He leído tu entrevista en…del
diario…, de hoy.
Gracias por tus informaciones y
comentarios.
Dices: 'La emocionalidad aumenta
nuestra inteligencia'. Vamos a
investigarlo. En un estadio de fútbol hay emoción entre los hinchas. También la
hay entre los nacionalistas, sus banderas y fronteras, ¿verdad? Y, ¿dónde nos
lleva esa emocionalidad, que es capaz de hacernos llorar y hacer cosas
inverosímiles? Al final, nos lleva a la violencia y a la guerra.
Esta mañana he leído una crónica
sobre el final del juicio a Breivik, que hizo la matanza en Noruega, ¿cuánta
emocionalidad tenía por su nacionalismo noruego, cultural-occidental,
cristiano, etc.?
Si viéramos en realidad lo que
somos, cómo funciona nuestro pensamiento-mente, nos daríamos cuenta de lo que
somos capaces de hacer. Por tanto, la emoción, el sentimentalismo, el
romanticismo, nos hacen que alucinemos y deliremos de tal manera que podemos
hacer cualquier tontería.
En realidad la emoción es un acto
divisivo, un acto agresivo, pues todo el que no participa de esa emoción es
considerado un peligro que hay que aislar y discriminar.
Si lo vemos en los animales,
ellos se emocionan con sus crías pero es un acto materialista, su
condicionamiento para que prosiga su grupo y la especie.
Con la religión sucede lo mismo:
sin emoción, tal vez no existiría como es ahora. Toda ella está dominada por la
intransigencia, la fe y la creencia, el dogma, la obediencia ciega a la
autoridad. Y todo ello, tiene su base en al emoción, que es miedo y temor al
vacío existencial, a la soledad, a la inseguridad ya sea del presente como del
futuro.
Ricardo, sólo se trata de opinar,
¿no? Y cada uno lo hace a su manera. Recuerda que el infinito está ahí y tanto
sirve para afirmar como para negar lo que digamos.
De la misma manera que uno
estando en la montaña se pregunta, ¿dónde está la montaña? También ya tenemos
cosas maravillosas y no las vemos, como es la conciencia de algo más que lo
aparente.
Cuando el corazón es único y
separado, siendo el dueño de la acción, tampoco es adecuado. Pues lleva a la
emoción y al sentimentalismo, con sus desastres nacionalistas y los fanatismos
de creencias y supersticiones religiosas. Es la interconexión de la mente, el
corazón y el cuerpo, lo que hace la
verdadera unidad. Y es lo que genera el orden.
Si, Jeza Jelena, es clarificador y como
siempre pedagógico.
"Todos somos uno" (We are all one)
Ahora hace falta vivirlo con los
demás.
“La búsqueda de sí mismo, o de dios,
es como un pez en el mar, en busca de mar”.
Es como seguir sin ver que el
pensador y el pensamiento son lo mismo, que el observador y lo observado no son
lo mismo.
Ricardo, te aclaro: del grupo
Jiddu Krishnamurti fui solamente yo el que decidió dejar de ser administrador,
a pesar de insistir otro administrador que no me fuera, porque ya había dos o
tres administradores y consideraba que ya habían bastantes.
Francisco, he visto que prosigues
de administrador de este grupo. Y, este grupo es nuevo. Pero ahora cuando
vengan los propagandistas y quieran poner propaganda de esoterismo, ya sea de
Tarot, de Yogas, de gurús que hablan de rencarnación, de páginas que lo salvan
todo, de videos cientificistas y otras cosas extravagantes, etc., y haya
algunos miembros que lo defienden, ¿entonces veremos tú qué harás?
Más aún, si llega un miembro y empieza
a decir que lo que él dice es más adecuado que lo que el grupo preconiza, si
insiste en provocar un mal ambiente, si tú le adviertes que esa actitud no es
la adecuada para el buen funcionamiento del grupo, que si no está de acuerdo
que deje de entrar un tiempo, y si no que se dé de baja del grupo. Justo entonces,
tal vez, sabrás lo que es la libertad.
¿Dónde está la crisis y los
millones que le deben los clubs de fútbol al gobierno y que no pagan? ¿No sedan
cuenta ahora del peligro del nacionalismo? Así no se arreglan los problemas.
Queremos divertirnos, aunque vaya contra nosotros. Lo mismo sucede con los
toros que también son subvencionados por el gobierno. Luego nos quejamos, le
damos la culpa a los demás, a los de fuera, al mal funcionamiento del sistema.
Las máquinas no funcionan mal. Van mal las personas que las manejan y dirigen.
Si no amas a la corrupción, o a
cualquier otra cosa, no la comprenderás.
Esa es la cuestión que la vida es
una guerra. Al igual que es un negocio. Si yo no saco ninguna ganancia no
publicaré en esta pared. Y el negocio es la guerra de baja intensidad. Así que
el problema es grave. ¿Puedo vivir sin ningún deseo? ¿Puede alguien que vive
sin deseo no generar guerra? Sí que la genera, pero él no lo sabe. Esa es la
diferencia con los que desean: que ellos sí que saben que han maquinado para
ese horror que es la guerra.
¿Tan mal estás qué todo te da
igual con tal de divertirte? No es solamente el fútbol, y tú lo sabes. Es el paradigma de siempre
fiesta, diversión y despilfarro. No queremos solucionar la crisis, queremos
volver a vivir como vivíamos antes de la crisis. Y si viene la otra –que vendrá-
¿qué nos importa? Eso quiere decir que somos insensibles, superficiales y
banales.
El problema es que existir quiere
decir violencia. Pues sin violencia para sobrevivir pereceríamos, nos destrozarían.
¿De acuerdo? La pregunta: ¿Puedo vivir sin violencia? No. ¿Qué más puedo hacer
para estar libre de violencia? Ir más allá de esa violencia. Y, sabiendo que el
deseo, la ansiedad, la lujuria por todo lo que necesitamos, nos acrecienta la
violencia engrandeciéndola con todos sus problemas.
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