La libertad es
poder serlo internamente, dentro de ti mismo.
Cuando uno no
ha solucionado un problema lo rumia mentalmente, lo comenta, etc. Pero, ese
problema que ha pasado ya no tiene solución. Entonces, lo que queda es la mala
conciencia de actuar de manera que genera lo mismo que causó el problema: la
división, el conflicto, la crueldad la violencia y la guerra.
El problema no
es lo que hacemos. Sino lo que cada cual quiere hacer. Tú sabes que para ir al
cine tienes que comprar la entrada, sentarte en la butaca y estar callado sin
molestar a los que están a tu alrededor, ¿verdad? De la misma manera, en todas
las demás actividades sucede lo mismo, hay algo que aunque no esté escrito uno
lo tiene que descubrir para que la relación sea adecuada. De lo contrario
llegan los problemas, los conflictos, la falta de respeto, la crueldad. Por
eso, al final de todo que cada uno haga lo que tenga que hacer pero luego, si
actuamos indebidamente, no nos podemos quejar de las consecuencias de eso que
hemos hecho o hacemos. ¿Lo comprendes y estás de acuerdo, Hermano?
Lo adecuado
sería decir: que venga lo que tenga que venir. Porque cuando decimos,
"Hágase tu voluntad", estamos implicando a otro, ya sea dios, a un
santo, al destino, a una identidad. Y eso nos hace vivir en la ilusión de una
ayuda exterior.
Cuatro años son
mucho tiempo para poder cambiar radicalmente. Mientras juguemos con el tiempo,
todo seguirá igual para nosotros. Lo digo porque el problema primero es el que
tú tienes y el que yo tengo, y lo tiene cada cual. Todos a la vez, es una
ilusión peligrosa, ya que provoca la autoridad, la dictadura.
Eso de decir:
"Amaremos", "Amaré", "Lo haré", es todo un
consuelo y una ilusión. El amor es ahora. Si no es ahora el amor no puede ser,
sólo es una palabra carente de sentido verdadero.
Gracias por tu
oferta, pero no tengo tiempo ni tampoco necesito dinero por ahora. Si quieres
puedes comentame y decirme si necesitas algo que aclarar o investigar, o alguna
otra cosa que tú necesites.
Pensar que
porque alguien es muy cruel, uno no lo es. Es una ilusión. Pues si las circunstancias
llegan, ya verás cómo eres. Verás el horror.
Nadie está a
salvo. Todo lo que ha pasado puede volver a suceder. La inteligencia no evita
los problemas, los comprende. Comprensión es paz.
Comprender es
ver que todo encaja psicológicamente y físicamente. ¿Por qué no aceptamos la
realidad e inventamos otra que más me gusta?
Ser superficial
es un hábito, es una adicción. Y descartar toda adicción es posible si uno
quiere. Y, ¿cómo se puede querer descartar?
Cuando siento
todo el horror de algo, hay acción total. Eso es descartar: sentir ese dolor
más doloroso que todos los dolores. La acción ya.
Sin dolor no se
puede hacer nada, pero con dolor tampoco. Solamente tener paz. Pero con amagura
la paz no llegará. Puede haber reacción.
La reacción no
es inteligencia. Es la herida psicológica que reacciona, donde puede llegar el
horror y los actos semidementes de algunos.
Descartar
quiere decir que la energía no fluye adecuadamente. Descartar es ir más allá de
ese obstáculo para que la energía llegue total.
El último
escollo, está dentro de uno. Pues todo no se puede descartar. Entonces uno
tiene que descartar el descartar. Y así llega el orden.
El orden no es mi orden ni el de nadie. El orden es lo que llega después de descartar nos guste o no. De manera que el "yo" no puede operar.
Si el
"yo" está operando todo seguirá como hace un millón de años. Porque
el "yo" nunca quiere perder, o nunca quiere ganar. No es total.
Lo total, lo
completo, es el orden. Este orden es compasión por toda la vida y nada excluye.
Donde lo negativo es convertido en no-negativo.
El parloteo de
la mente es negativo porque debilita y banaliza. Donde se pasa de la necesidad
a la adicción que lleva al desorden. Sólo ver.
Solamente
podemos ir más allá de las dependencias psicológicas. De algunas físicas no
podemos: el comer, el beber, el dormir, etc.
En el ver está
el silencio profundo, la atención total. Lo que se haga desde ahí será el orden.
No es el orden de la autoridad, del mando.
Los que mandan
tienen su sentido a la hora de proveer los servicios de todos -luz, agua,
carreteras, hospitales-. La política es el desorden.
La política es
el "yo" operando, diciendo que él es el orden, que es el director.
Los resultados siempre serán la corrupción, la inmoralidad.
Por muy noble y
bien considerado que sea lo que hagamos, si el "yo" está presente
todo será esconder la realidad, la mentira y la falsedad.
La dependencia
es lo que va en nosotros. Si nos damos cuenta podemos ir más allá. Si no
seremos como un animal de carga para toda la vida.
Todo está
sometido por el "yo", que tiene miedo de ser libre. Y se hace
dependiente encontrándose a gusto y seguro. Ver su miseria no quiere.
Cuando vemos
nuestra miseria, o nos hacemos más miserables, o llega la perturbación. Si es
muy fuerte, horrorosa, muy dolorosa se descarta.
El
amor es la esencia. Y está al principio, en medio y al final.
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