sábado, 9 de junio de 2012

Escritos y publicaciones 9-6-12


He visto que habéis incluido mis libros en vuestra página comercial. No sé si tendríais que haberme pedido permiso o no. Pero, por lo menos consultármelo. Porque en todos los originales de mis libros siempre figura Toni Segarra. Y vosotros habéis puesto Antonio Segarra Simeón, que aunque soy yo no es mi nombre que utilizo desde hace muchos años.

La libertad y el amor es lo mismo. Y el amor sin libertad no puede existir. Tú dices que el amor sin libertad puede ser una tiranía. Vamos a intentar investigarlo.
Si yo te amo, ¿cómo puedo no darte la libertad que necesitas para tu manera de vivir? Por tanto el amor es libertad. Ahora cuando dices que sin libertad el amor es una tiranía, eso es lo que decimos superficialmente. Si descubres que tu cuerpo es una prisión de la que no puedes salir de ninguna de las maneras, ¿qué haremos, viviremos amargados, neuróticos, agresivos con toda las desgracias que eso conlleva? Por mucho que maldigamos la suerte por el cuerpo que tenemos, él va a ser como es, va estar ahí. Si lo fuerzas, lo torturas o martirizas, será peor aún, pues entonces será más problemático. ¿Qué haremos entonces si nos sentimos atrapados con la pesada carga del cuerpo, que hay que alimentarlo, lavarlo, cuidarlo del frío y la calor, de los golpes, del fuego? Algunos toman drogas, rezan sin parar y se agarran a una religión tonta y vana, o se emboban en algún gurú. Pero si somos un poco despiertos, vemos que todo eso no resuelve el problema de mi prisión corporal. ¿Qué haré entonces, para vivir sin desdicha y resentimiento, dando la culpa a los otros por haberme puesto en esta situación?
No podemos hacer nada. Y cuando vemos de verdad que no podemos hacer nada, igual como cuando se muere un amigo o un familiar cercano, es cuando te sientes completamente derrotado. O, mejor dicho el “yo” comprende lo tremendamente inútil que es y que no sirve para resolver los problemas. Entonces el “yo” cesa en su actividad. La prisión del cuerpo sigue ahí, pero no molesta ni es vista como una reclusión forzada, como una cárcel.
Pero esa situación que resulta es la del amor. Y es la de la libertad. Porque uno ya no quiere salir de la prisión, porque la inteligencia ha descubierto que no es posible y lo asume de manera que no hay dolor. Y si no hay dolor, hay a mor. Y en todo eso está la libertad.

El amor es siempre es libertario para uno y para todos los demás, ahí está su maravilla y su peligro. ¿Se entiende? Porque eso quiere decir que se puede hacer cualquier cosa y los demás también lo pueden hacer. Y lo que hagan los demás, ¿nosotros qué podemos hacer contra ello o justificarlo? Cualquier dirección que tomemos nos deja en la misma situación de amar. Porque el amor es como el aire o la comida, es lo que interesa. Por tanto, el amor no es lo que los otros nos provocan, por vulgares o serios que sean, el amor es un estado indescriptible donde no hay problemas. Y si los hay no pasa nada. Porque el amor abraza y se integra en el problema, haciéndose con él una unidad. Y entonces la relación humana no es el problema que se nos presenta. Ese problema es la cárcel que ha dejado de ser cárcel.
Esteven, pero si haces una algo a gusto, ¿puede haber esfuerzo alguno? El esfuerzo, que es contradicción, llega cuando no queremos hacer algo. Así que, ¿queremos vivir, tenemos apetito de vida? Si uno tiene hambre come lo que hay, no habla sobre si el alimento es bueno o no, solamente come. Por tanto, hay que descubrir porque no hay apetito de vivir.

Cuando actuamos no es posible ver lo que tenemos dentro. Porque eso sería una operación del pensamiento. Solamente existe la acción y sus resultados. Y cuando más nos golpean y perturban, es cuando puede aparecer la claridad de la inteligencia.

¿Estás seguro que el pueblo sabe lo que quiere? El pueblo somos todos y todos nos queremos hipnotizar. Así que habrá que vivir siendo hipnotizados y a la vez nosotros hipnotizando a los demás. Porque somos como vendedores de algo que creemos lo mejor. Y ahí es donde llega el conflicto, porque todos decimos que lo nuestro es lo mejor.

"El silencio es intermitente. La charla constante. ¿Podemos cambiar esto.? ¡Esa es su misión!".
¿Por qué queremos que algo tenga continuidad si nada en la vida la tiene? El silencio continuo no es un hecho, pero nosotros queremos convertirlo en un hecho. Alguien que dice que sabe, y que nosotros le obedecemos, nos ha dicho que eso es posible. Por lo que nos dividimos de la realidad, y generamos más ruido y el parloteo de la mente. Mira y descubre tú mismo si ese silencio es posible o no. Y lo que veas eso será tuyo y nadie te lo podrá arrebatar.
Ahora bien, en ese parloteo del pensamiento-mente también puede estar ese silencio, que no es la ausencia de ruido ni de parloteo.
"Todas las personas tienen una cosa en común: todos son diferentes. Si reconoces este hecho de la vida puedes comenzar a respetar la diferencia de opiniones".
Las personas tenemos algunos rasgos que nos diferencian de los otros: el color de la piel, el idioma, la cultura y la religión, etc. Pero psicológicamente todos somos iguales en lo básico: queremos que nos respeten, queremos tener salud, buscamos la felicidad y la libertad, etc. Y todos participamos de todo eso queramos o no. Y en ese respeto está implícito la libertad en todos los ámbitos.

El interior es lo que manda que la manera de vivir, y la sociedad que hemos construido, sea como es. Hay otros que dicen que es al revés: cambiar lo de fuera, la sociedad. Y ésta cambiará al individuo internamente. El mundo está dominado por los que quieren cambiar al hombre de fuera hacia dentro. Pero los hechos no lo demuestran: seguimos matándonos por un trozo de tierra, el nacionalismo, por una bandera, por una idea o teoría que nos divide y nos trae el conflicto.

Tan listo que era Einstein y aún le engañaron los que mandan y el ejército de EE.UU. Pues a él, y a otros investigadores, les dijeron que las investigaciones sobre la energía nuclear no se utilizarían para fines bélicos. Y cuando se dieron cuenta que todo era una farsa y mentira, ya estaba básicamente desarrollada e inventada.

"Cuando no exigimos nada del mundo, ni de Dios, cuando uno no quiere nada, no buscan nada, no esperan nada, entonces el Estado Supremo vendrá como un invitado inesperado".
Esa verdad es tan grande que pesa tanto que nos cuesta mucho asumirla y llevarla a cabo, de vivir con ella. Pues el miedo y la desesperación a no ser nada, nos aleja de la inteligencia y la sabiduría.

La persona meramente parece ser, al igual que el espacio dentro de la jarra parece tener la forma y el volumen y el olor de la jarra”.
Pero a nivel espiritual o psicológico podemos ir más allá del condicionamiento que nos ha moldeado. Aunque al vivir en el cuerpo, éste hace de moldeador de nuestras maneras. Por eso, la materia nos hace inclinar pero no nos pone siempre de rodillas.

Exponer y propagar conceptos es simple, pero abandonar todos los conceptos es difícil y raro”.
Cuando no hay comprensión hay miedo. Y entonces la ignorancia y el miedo parecen un dique como una alta montaña. Solamente la fortuna es la que hace que uno puede ir más allá de esa ignorancia que trae al miedo. Ese el misterio de la vida que no se puede desvelar: a uno le viene la fortuna y a otro no. Aunque al final nadie sabe lo que puede suceder.

Esa esperanza es un deseo. Por lo que va a generar más desorden y confusión, aunque se consiga lo que tenía como una esperanza. Lo más dañino, y por eso genera división, conflicto y crueldad, es el deseo. Y el daño empieza por uno pero se propaga a los demás, ya seamos conscientes o no.

He leído tu entrevista de hoy en....
Gracias por tus informaciones
Aunque la ciencia tiene su utilidad, no tiene la respuesta. Porque todo es infinito y así que por mucho que se invente jamás habrá el invento definitivo para liberarse de la miseria que lleva en su seno la vida. Por lo tanto, hay que tener cuidado de que el deseo de más y más entre dentro de nosotros, porque eso quiere decir que los inventos no serían para descartar verdaderamente el dolor, sino una herramienta para seguir con esta manera de vivir con desorden y la estupidez de la mentira, la inmoralidad y la corrupción.

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