miércoles, 13 de junio de 2012

Escritos y publicaciones 13-6-12


¿Nos damos cuenta qué cuándo hablamos de los otros para criticarlos, hay detrás un gran sentimiento de vanidad y que todo queda mediatizado y condicionado por ese sentimiento egoísta, del 'yo' que es ignorancia? ¿Cómo queremos que hagan los otros, los demás si nosotros no somos capaces de hacerlo? Decimos que los hijos son devorados por la sociedad superficial e insensible y así nos redimimos de nuestras responsabilidades y culpas. Pero nosotros formamos parte de esa sociedad, somos los responsables de esa sociedad. Cuando decimos que los jóvenes son indolentes, que son hipersexuales, que no tienen valores, etc., ¿qué responsabilidad tiene cada padre de ese comportamiento y actitud de su hijo?
Un joven que vea como el poder, siempre corrupto, se sostiene teniendo hombres armados y violentos para hacer la guerra, que vea la inmoralidad de siempre favorecer a los ricos y poderosos, que se tolere y subvencione la superstición y las creencias divisivas, que se toleren y subvencionen las torturas y asesinatos de los toros por entretenimiento y diversión, ¿qué se puede esperar del joven que ve que sus padres siguen eligiendo a los que nos gobiernan que no cambian nunca esas inmoralidades? Es muy grave lo que sucede, pero los mayores lo encontramos tan natural, tan dentro de la normalidad. Y es por eso, que es muy difícil que los hijos pueden rechazar y descartar esa manera absurda de vivir. Decimos lo que hay que hacer, pero nosotros no lo hacemos.
Dicen que quieren a sus hijos, los cuidan y atienden en sus necesidades, pero los echan a la guerra para que los destruyan y los maten. Si ustedes de verdad quisieran a sus hijos no tendrían ni un sólo día más de guerra, no serían nacionalistas con su bandera y fronteras. Pero, es porque viven en la contradicción de decir una cosa y haciendo otra, que lo que llega a nuestros hijos es la confusión envuelta en un vistoso decorado. Por eso, los únicos culpables de la manera cómo son nuestros hijos somos nosotros, no es el que vende la droga, los portales en Internet donde se ofrece sexo, no son los diseñadores de tendencia que dicen la ropa que hay que llevar. Si se miran realmente, verán lo corruptos e inmorales que son: hablan de verdad pero mienten, hablan de justicia y de compasión y viven y actúan como ricos, rechazan los nacionalismos que les molestan y perturban pero son feroces nacionalistas, rechazan la violencia pero es la de los demás, ven en las otras creencias y religiones algo pernicioso, pero no lo ven en la suyas.
La pregunta es: ¿Unos padres de verdad no corruptos ni inmorales, que no tuvieran nada que ver con todo el bacanal de la sociedad, podrían generar otro ser humano corrupto e inmoral, que la corriente de la confusión y el desorden lo arrastrara?
Atengámonos a eso, y no actuemos como ignorantes y taimados que se defienden ante la acusación evidente de culpabilidad.

He leído tu entrevista de ayer en La Vanguardia.
Gracias por las informaciones.
Siempre es todo lo mismo, cambian los decorados y los actores. Es decir, hemos cambiado del hombre que iba casi desnudo a nosotros; y de vivir en chozas e ir a pie a todas partes a vivir en edificios e ir en vehículos a motor. Hemos pasado de darnos mordiscos y pedradas, a echarnos bombas y proyectiles. Para que lo entiendan los más ilustrados y los menos: somos los mismos perros pero con distintos collares.
O sea, que los que lo complican es porque nos quieren vender el mismo cuento y la misma historia de siempre, pero enredándolo todo mucho para así vender muchas páginas, ya sean de libros o de diarios, para vender películas de cine o de documentales, o de charlatanes y astutos. Pero vivimos en este mundo patético y hay que vivir con él. Solamente hemos de no ser también tan patéticos como los demás. Y para ello, solamente hay que darse cuenta de lo patético que uno es. Es como cuando ves un gran peligro, como ver un toro que va hacia ti, y ese ver es el que te hace que actúes para ponerte a salvo. Es decir, cuando me doy cuenta que soy patético es cuando dejo de serlo.

Ayer, alrededor de las seis de la mañana, te vi en la TV. V., 2·NOU, cuando hablabais sobre el sentimiento y el conocimiento que tienen los ciudadanos de Europa, tanto como país, como una entidad más allá de lo que hasta ahora nos había inspirado. Uno de los obstáculos para que Europa tenga la importancia a nivel de un estado unitario y cohesionado, está en los nacionalismos fanáticos de los países soberanos que la componen. El problema proseguirá, más agrandado, cuando en Europa ya esté afirmado y consolidado completamente su nacionalismo.
Gracias por tus informaciones.

"¿Dónde está la existencia y dónde está la no existencia? ¿Dónde está la existencia de uno y otro?
¿Dónde está la necesidad de decir más? Nada emana de mí"
Si decimos que nada emana de mi, o yo soy la fuente de donde todo emana, eso es seguir dentro del ámbito del conflicto y el desorden. Pues la realidad y la verdad, es tanto emanar como no emanar. Todo puede ser en todas direcciones. Y las direcciones pueden ser infinitas. Por eso, el amor es lo nuevo lo que no ha sido tocado por la mente.

