jueves, 7 de junio de 2012

Escritos y publicaciones 7-6-12



Interlocutor: Hola Toni como estás, soy...
T. Segarra: ¿Qué deseas, o qué quieres? Explícalo para saberlo.
Interlocutor: Deseo comentarte algo que me paso hace un tiempo y todavía no le encuentro explicación alguna. ¿Estás aquí Toni?
T. Segarra: Si, si. Estoy aquí.
Interlocutor: He experimentado la muerte dos veces.
T. Segarra: ¿Tú cómo lo sabes, si nunca te has muerto? Y no podrás saber cuándo viene ni lo qué es la muerte.
Interlocutor: La muerte es tan difícil de vencer que nos da toda una vida de ventaja.
T. Segarra: Pero a la muerte no se la puede vencer. Porque cuando algo tiene que venir y no se puede evitar, no hay nada que hacer. Solamente vivir adecuadamente y olvidarse de esa muerte.
Por lo demás, todos vivimos por añadidura, como si fuera un regalo. Pues todos los días mueren millones de todas las edades y circunstancias.

Las personas insensibles al sufrimiento y al dolor de los demás, ya sean a las personas como a los animales y las plantas, son nihilistas. No son nihilistas de su egoísmo, sus propiedades y riquezas, sino a esa posibilidad de que eso les pueda desaparecer. Es decir, solo la idea de que pudieran tener que renunciar a todo lo que están aferrados, les deprime, les pone airados, dispuestos a lo que haga falta con tal de que todo siga como siempre ellos han querido. Y por eso es que tienen los ejércitos, los policías, los espías que ellos llaman 'servicios de inteligencia', leyes promovidas para defender lo suyo, etc.
Por eso es más difícil que un rico tenga sensibilidad y tranquilidad espiritual, que un elefante pase por el agujero de una aguja de coser.

La foto es buena pero el texto es un vaguedad. Porque a la humanidad no se la puede cambiar. Pues, para cambiar a la humanidad primero te tienes que cambiar tú radicalmente. ¿Es eso posible? Todo lo demás son ilusiones y palabras.

Cuando más comemos, más fuertes y poderosos somos en energía. Pero, ¿para qué queremos tanta energía, para ser más eficientes a la hora de cazar, a la hora de destruir todo lo que hay allá donde vamos, a la hora de enfrentarnos entre nosotros? No es que estemos apelando para que seamos débiles y pusilánimes, pero sin un sentido de moralidad nos hacemos más agresivos y destructivos. Ayer vi unas fotos de unos jóvenes con motocicletas subiendo y bajando por la montaña, sin sendero ni carretera alguna, todo a través; he visto sacar tantos peces del mar en una pequeña red, desde la orilla, que luego no sabían que hacer con ellos; al igual que los cazadores de patos salvajes. Y todo eso es porque vamos sobrados de energía descontrolada y mal usada.
Todo es muy sencillo, Daniel. El que tiene un inspirador y lo necesita, ¿por qué no lo tiene que usar? El problema está en que ese inspirador se apodere de ti y te conviertas en una marioneta de él. Y entonces estamos perdidos. Y, entonces, ¿qué queda? El saber gestionar esa situación. Es como necesitar una medicina y como la hay la tomas, pero si nos pasamos la pagamos.
Porque en realidad todas las cosas, ya sea la esposa, los hijos, el dinero, los amigos y parientes, lo que sabemos, todo lo que hacemos, lo usamos como una medicina, que nos da vitalidad. Si nos resta vitalidad, ¿qué hacemos? Por tanto, todo se trata de gestionar nuestra vida. Porque si no estamos bien, todo lo que tocamos le transmitimos nuestro malestar y amargura.
Vanesa, eso que dices tiene sentido. Pero todo tiene que estar unido. No es casualidad que Jiddu Krishnamurti, nunca hubiera comida carne, ni fumó ni bebió alcohol ni tomó drogas. Y lo mismo hace la mayoría de los budistas y otros que llevan un punto parecido. Eso no quiere decir que alguien que coma carne, fume, tome alcohol o drogas, está acabado. Pero es incuestionable que todo lo que comemos, nos afecta. JK, relató que una persona que cocinaba para él, cuando le servía encurtidos fuertes, se ponía ardoroso y agresivo, por lo que dejó de comerlos y que se los sirvieran.
Una ilusión es pensar que somos diferentes de los demás. Es el problema de los ignorantes, que somos todos. Unos lo usan para defenderse y otros para atacar. Pero cuando uno descubre que el que ataca y el que se defiende son la misma cosa, todo el entramado de la ignorancia cesa.

