Esos
que van a las iglesias, que son supersticiosos e idólatras, tienen
el agravante de todo lo que sucede porque ellos se consideran los
mejores, los buenos, con santidad. Por tanto, como ellos saben: a
cada uno se le exigirá según lo que sabe, sus talentos.
¿Se puede ser religioso siendo fanático que quiere imponer su idea y teoría a los demás? Si la religión es el amor en acción, no el teórico que ha de venir, no procede negación de libertada alguna. Si la religión es fundamentalismo, superstición, fanatismo e ignorancia, entonces las puertas están abiertas para que llegue la dictadura, la crueldad, la violencia.
¿Se puede ser religioso siendo fanático que quiere imponer su idea y teoría a los demás? Si la religión es el amor en acción, no el teórico que ha de venir, no procede negación de libertada alguna. Si la religión es fundamentalismo, superstición, fanatismo e ignorancia, entonces las puertas están abiertas para que llegue la dictadura, la crueldad, la violencia.
"Ustedes
son la esencia de todo lo que es bello y precioso en el Universo.
Siéntelo. Vívelo. Hacer que cada momento cuente. Usted es el
Alquimista. Toque cada momento y convertirlo en oro. Todo lo que
necesita es el coraje y la fe. A continuación, vea el cambio del
mundo".
La
creencia no es lo real. Sólo los buenos propósitos y las buenas
palabras no van a resolver los problemas. No viva en la ilusión.
Aténgase a los hechos de lo que es su vida real, que está
colaborando a que este mundo corrupto e inmoral se esté
desintegrando.
“El
conocimiento propio no es conocimiento”.
Para
que el conocimiento propio sea verdadero, uno tiene que morir a cada
instante a todo lo que se dice y sucede.
La
autoridad en el ámbito que sea, es el deseo en acción, el 'yo'. El
deseo es el que abre la puerta a todos los problemas porque nos
hacemos los directores y ejecutores de todo. Creyéndonos que
sabemos. Pero el que dice que sabe, es que no sabe.
"El
conocimiento es el conocimiento de un tomate, es una fruta. La
sabiduría no está puesta en una ensalada de frutas".
La
sabiduría sirve para ver lo más profundo, y como no podría ser de
otra manera, también está en lo que parece rutinario, superficial y
banal. Porque la sabiduría actúa en la totalidad de todo lo que
existe.
Toda
creencia es producto del "yo". Y para que el "yo"
no pueda operar ha de haber negación de todo lo conocido. Pues si
vamos a lo conocido, entonces el deseo se dispara y todo lo arrasa
con tal de conseguirlo. Así que, uno no quiere nada. Y desde ahí,
puede llegar todo.
"No
camines detrás de mí. No corras detrás de mí. No me sigas. La
imitación no es la forma de actuar. Tienes que seguir el camino tuyo
donde tienes que escuchar tu propio corazón".
El
que sigue a otro es porque tiene miedo a estar solo. Y el que
promueve que le sigan también tiene miedo de estar solo. Por tanto,
los dos se están destruyendo el uno al otro. Seguir quiere decir la
dependencia de otro, que lleva a la esclavitud y a la miseria.
He
leído tu entrevista de hoy.
Gracias
por las informaciones.
Todo
parece que haya cambiado, pero es una ilusión. El paradigma sigue
siendo el mismo: el 'yo' insaciable es el que domina nuestras vidas.
Y para que sigamos en la ilusión, hay unos que se encargan de decir
a todos que ahora vivimos en el mejor de los paraísos. Y, resulta
que se lo creen.
Prueba
a cuestionar la sociedad, con su establishment, y te darás cuenta de
eso que quiere decir. Por eso, lo más vulgar es triunfar. El
triunfador es el ídolo, el mejor; los otros, los que lo ayudan y
hacen que sea posible el triunfo, no cuentan. Y ahí está la prueba
de que seguimos iguales, porque seguimos haciendo lo mismo que hace
medio millón de años.
Pero.
¿para qué decir que hay un 'yo' y un súper yo más grande aún?
Todas esas divisiones de el mayor o el menor, plano superior u otro
más elevado, nos fragmentan internamente. Y en esa división interna
es cuando todo vuelve a parecer con su conflicto, desorden y
confusión. Cuando solamente existe la conciencia de la realidad, de
lo que es. Y cuando esa conciencia no se divide, es cuando llega lo
sagrado, la unidad de todo.
"Yo
lucho para ganar. No estoy haciendo boxeo con una sombra o jugando.
(1 Corintios 09:26 NVI)".
El
problema de repetir a otros, un profeta, un gurú, un libro por
sagrada que sea considerado, es que vivimos en la creencia. Pero la
creencia no es la que entiende los hechos, sino la que obedece.
Te
lo digo porque si lees todo lo que dicen esos profetas, líderes y
sus libros, te darás cuenta que ahora dicen esto, pero al cabo de
unas páginas dicen todo lo contrario. Por tanto, mientras tú no
veas realmente qué es la realidad, cómo funciona la vida y cómo
funciona el pensamiento, irás dando bandazos repitiendo lo que dicen
otros. Sin saber realmente lo que quiere decir.
Si
vivo de acuerdo como otra persona lo hace, no es que uno no es fiel
así mismo, sino que vive dividido y en conflicto. Y por esa puerta
entran todos los problemas de la vida: peleas y enfrentamientos,
disputas y violencia.
Todo
lo que hacemos es porque tenemos miedo a la soledad, a estar fuera de
lo establecido que es lo más cómodo. Estar al margen de lo
establecido es muy duro. Y por ello, si tengo que agarrarme a alguien
que parece inteligente, que tiene un gran cartel, con muchas personas
que también están como yo, pues no nos importa el precio de la
vulgaridad y la superficialidad que tengamos que pagar. Pero si
entendemos el miedo como el veneno y su peligro que es, todo eso del
seguir a otro desparece.
Creo
que es evidente que si yo tengo que hacer algo que afecta a ti,
tendré que hablarlo contigo. Y eso está bien, ¿no? Pero, ¿qué
pasa si yo no te doy importancia, te resto valor y haga algo, sin tu
consentimiento y permiso, que necesita tu aprobación? ¿Verdad que
eso puede desencadenar un enfrentamiento? ¿Por qué no le damos todo
el valor que se merece una persona, sea quién sea? Creo que desde
ahí podemos ir solucionando los problemas y ver qué es lo negativo.
¿Puedes
verlo, Eona?
He
leído tu entrevista en... de hoy.
Gracias
por las informaciones.
Pase
lo que pase, mañana será como hoy. Los que más tienen son los que
más pueden perder. Así que la ley de la vida está al margen de
cualquier crisis. Por otra parte, la vida es una crisis continuada.
Y, porque no queremos darnos cuenta que la vida es una crisis, y que
hay que vivir siempre como si estuviéramos en crisis, es porque nos
sorprende cuando el caos ya está devorándonos.
En
el caos también está el orden. Cuando tenemos un reto muy
impactante, donde perdemos el control de todo, de ahí llega el
orden. Pero el orden no sabemos lo que es. Puede que ese orden sea la
muerte, puede que sea algo que no nos gusta, puede que sea algo que
sí que nos interesa. Es decir, el orden siempre está ahí pero
nosotros queremos que sea 'nuestro' orden. Y es entonces cuando
entramos en desorden. Por eso, la vida es destrucción, amor y
construcción. Eso es el funcionamiento infinito de la vida.
He leído tu
escrito-columna de ayer, 'Hacer las maletas'.
¡No sabía qué el mundo ya había salido de la crisis! Porque todavía hay mucho desconcierto. Si es así, que ya se ha salido, lo tendríamos que decir a los cuatro vientos para que todos se confortaran y lo vieran todo de otra manera.
De todos modos, lo que no se arregla es lo que ha hecho que, recurrentemente, aparezcan las crisis, cuáles son los motivos y ver qué se puede hacer con esos motivos.
¡No sabía qué el mundo ya había salido de la crisis! Porque todavía hay mucho desconcierto. Si es así, que ya se ha salido, lo tendríamos que decir a los cuatro vientos para que todos se confortaran y lo vieran todo de otra manera.
De todos modos, lo que no se arregla es lo que ha hecho que, recurrentemente, aparezcan las crisis, cuáles son los motivos y ver qué se puede hacer con esos motivos.
Esta mañana te he visto
en un programa de la TV.V., 2·N0U, cuando hablabais sobre el arraigo
de Europa como un nuevo estado o país.
Y creo que una parte de culpa para que las personas tengan una mayor conciencia de que Europa es más que un nombre, la tienen los países y su nacionalismo, como Alemania, Inglaterra, Francia, España, Italia, etc. Y hasta que ese nacionalismo deje de ser tan poderoso y extremo, no habrá la voluntad política para hacer de Europa un único país soberano.
Y creo que una parte de culpa para que las personas tengan una mayor conciencia de que Europa es más que un nombre, la tienen los países y su nacionalismo, como Alemania, Inglaterra, Francia, España, Italia, etc. Y hasta que ese nacionalismo deje de ser tan poderoso y extremo, no habrá la voluntad política para hacer de Europa un único país soberano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario