domingo, 13 de mayo de 2012

Escritos y publlicaciones 13-5-12



"¿Por qué son más coloridas las puestas de sol  que la salida del sol?"
¿Tú crees que son diferentes? Todas las que he visto encuentro que son iguales o parecidas. Puede que no estamos hablando de lo mismo.

Dices: que tenemos que volver a ser considerados en el exterior fuertes, conjuntados y con claridad mental. Pregunta: ¿ haces esto con tus relaciones, con las personas que viven contigo, con las que están a tu alrededor? Pero, esto nunca ha sido posible. Y menos ahora que volvemos a una dictadura neurótica, corrupta y más descarada.

¿Dónde encuentras que hay diferencia entre dos personas en el ámbito psicológico? Todos queremos que se nos respete, necesitamos buenas relaciones y afecto, tenemos que comer y para ello necesitamos dinero, queremos estar saludables, ser bien considerados e inteligentes, no queremos sufrir, queremos vivir y no morir. ¿Dónde encuentras la diferencia? En lo físico somos negros o blancos, altos o gruesos, americanos o europeos, silenciosos o altaneros.
Y por eso, los maestros y los gurús, no son tan especiales. Pues, tienen los mismos resortes que cualquiera. Puede que sean más rápidos y despiertos, pero sufren y se divierten como todos, tienen miedo, desean sin parar, viven en conflicto. Pero eso, no es ningún problema porque ellos son como los médicos que también se resfrían y les duele la barriga si comen demasiado. Por tanto, siempre el observador es lo observado. Es más difícil a la hora de vivirlo con un animal, un árbol, una nube, todo lo que nos rodea. ¿Lo puedes ver y entender, Javier?

Cuando uno transciende la división, fuera y dentro es lo mismo. Al igual que si va a otro país o lugar lejano, no lo ve como si fuera un extraño. Por eso en esa unión total, no hay fronteras ni limitaciones.

Si uno va más allá de la división, internamente es todo un deleite de orden y armonía. Pues las células cerebrales, las neuronas, todas se han aquietado al producirse la mutación en la conciencia en la que lo que está más allá, fuera del pensamiento, ha aparecido.

¿Tan cerrado eres por hacer la contra, la puñeta y fastidiar? Si nos ponemos contra todo, al final nos amargamos y nos convertimos en  neuróticos. Está bien ser un tanto escéptico a todo lo que nos llega. Pero si lo negamos todo, al final todo parece absurdo. Indágalo si quieres, Javier.

La raíz de los problemas no está oculta, porque lo oculto y lo manifiesto es lo mismo. Es como si nos miramos dentro sabremos lo que haremos fuera. Y ahora al revés: si miramos lo que hacemos fuera, sabemos lo que hay dentro de nosotros.
Los argumentos, o son los que tú dices o los que dice otro. Yo te he enviado una información -argumento-, ahora tú haz lo que quieras o lo que más te convenga. No hay más cera que la que quema.

¿Qué es lo que queremos cuando hacemos algo: ir a la raíz de los problemas y solucionarlos o divertirnos buscando placer como narcotizados?

No pensar en los problemas, ¿es miedo, pereza, o tener igual de todo aún sabiendo que van a ir a peor? ¿Llegando al final puede solucionarse?

Si llegamos hasta el final de los problemas para solucionarlos. Puede ser que los solucionemos, o puede ser que ellos acaben con nosotros.

La vida también es cuestión de suerte. Pues, la vida está más allá de toda medida, ya sea moral, social o económica. Hay suerte o no la hay.

Todos tenemos suerte sino no estaríamos vivos. Si la vida hubiera querido, hemos tenido tantos peligros que ya no viviríamos, Es el misterio.

La suerte o no, nada tiene que ver con la compasión. O uno tiene amor o no lo tiene. ¿Qué es lo que determina que unos lo tengan y otros no?

El principio de todo, cómo empezó todo no lo podemos saber. Y nos hace humildes, aceptando el misterio sin quererlo desvelar. No es nuestro.

Si uno pone toda su energía en lo que hace, no necesita más experiencias, inventar y descubrir más realidades. Se vuelve más complicado aun.

Cuando buscamos la solución a los problemas hacia afuera, es cuando todo se complica y llega el desorden, la confusión y el deterioro.

¿Es posible volver atrás? Lo que está hecho ya no se puede deshacer. Solamente podemos ir más allá de lo que se ha hecho con humildad y amor.

Cuando no sabemos que hacer, es cuando hay que detenerse y parar. Es como el agua revuelta y turbia que cuando reposa se vuelve clara.

El "yo", es todo lo que somos: nacionalistas, de izquierda o derecha, beatos o laicos, feministas o machistas. No "yo", no problemas ni lios.

La mala información es causa de desorden, donde se increpan los conflictos. Los que lo hacen es para ganar poder y dinero. Les llega el mal.

Una vez empieza la batalla la crueldad se incrementa y no tiene fin. Sólo el agotamiento, disminuye o pone fin a la guerra. ¿Comer fuerte?

Los vencedores, los triunfadores, dan mucha importancia al comer. Quieren ser fuertes y brutales. Pero, las respuestas son del mismo calibre.

Si uno no quiere vencer los problemas huyen. Aunque uno tampoco quiere perder. Y entonces llega la dignidad, la libertad, el ver, el amor.

El amor es querer y no poder y no volverse amargado o neurótico. Cuando uno ve lo que es, ya no hay el problema de querer o no querer.

Cuando vemos lo peligroso del vencer y de perder, es cuando tenemos la energía para descartar el conflicto, la contienda y la guerra.

El "yo" quiere ganar, proseguir, devenir, y lucha y hace la guerra. Pero cuando pierde se humilla porque quiere seguir igual sea como sea.

Todos somos iguales: tenemos "yo" y sus consecuencias. La diferencia es que unos son conscientes, otros no. Es como hacer daño: uno no ve.

El ver es la clave. Si uno ve de verdad hace algo. Si uno ve que hace daño, no querrá hacerlo. ¿Por qué no vemos? ¿Es el mido, el desorden?

El afecto, el cariño, el respeto, no hace falta demostrarlo. La demostración se convierte en un folclore, en política, un trámite social.

Creo que la dicha que nos da el sentirse honesto, es lo que nos proporciona la paz. ¿Ser honesto? Es haber hecho todo lo posible por serlo.

Ser honesto lo incluye todo: la acción, trabajando, durmiendo, comiendo, hablando. Ser honesto es no dejar de querer serlo, sin esfuerzo.

Ser deshonesto empieza por el esfuerzo en cualquier dirección. Pues el esfuerzo es compulsión, conflicto, crueldad. Honestidad es sin forzar.

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