He leído tu entrevista de ayer en el diario...
Gracias por tus informaciones.
¿Por qué protestamos en contra de una guerra particular que nos cae antipática? ¿Por qué no protestamos en contra de todas las guerras?
Eso mismo sucede contigo -que no digo que no lo hagas- cuando te encaras y focalizas toda tu energía con unas determinadas personas que no sientes afecto ni cariño hacia ellas. Y ellas también son seres humanos, como tú y como yo, pero con un destino diferente y desafortunado.
Si observaras a todos los países, verías que la corrupción, la inmoralidad, la venta de armas a dictadores sanguinarios está a la orden del día y nadie les dice nada. No hace falta que sigamos con más detalles. Sólo añadiré, que cuando el establishment le consiente a alguien proseguir con lo que lleva entre manos, no hay nada de extraordinario en todo lo que hace. Es decir, es la misma vulgaridad y superficialidad pero a un nivel diferente. Y ahí es donde empiezan los agravios, la divisiones y conflictos.
En el fondo todo es muy sencillo de observar. Mira lo que pasa en tu vecindario, en el trabajo, y verás que unos nos caen bien y otros nos caen mal. E ir más allá de esa injusticia, de esa discriminación, de ese juego del "yo", es la única revolución que puede solucionar los problemas, que no son otra cosa que los conflictos causados por la división y la fragmentación interna.

¡Qué locura mayor podría haber que estar solo, triste o en conflicto con nuestros compañeros!”
Nos olvidamos que eso que decimos que parece tan bonito y adecuado, lo hemos de realizar nosotros en nuestras vidas. Decir que es una locura tener conflictos con las personas, pero al mismo tiempo maquinar y desarrollar toda clase de actividades contra el que crees que es tu enemigo, ya sea tu vecino o alguien que vive lejos, es el absurdo de las palabras. Más aún si el que las dice tiene el rango espiritual, al creerse que sabe. Por eso, es una ilusión creerse diferente a los otros, decir que ellos son malvados, que son nuestros enemigos. Todo esto es el engaño de la política, que es la guerra de baja intensidad.

Mientras no veamos como un hecho que tú y yo somos básicamente iguales psicológicamente, siempre habrá la comparación y la vanidad de creer y decir: "Yo tengo más derechos que otro, porque necesito más para vivir". Y así, empiezo a maquinar y planificar mi vida, que al juntarme con otros que piensan como yo, se hace un gran conflicto que siempre quiero ganar. Por lo que el paradigma de la guerra está servido y operando.
¿La meditación como algo vivo y dinámico, que comprende toda la vida, puede tener técnicas, métodos, libros que la describan? ¿O la meditación está más allá de toda palabra que digamos, de todo lo que planifiquemos para alcanzarla, para que ella llegue?
En el ver hay acción total al darse cuenta de la realidad, de lo que es. El problema está en tener la fortuna y la sensibilidad para poder ver sin ninguna distorsión, ilusión y todos los impedimentos que se anteponen.

Ahora en la actualidad hay cierta comunicación con los animales. Pero lo que nos tiene que interesar es que los respetemos y amemos. Y para ello, no podemos inmiscuirnos en su manera de vivir, trayéndolos a nuestra manera de vivir en las ciudades, en exhibiciones, en la explotación.

Los árboles son libres porque no tienen que elegir: si llueve lo aceptan, si hace sol también. Ya sea con frío o con viento, ellos en su santidad no se dividen ni huyen ni entran en conflicto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario