El
amor es lo más maravilloso porque sea lo que se viva, siempre es lo
nuevo, lo que nunca hemos vivido. Es cuando queremos repetirlo,
cuando aparece el placer con todas sus complicaciones de los deseos,
brutalidades y crueldades. Por eso, si hay esfuerzo el dolor no puede
florecer.
Cuando
decimos que el esfuerzo y el amor, no pueden ir juntos. Eso tampoco
es verdadero porque el amor lo engloba y abarca todo, ya sea el
esfuerzo como el no esfuerzo. Pero el amor es de tal manera, que hace
que el esfuerzo se convierta en no esfuerzo. Porque el amor no tiene
contrarios ni contradicciones ni dualidades psicológicas.
Lo
más desconcertante de todo lo que existe, el Universo, es que lo más
pequeño se puede hacer más pequeño infinitamente todavía. Y que
todo lo grande, también se puede volver más grande infinitamente.
Pero,
Paul, esos misterios se tienen que vivir sin dividirnos ni entrar en
conflicto con ellos. La división llega al querer inventar otra
realidad que más nos gusta y satisface. Que por cierto, eso es lo
que estamos haciendo. De ahí todo el desorden y el caos en que
vivimos.
“Aunque
nos puede perecer increíble, los sufrimientos que tengamos en esta
vida se terminarán tarde o temprano y no dejarán huella alguna, ni
siquiera recordaremos que sufrimos alguna vez. Todo sufrimiento será
superado, sanado y olvidado por completo”.
Pero,
¿eso es un hecho, o una idea o teoría? No nos gusta esta realidad
que tenemos. Y como tenemos la capacidad de inventar, crear y ver
todo lo que queramos, cambiamos esta realidad que no nos gusta por
otra que si que nos gusta, me satisface y me da seguridad. Pero, la
seguridad no existe. Lo que existe es la absoluta inseguridad. Por
tanto, toda certeza de algo, sea la que sea, nos deja en la misma
inseguridad.
¿Por
qué queremos una certidumbre, tanto para el presente, como para el
futuro, si eso nos divide y fragmenta, nos pone en conflicto? Ahí
están los que dicen que en el futuro llegará el cielo; y también
están los que dicen que no creen en eso. Por tanto, como en la
política y las religiones, se genera conflicto, enfrentamiento,
contienda y al final de todo la violencia y la guerra. ¿Por qué no
nos atenemos al presente que es esta manera tan absurda e insensible
de vivir, donde unos tienen de todo y otros no tienen nada, donde la
corrupción y la inmoralidad está en todas partes y en todos los
ámbitos? Y todo eso quiere decir que no tenemos compasión, que
somos crueles, mintiendo y falseando la realidad con la absoluta
falta de respeto. Por tanto, es al presente, al ahora, aquí donde
hemos de vivir lo que que queramos y pensemos para el futuro. Y el
amor, que es lo que da sentido a la vida, no quiere provocar ni
generar sufrimiento ni dolor alguno, ya sean a las personas, a los
animales, a las plantas, a todo lo que existe.
Pero,
¿el "yo" se puede eliminar? No se puede. Solamente podemos
ir más allá de ese "yo". Y el hecho de ver la realidad
tal cual es, es cuando todos los problemas tienen otro enfoque y
tratamiento. Y esa es la manera de cambiar el viejo paradigma de
contradicción y conflicto.
Todas
las personas físicamente tenemos los mismos sistemas para que el
cuerpo pueda afrontar toda la vida en su integridad. Es falso creer
que unos se salen de este patrón. Por tanto JK tiene el sexo que
como todos. Él tendría sus necesidades con sus peculiaridades de
frecuencia, gustos e inclinaciones. Pero, el sexo si una persona es
completa tiene una actividad como cualquier otra.
Cuando
decimos que el esfuerzo y el amor, no pueden ir juntos. Eso tampoco
es verdadero porque el amor lo engloba y abarca todo, ya sea el
esfuerzo como el no esfuerzo. Pero el amor es de tal manera, que hace
que el esfuerzo se convierta en no esfuerzo. Porque el amor no tiene
contrarios ni contradicciones ni dualidades psicológicas.
Pero,
Paul, esos misterios se tienen que vivir sin dividirnos ni entrar en
conflicto con ellos. La división llega al querer inventar otra
realidad que más nos gusta y satisface. Que por cierto, eso es lo
que estamos haciendo. De ahí todo el desorden y el caos en que
vivimos.
Arun,
si nos damos cuenta de que el "yo" no puede desaparecer,
hemos de ir más allá de él.
Entonces la división y el conflicto entre lo que quiero y lo que es desaparece. Es como tratar dar con una piedra a la luna. Hemos de darnos cuenta que eso es imposible. Pero cuando lo comprendo, el desgaste y el conflicto, que es el deseo, la obsesión, todo eso acaba. Tanto Oriente como Occidente quieren deshacerse del “yo”, tienen sus métodos y sistemas. Y los políticos también tienen los suyos. ¿Qué voy a hacer, vivir dividido, vivir en conflicto? Y a partir de ahí observo lo que sucede y me atengo a ello, a la realidad.
Entonces la división y el conflicto entre lo que quiero y lo que es desaparece. Es como tratar dar con una piedra a la luna. Hemos de darnos cuenta que eso es imposible. Pero cuando lo comprendo, el desgaste y el conflicto, que es el deseo, la obsesión, todo eso acaba. Tanto Oriente como Occidente quieren deshacerse del “yo”, tienen sus métodos y sistemas. Y los políticos también tienen los suyos. ¿Qué voy a hacer, vivir dividido, vivir en conflicto? Y a partir de ahí observo lo que sucede y me atengo a ello, a la realidad.
Es
verdad que el sexo es una de las cosas que más rápidamente une. Y
en la unión está la dicha del amor. Pero, en esa dicha de la unión,
del amor, también está la degradación. Cualquier drogadicto ha
entrado en meditación, más allá del conflicto, multitud de veces;
los que usan el sexo también entran en meditación rápidamente.
Pero, existen las consecuencias: el deterioro mental, los "colgados",
las enfermedades que puede desencadenar el sexo, entre ellas el Sida.
En las guerras, en las batallas, los soldados también entran en
meditación, no están divididos de lo que hacen que es asesinar,
¿pero y las consecuencias? Por tanto, hemos de ver todo el vasto
panorama de la realidad y descartar lo negativo. Si uno quiere claro.
Pues,
si te quedas nada más con esos gurús y maestros que has nombrado te
pierdes el resto de la humanidad y por tanto te estás aferrando a
ellos, los tienes como compañía, y te divides y fragmentas de los
otros. ¿Te das cuenta la mente lo astuta que es? acabas de decir que
todos somos los mismos perros pero con diferentes collares. Renato,
pues vivámoslo ahora.
Tenemos
la capacidad de inventar, como la tenemos de fabricar la energía
nuclear, los aviones no tripulados, toda clase de máquinas, pero el
problema está en el uso que le damos. Por eso, es tan importante
atenernos a la realidad, a los hechos. Y el hecho principal es el que
si estoy dividido internamente, confuso y en desorden, generaré
conflicto entre tú y yo, entre las demás personas que me rodean y
no piensan como yo. Y es eso lo que está ocurriendo, ¿no lo ves,
Paty? El rico, el poderoso, tiene bastante con lo que es y no le
importan los demás, es insensible al desorden que genera, a la
insensibilidad ante los menos afortunados. Y es capaz de desencadenar
una guerra con tal de no renunciar ni ceder a su egoísmo. Y, es por
eso que es de suma importancia atenernos a los hechos, a la realidad,
a lo que es, y no inventar la realidad que más me gusta y conviene.
Los egoístas, también dicen que tienen amor, tienen a su dios
protector, a los que los adulan y sirven de diferentes maneras. Así
que decir que uno tiene amor, eso sólo no basta.
La
meditación es el estado, durante un segundo, quince minutos, un día,
etc., donde el "yo" no existe, sea lo que sea lo que uno
haga. Esa es la realidad del amor, que es estar libre de división,
que es el "yo", con toda su maravilla y también su
miseria. Y eso sucede en todo: puedes haber estudiado psicología y
ser un gran especialista, pero estar al servicio de una empresa para
asesorarlos cómo explotar más fácilmente a los trabajadores; y
estar todos los días sin "yo" unas horas metido en tus
cálculos y estudios. Pero, ¿cuál es el resultado?
Por
eso, la compasión y el amor, que es el hacer el menor daño posible
a las personas, a los animales, los árboles, etc., a todo lo que
existe, es lo que marca la diferencia. Y eso sería lo que se llama
una vida religiosa, una vida exenta de corrupción e inmoralidad.
He
leído tu entrevista de hoy en el diario… Gracias por la
información. Los robots están condenados a ser como sus inventores:
imperfectos. Es decir, los hombres somos quiero y no puedo. Queremos
dominar la vida cosa que no es posible. Ya que ella siempre nos
dominará y destruirá, nos volverá a dar vida, pero el paradigma de
destrucción y construcción proseguirá sin fin.
“No
camines detrás de mí, yo no puede conducir. No camines delante de
mí, yo no puede seguir. Sólo hay que pasar a mi lado y sé mi
amigo”
No
me fío de ninguno de la cuadrilla, ni tampoco de la camisa que
llevo. Porque como me conozco yo mismo también conozco a todos los
demás.
El
universo tiene el propósito de existir. Y así sigue y seguirá a
pesar de nosotros y todos los que vengan después de nosotros. Porque
el universo es infinito, no tiene fin.
Cuando
tú haces sexo, coito, etc., ¿tú dónde estás? ¿Quién está ahí?
Renato no está, solamente está la percepción de eso que está
sucediendo. Luego el "yo" Renato, Toni, o quien sea ha
desaparecido. Vuelve cuando viene el recuerdo de todo lo que ha
pasado y empezamos con el "yo" a sufrir porque no habremos
hecho lo adecuado o me habré pasado, el tiempo corre y me tengo que
ir, etc. Por tanto, si no está el testigo Vicente o María, no hay
"yo". Parece ridículo. Pero la gracia está para algunos
que si eso lo dijera cualquier gurú o autoridad de India o de un
centro de meditación y yoga, le daríamos nuestro asentimiento. De
todas maneras, todo lo que se diga no tiene ningún sentido mientras
uno no lo hay visto, comprendido, vivido.
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