La mente no puede estar inmóvil, siempre está activa de lo contrario todo se colapsaría y se agravaría más todavía. Cuando la mente está completamente atenta a todo lo que es, lo que hay alrededor, está participando de ello, es todo ello sin división alguna ni conflicto ni comparación ni contradicción.

He leído tu entrevista en la que hablas de la muerte. Gracias por tus informaciones.
La muerte, como algo que forma parte de la vida, está sujeta al paradigma de la vida. Y el paradigma de la vida es sobrevivir como sea y cuanto más mejor. Por eso, los que se dedican a ganar dinero, invierten en laboratorios, y en grupos de presión, para aprovecharse del deseo de supervivencia para sacar abundantes beneficios.
Las personas la mayoría adoptan las modas, que todas son pasajeras, Pero el deseo de vivir siempre está de moda. La muerte, no es como una camisa que se puede cambiar o comprar otra. Por eso, es normal que las personas nos lo tomemos muy en serio a la hora de morir. Los que desean la muerte es porque están neuróticos o amargados, son nihilistas, o están traumatizados por un acontecimiento extremadamente doloroso. Yo prefiero la vida delante de cualquier otra eventualidad o contingencia.

He leído tu entrevista. Gracias por los consejos e informaciones.
Respecto a la pregunta, ¿dónde está la conciencia? La conciencia es la memoria. Si un ordenador aún no ha sido programado, no puede operar. Cuando le metemos todo lo que necesitamos, es entonces cuando el ordenador puede responder. Pero esa conciencia es muy superficial, es mecánica. Y a eso es lo que llamamos el condicionamiento, la programación.
Pero la pregunta es: ¿de dónde llega la conciencia cuando estamos descondicionados, cuando vamos más allá del ‘yo’ con todos sus problemas, del ‘mi’ y el ‘tú’, del nacionalismo, de las religiones y la política? Unos dicen que es la conciencia pura, la realización del ser, la iluminación, la liberación, el estado de no contradicción ni antagonismo, sino puestos ni conflicto. Y esa conciencia está más allá de todo nuestro condicionamiento animal. Lo podemos usar, pero no hay identificación ni nos aferramos a él, cosa que los animales no son capaces pues ellos no pueden ir más allá de su condicionamiento.
Ahora bien, ¿si los animales de ahora los pudiéramos ver dentro de unos millones de años, tendrían la misma conciencia que nosotros y serían capaces de ir más allá de todo su condicionamiento? Debería de ser así. Aunque la pregunta del principio, ¿de dónde llega la conciencia? sigue sin contestarse. Aunque podemos decir que es la energía. Pero, ¿cómo se genera la energía y de dónde nace?

Se le había muerto su madre hacía unos días y estaba apesadumbrado porque según decía tal vez hubiera podido hacer algo más, pues era médico. Cuando llegaron los servicios médicos él seguía intentando reanimarla, pero ellos tras algunas pruebas dijeron que estaba muerta.
Al cabo de unos días una hermana suya, se le atragantó comida en la garganta por lo que él tuvo que hacer todo lo que pudo para salvarla, pues se estaba ahogando. Él explicó con todo tipo de detalles lo que tuvo que hacer para que devolviera lo que la estaba ahogando.
Interlocutor: Yo no sé cómo lo hice ni lo qué hice, pero hice lo necesario para que sacara lo que la estaba ahogando. Fueron unos momentos intensos, una experiencia extraña y poderosa.
T. Segarra: Primero que nada el hecho de que tú lo intentaras ya abre la puerta para que todo empezara, y tener cierto valor aunque seas médico. Luego te llegó toda la energía a la cual te conectaste para poder atender ese reto. Cuando estabas en la facultad cuando estudiabas para ser médico, durante todo ese tiempo los profesores os dicen que sois médicos. Y se genera como una hermandad entre todos los médicos del mundo. Y entonces, cuando todo se acelera por un reto muy intenso, al que hay que responder sin vacilación alguna, uno entra como si estuviera en trance y entonces se conecta con todo ese magma de la sabiduría médica. No sólo con los médicos que hay ahora, sino desde el principio de esa gracia que se tiene que tener para curar o resolver un problema relacionado con la salud
Interlocutor: Si eso es cierto. Yo no sabía nada de lo que tenía que hacer pero las soluciones llegaban. Hace unos días la persona que vive conmigo tuvo un ataque de asma y no tenía ninguna medicina. Pero yo al verlo tan agobiado que se ahogaba, fui rápidamente a la cocina y cogí la botella de vinagre y se la puse para que la oliera y enseguida le pasó la congestión.
T. Segarra: Todo eso pasa con el escritor o con cualquier otra dedicación, cuanto más te dedicas a algo se genera una comunicación con eso a que te dedicas y entonces suceden cosas extraordinarias.
Interlocutor: ¿Entonces, es cómo magia?
T. Segarra: Sí, es la magia de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario