martes, 5 de junio de 2012

Escritos y publicaciones, 6-6-12


Estábamos hablando del miedo que dan las personas mayores a los niños y jóvenes, porque los que tienen todo el poder son los padres, abuelos, tíos, etc., y al depender de ellos en todos los ámbitos la autoridad puede ser más brutal y aplastante. Y dijimos que la autoridad, sea la que sea siempre genera rencor, odio, división y conflicto. Un padre siempre tiene un plus de brutalidad por ser y sentirse el responsable de su hijo.

T. Segarra: Cuando vienen de visita los niños pequeños, no nos damos cuenta del poder que tenemos. Pero ellos, cuando nos mostramos excesivamente autoritarios sienten miedo y se asustan. Y eso si no se comprende y corrige, va creando un sentimiento de venganza contra nosotros los mayores.
Para que se vea más claro, pasemos a la autoridad gubernamental que puede llegar a una dictadura, como la que se vivió por unos cuarenta años.

Interlocutor: ¿Y qué si era una dictadura? Aquí se vivía bien, con orden, favoreciendo a los pobres.

T. Segarra: Era una dictadura como las comunistas, sólo que en vez de adorar a dios, la religión, adoraban a su sistema. Así que a ti te hubiera gustado vivir en un régimen así tanto tiempo.

Interlocutor: Aquí no era como tú lo dices.

T. Segarra: Por eso, cuando un dictador muere y deja su herencia a sus seguidores y colaboradores, les entra el miedo ya que no se atreven a seguir haciendo lo mismo que hacía él. Y entonces empiezan a limpiar y blanquear sus vidas, sus maneras, porque ven que aquello era una exageración, una especie de locura.

Interlocutor: Yo no vi nada de eso. ¿Por qué habían de tener miedo?

T. Segarra: Porque el dictador, la dictadura, lo acapara todo. Y muchos colaboran con ella, aunque hay algunos que se dicen demócratas, amantes de la libertad. ¿Tú te imaginas toda Europa democrática y un solo país dictadura, donde todos lo bloquean, no quieren saber nada de ella?

Interlocutor: Yo digo que la dictadura hizo mucho bien, nos salvó de los que nos querían destruir.

T. Segarra: Pues eso mismo dicen todos los dictadores que no te gustan. No huyas. Olvídate de quién eres. Para saber quién es cada cual hay que mirar lo que hacen todos los que son iguales: una monja tiene que llevar hábito, tiene que vivir en un convento, tiene que obedecer, tiene que asistir a los rezos. Una mujer que necesita mucho el sexo, tiene que hacer todo lo necesario para poder seguir haciendo sexo; sabe que la van a decir cosas feas, que la insultarán, pero ella proseguirá con sus maneras. El dictador, para que lo sea, tiene que serlo, de lo contrario lo derrocarían y terminarían con él. Por lo que está condenado a seguir siendo dictador. Y uno no puede ser un dictador si no es cruel, brutal, sin ningún respeto por los que él ve que son sus enemigos.


Por todos los medios, cásate. Si tienes una buena pareja, serás feliz, y si te sale mal, te convertirás en un filósofo”.
Creo que por eso los hindúes son tan filósofos, espirituales, religiosos -en el sentido de comprender y aceptar la realidad sin amargura ni conflicto- porque las condiciones de vida que han tenido siempre han sido difíciles: ha habido hambrunas con sus miles y miles de muertos, la invasión y explotación por un imperio cruel y asesino -como lo son todos- durante varios siglos, unas costumbres y supersticiones impuestas y explotadas por la religión organizada y convencional con la complicidad de la autoridad civil y gubernamental. Gracias, DK Matai.

Si no hay inteligencia, si no podemos ver la realidad de cómo funciona la vida y el pensamiento, es que el "yo" está operando. ¿Qué es primero la inteligencia y después la ausencia del "yo"? ¿O es la ausencia del "yo" lo que hace que llegue la inteligencia?
He leído la entrevista que te han hecho y publicada en el diario... de hoy.
Vamos a empezar a ser serios: Cuando uno muere, está muerto de verdad, no vuelve porque no puede. Por tanto, todo el que vuelve es que no ha estado muerto. Y ahí es donde todo lo que se investiga como es confuso, el resultado está mediatizado por esa confusión.
Además, ¿para qué queremos saber algo que no tiene ninguna importancia para que los problemas de la vida cotidiana, de nuestras vidas, sean solucionados? Todo eso de las visiones que describen los que dicen que han estado muertos, se convierte todo en un entretenimiento y distracción. Tenemos abundancia de información como nunca antes la hemos tenido, pero los problemas de división y conflicto están dentro de nosotros. Y esa división y conflicto que todos tenemos, es lo que va a determinar lo que la vida va a ser, lo que la vida es. Y el panorama de la vida no parece que sea muy halagüeño.

Antes de complicarlo más, Vanesa, vamos a ver si lo aclaramos: si tú dices que la inteligencia es la que llega primero y otro dice que es preciso la ausencia del "yo" para que la inteligencia se manifieste y actúe. Entonces se crea un conflicto entre lo que dice uno y lo que dice otro. Y si hay conflicto, ¿puede operar la inteligencia?
Por eso, las cuestiones se tienen que abordar negativamente, porque si no negamos es cuando está el terreno donde crece el "yo". Por tanto, no me interesa quién va primero y quién va segundo. Lo que nos tiene que importar es que el conflicto no esté dentro de nosotros. Porque, todos los problemas siempre pueden generar una dualidad, contradicción, conflicto, ya sea en lo concerniente a la reencarnación, en los que creen o no creen en dios, en los que dicen que tal idea, teoría política o religiosa es mejor que las demás.

¿Cuál es la solución que propones para que el desarrollo no se haga insostenible y lo devore todo? Y si lo devora todo, también nos va a devorar a nosotros, a las personas: a tú y a mí, a tu hijo y esposa, a los ricos insensibles y derrochadores, a los pobres.

"Algunas de las mejores lecciones que aprendemos se aprenden de los errores pasados. El error del pasado es la sabiduría y el éxito del futuro".
De los errores del pasado, tal vez, se puede sacar sabiduría. Pero eso se tiene que demostrar en la vida de cada uno. Así que, se puede o no se puede. No es cuestión de decir que sí o que no.

Un corto sobre las consecuencias del desorden y la confusión.

¿Quién dice qué es preciso que se dé la ausencia del “yo” para que se manifiesta la inteligencia?”.
Lo que nos dice que no ha de haber actividad del "yo" para que llegue la inteligencia, es la inteligencia. Vanesa, estamos acostumbrados a especular, a inventar para distraernos y entretenernos. Más aún en el ámbito psicológico, espiritual, mental, donde todo parece que pueda ser. En el ámbito material, científico, eso no puede ser porque una piedra es una piedra, el agua, el calor y el frío, son incuestionables.
Las palabras y todo lo que digamos puede tener sus limitaciones, pues todo depende del que las emite y el que las recibe. Por eso, cuando existe la no división, se produce el amor, donde las palabras tienen un significado más allá de ellas. No hace falta hablar. Pero nosotros estamos condicionados para hablar. Y toda nuestra vida está planificada y adaptada para las palabras. De manera que dos personas necesitan estar siempre hablando, rara vez se genera ese silencio tan profundo y tan ordenado. Por eso el silencio, en esta sociedad desquiciada y confusa, se ve como algo perturbador y peligroso.

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