martes, 29 de mayo de 2012

Escritos y publicaciones 30-5-12


He leído tu entrevista en el Magazine, 27-5-12, del diario...
No sé si sabes que a muchos jóvenes les pasa lo mismo que a ti: están agotados y dicen que se quieren morir. Recuerda, que todos somos básicamente iguales psicológicamente. Y a cada edad, o etapa de la vida, todos sentimos lo mismo. Hay quienes se dan cuenta y lo verbalizan, lo expresan con palabras intentando dar solución a los problemas. Y hay otros que no, aunque se sienten mal, y exploten hacia fuera haciendo toda clase de tonterías. Pero, cuando pasa ese período de inestabilidad y de hiperactividad, todo toma otro sentido. Donde uno tiene más visión de todo el infinito panorama que es la vida, con sus también infinitas impensables posibilidades.

He leído tu reseña con tus comentarios en el Magazine, 27-5-12.
Todos los que acumulan dinero y poder lo hacen por vanidad. Y es esa vanidad la que hace que los reyes y los ricos no pueden renunciar y descartar esa manera de vivir tan cruel, que han heredado o adoptado. Porque la vanidad genera placer. Y el placer, es la única cosa que los hombres buscamos, porque creemos que lo necesitamos.

"Si el deseo innato de compartir la esencia de "amor" comienza a dominar su vida en un nivel subconsciente. ¡Paz!..."
Hay que ser muy prudente con las palabras, lo que decimos, pues toda conclusión bloquea el amor. Esto es así, porque la conclusión que tengo ahora puede que no sirva para luego, en el futuro. Porque en lo conocido, que es una conclusión, es donde puede operar el ego, el "yo", el egoísmo. Y el egoísmo es el que se agarra y aferra a una idea o teoría para sentirse seguro y a salvo, por lo que se divide y genera el conflicto. ¿Y, si hay división y conflicto puede haber amor?

El mundo actual, con su sociedad, es el mismo de siempre. Cada generación le toca vivir una crisis, unas revoluciones, unas guerras. Nosotros vivimos ahora y tenemos que entender esto que nos pasa. Por tanto, hace mil años tendrían los mismos problemas que ahora tenemos: una clase poderosa y corrupta, con su ejército y los hombres armados, que domina, explota y engaña a otra clase mayoritaria que obedece y que hace lo mismo que el poder: ser también corrupta.
Porque el problema que tenemos no es político ni económico ni social. El problema que hemos tenido y tenemos, es psicológico. Es el problema de una mala gestión de nuestras existencias, de la existencia de cada cual. Cuando uno se divide internamente, esa división sale afuera, al exterior y todo lo corrompe. Es entonces cuando aparecen los conflictos entre 'yo' y 'tú', entre 'nosotros' y 'ellos'. Y esos conflictos van a repercutir en la economía, en los nacionalismos, en la religión y la política. Pues esa división, y su consecuencia que es el conflicto, nos hacen insensibles y crueles. Podremos decir que nos dedicamos a ayudar a los demás, a hacer caridad, servicios sociales, pero si estamos divididos todo lo que hagamos será un sinsentido al generar lo contrario de lo que queremos.
Lo tenemos todo para que funcione bien: tenemos los alimentos para que nadie pase hambre, tenemos toda clase de máquinas, ordenadores grandes y pequeños, para aliviarnos en los trabajos; tenemos abundante dinero, tenemos gran cantidad de funcionarios para resolver nuestros problemas. Pero los problemas no se resuelven porque seguimos estando divididos, lo que nos hace insensibles y corruptos.
Finalmente, elegimos a las personas para que nos resuelvan los problemas que son corruptas como nosotros. Y como no los resuelven, gritamos y nos quejamos de su incompetencia y corrupción. Sin darnos cuenta que ellos son como nosotros, pues por eso los hemos elegido, les votamos, les seguimos, adoramos y respetamos. ¿Puede una persona no corrupta elegir a una persona corrupta para que les resuelva los problemas? Es porque vivimos en confusión, que es la consecuencia de la división, que somos tan ignorantes, vivimos en la ilusión. Y así se cierra el círculo en el que damos vueltas y más vueltas sin fin.
Así que, mientras no me comprenda, vale decir no comprenda cómo funciona el pensamiento, que es el generador de la división y la fragmentación interna, todo va a seguir igual como hace un millón de años.

Los avances, mientras tengamos energía, no se detendrán nunca. Pues la vida es un movimiento infinito y por eso no tiene principio ni fin. Los avances siempre son un arma de doble filo: se pueden usar para hacer el bien y también para hacer el mal. Los avances, ya sea en el ámbito que sea, son una huida de lo que es, de la realidad. Pero la vida funciona siempre así: nunca está quieta, se está moviendo, es como un río con su caudal siempre en movimiento.
¿Podemos salir de esa dinámica de ir ya sea en dirección a los avances o a hacia atrás en retroceso? No podemos porque la vida tiene sus exigencias. Y la mayor exigencia es el dolor y el sufrimiento. Nosotros no queremos el dolor. Porque en el dolor no hay gozo ni dicha ni alegría. Por tanto, ese sufrimiento y dolor es el que nos hace que busquemos e inventemos todos los avances. El problema está en que los avances sean solamente en el ámbito material, técnico y científico; pero en el ámbito psicológico y espiritual, en el humanismo no lo ha sido.
¿Por qué solamente hemos avanzado en el ámbito técnico, material, y no lo hemos hecho también en el de la bondad y la compasión? El motivo es el miedo y la ignorancia, que generan insensibilidad. Y la insensibilidad es crueldad, es ser indolente e indiferente ante el sufrimiento. Mientras exista el miedo, ya sea al momento presente, al futuro o al pasado, no podrá haber amor. Pues ese miedo, ya sea al dolor físico como al psicológico es el que hace de todo un problema.

¿No nos hemos dado cuenta que la felicidad, es lo desconocido? En el momento que decimos que somos felices, se acabó la felicidad. Porque, el nombrar y el reconocer hacen que vayamos a lo que ya sabemos. Y el amor es lo nuevo, lo dinámico, lo que se mueve sin parar, lo que está más allá de los deseos. Por eso el amor para que sea, ha de llegar, ha de florecer de la nada. Si lo esperamos, si lo buscamos, si lo forzamos, no llegará, porque todo eso quiere decir que ya vamos hacia una dirección predeterminada, ya es un concepto o una idea. Nosotros creemos que todo lo podemos manejar, fabricar, conseguir rápidamente como se enciende el ordenador o la luz. Pero, la felicidad es sorprendente y está más allá de todas las exigencias y desgracias que tenemos.

Antes de que los pueblos del mundo se conviertan en inteligentes, justos y compasivos, está el problema de cada cual. Es decir, antes de que yo pueda exigirte y reclamarte a ti tengo que empezar yo por hacer lo que tú deberías hacer. Si no, ¿qué sentido tiene todo lo que digamos y hablamos?

Todo lo que hacemos es para un disfrute del 'yo'. Pero, si descartamos el 'yo' y toda su vanidad, entonces qué queda, qué sucede. Averigualo y lo descubrirás.

Si en un grupo los miembros ya han leído mucho o casi todo lo de Jiddu Krishnamurti, entonces el citar y reproducir todo lo que dijo no tiene ya su valor de lo nuevo. Pero si en un grupo hay personas que casi no lo han leído ni conocen a JK, sí que es adecuado citar, reproducir sus escritos y publicaciones.

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