento. Así se narcotizan las personas y todo sigue como siempre: ellos los señores y los otros sus criados trabajadores -¿no ves a los reyes, los aristócratas y los que los imitan?-. Una sociedad que invierte tanto en distracciones, en sublimar el nacionalismo y su parafernalia, ha de generar corrupción e inmoralidad. Y eso quiere decir, generar sufrimiento y dolor. Cosa que cuestiono.

Uno puede cuestionar y exponer lo que hacen los demás, pues uno es libre para decir lo que crea conveniente. Pero, uno tiene que hacer lo que quiera que hagan los demás. Si cuestiona el racismo, él no tiene que ser racista ni nacionalista; si cuestiona la anarquía y el desorden, tiene que ser serio y honesto, ser puntual, diligente; si no quiere la inmoralidad, no tiene que ser indolente e insensible ante los retos de los demás, al daño y el sufrimiento.

Falta saber, si ese deseo de protección era amor o miedo de perder a su madre. Los animales, incluidos los hombres, estamos programados para sobrevivir. Por tanto, todo lo que ponga en peligro nuestras vidas nos da miedo. Y el miedo nos proporciona una energía que es capaz de hacer cualquier cosa. ¿Qué son sino las guerras, ya sea con mi vecino, mi mujer, mi contrincante, al país de al lado, el advenedizo que no conozco, sino todo miedos y temores? Muchos padres, cuidan a sus hijos no por amor a ellos, sino porque los parientes, vecinos y la autoridad, los podrían denunciar y castigar.

Te entiendo y comprendo completamente, Yanet. Ahí está el amor si sabes mirar con imparcialidad, con respeto al adversario, sin explosiones demasiadas arrasadoras, para no humillar al vencido. Y todo eso es enseñar a los demás. La enseñanza no solamente es técnica, de hablar y escribir, es también práctica en la acción, sea cual sea esa acción, por descabellada y poco convencional que sea considerada. Un abrazo. Y que disfrutes con la suerte que te toque. Recuerda que el amor lo abarca todo. Y el amor solo llega cuando no hay conflicto interno.

Para Joan Roure., TV3 en Alepo, Siria.
Ya estamos como siempre, ¿quién tiene razón? No lo digas. Porque la tienen los dos. Pues se trata de la vida o la muerte. ¿Tú qué harías si fueras de los dos bandos enfrentados? Harías la guerra o salir, dejando la locura de la guerra. Otra pregunta: ¿no vas al bando contrario para ver que pasa? El verdugo se puede convertir en víctima y la víctima en verdugo. En un juego sin fin.  Así, chico que no lo tienes fácil.
Qué tengas suerte. Te gusta esto, ¿verdad? Siempre vas.

“Si una llave abre varias cerradura, entonces, es una llave maestra. Pero si una cerradura  puede abrirse con varias llaves, entonces, es una mala cerradura”. –Comentario de mujer-.
Mecánicamente es correcto. Pero la libertad no tiene patrón ni medida ni plan. La libertad, que es amor, sólo se tiene que vivir. Lo demás, lo que digan o no digan, no tiene ningún valor.

Si decimos que eso puede ser, como si decimos que no puede ser, todo eso es un error. Pues cada uno lo tiene que experimentar y descubrir si es posible o no.

Pero cuando ese amor, te da placer y lo buscas, ¿es eso amor? ¿Cuántas madres y padres, hagan lo que hagan sus hijos, ante una acusación, dicen que su hijo es muy bueno, que es incapaz de hacer ningún daño a nadie ni a nada, etc.? Nosotros estamos condicionados para sobrevivir. Y para ello, todo vale. Pero cuando vemos que ese condicionamiento genera división, conflicto, desorden, es cuando uno va más allá de ese condicionamiento. Entonces el amor no es solamente el servicio a alguien, sino la libertad. Porque sin libertad no puede haber amor.

Cuando veo que un león, guepardo, hiena, etc., atacan a un ñu y los centenares que están alrededor miran y no se unen para defenderse, es cuando comprendo lo que es el condicionamiento. Ellos podrían unirse y atacar a los que van a matarles para comérselos, pero no lo hacen. Y volvemos como siempre al misterio de la vida, que nosotros no podemos aclarar ni entender con nuestra mente que también está condicionada.

El esfuerzo y el amor no van juntos. Pues el esfuerzo genera crueldad y brutalidad. El amor es, aunque sea un minuto, un día o una hora, se va y vuelve. Ese es el juego misterioso de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario