domingo, 22 de abril de 2012

Escritos y publicaciones 22-4-12



Hola Kirsten He visto tu video “Window of my eyes” y está muy bien, es muy tranquilo y profundo, realista. Todo él rezuma belleza.
Hay una diferencia: a la pantalla de cine ninguna imagen le hace daño ni le da placer. Pero las personas, sí que sufrimos y sentimos placer.
Por eso, lo que se describe no es lo descrito.
Ese estado que describes, Prakasan, ¿tú lo vives, lo tienes siempre o alguna vez?
Internamente, espiritualmente, psicológicamente, el pobre y el rico son iguales, no hay diferencia. Pero, hemos de ir del exterior al interior: poner orden fuera y ese orden llegará al interior, dentro. Al revés no puede funcionar, porque la mente es muy astuta e in ventaría lo necesario para proseguir en lo que le conviene que es su propio “yo”, el “mi”, el egoísmo.
He visto la portada de tú libro donde recopilas tus escritos, en el diario …, en el que parece que hay un perro, un animal. ¿Crees qué jugando con los animales, cambiándoles la cara por una mano, banalizándolos que es lo mismo que denigrarlos, es correcto y adecuado para una persona que va de paladín de la moralidad, de la no-corrupción? Nos creemos que con solo escribir y hablar sin fin, diciendo unas cuantas palabras para halagarnos y halagar a los demás ya está todo resuelto. Por eso, a los que tenéis un cierto poder -ya que participas y relacionas con lo más florido del lugar-, los jóvenes os escupen y os dan la espalda. Pues, colaboráis y os juntáis con las personas más corruptas e inmorales, que son las que más roban, intrigan, engañan. Y por eso, no tenéis ningún crédito. Ya sea que tengáis premios y galardones. títulos y diplomas.
Por tanto, lo que necesitamos es ver lo negativo y descartarlo. Es decir, si somos sensibles y despiertos, en el momento en que vemos algo no-correcto, en ese ver está implícita la acción. Y entonces,  el ver y actuar es lo mismo.
Los métodos implican tiempo. Y el tiempo en el ámbito psicológico, es pensamiento. Y el pensamiento es el depósito de la memoria. Y la memoria es el pasado. Así que, ¿podemos ver en un instante toda la trama de la ignorancia?
“La revolución total debe ser totalmente inconsciente, no voluntaria, no provocada por cualquier acción de la voluntad”
Eso quiere decir que hemos de estar libres de todo deseo. Pero, cuando decimos descartar todo deseo, eso quiere decir que hasta esto que estoy diciendo se tiene que descartar. Porque la revolución abarca todas las posibilidades en todas direcciones. Es el si y el no en acción, interactuando continuamente sin fin.
Hacer las cosas más fáciles, es una respuesta ambigua, una excusa. Si uno ha visto lo que es la inteligencia, todo cambiara para él. El medio no lo transformará, sino que él transformará el medio.
Es evidente que una persona que vive en la precariedad, trabajando largas jornadas, no se puede plantear nada que no sea lo inmediato. Por tanto, sin unas ciertas condiciones de tiempo libre para indagar, para estar solo, es muy difícil que exista la posibilidad de pensar sobre la inteligencia.
Por lo que, como siempre, habrán de ser ciertas personas que reúnan las condiciones y circunstancias para poder indagar la posibilidad de hacer un cambio que haga imperar la inteligencia.
He leído tu escrito de hoy en el que dices: “Sin dios el problema del mal es insoluble” Y, ¿por qué dices eso? Si dios, o lo que sea, está más allá de todo: del bien y del mal. El dios, que tú mencionas, es tu dios hecho a tu medida. Por eso, hablar de dios es tenderse una trampa, porque eres tú ese dios que lo nombras, lo adoras, lo obedeces. Y, en todo eso está involucrada la fe, la superstición, los intereses mundanos, el miedo, que es el “yo”. No hables de dios, habla de ti, de mí, de los hombres y dejémonos de inventar no-hechos. Pues los hechos están ahí para que los atendamos. Y, ¿qué es un hecho? Un miserable y pobre es un hecho; la vida tan corrupta e inmoral, es un hecho; la absoluta falta de compasión por los menos afortunados, es un hecho, como lo es la indolencia y la insensibilidad. Así que, atengámonos a los hechos y dejémonos de pasatiempos y entretenimientos.
El miedo no es amor. Pero el miedo es un examinador implacable, que nos dice quiénes somos y dónde estamos. Si hay amor no hay miedo ni dolor, sólo visión de la realidad, nos guste o no.
A la verdad no se la tiene que defender, pues ella sola se defiende. La verdad es tan escurridiza como la vida misma, porque siempre está cambiando de instante a instante. Nos podemos acercar a la verdad actuando negativamente, yendo a ningún sitio y no sabiendo nada.
Pero eso que dices no es un hecho. Eso es lo que debería ser, lo que me gustaría que fuera. Pero la realidad es que somos deshonestos, vivimos en conflicto, y el “yo” es el director de nuestras vidas. Pero a nosotros nos gustan los no-hechos. Aunque sabemos que si no nos encaramos con los hechos, todo seguirá como siempre: corrupción e inmoralidad, desorden y confusión, que ha de desembocar en contienda y violencia.
Te he visto al principio del programa … Y, ¿por qué decimos que en el pasado todos éramos  más honestos, más naturales, más perfectos? Cuando todo eso es una ilusión. Si miramos con detenimiento lo que ha sido la vida de los hombres, nos daremos cuenta que siempre ha sido así su comportamiento, que ahora lo denigramos y rechazamos.
Vamos a empezar por el principio, cuando los hombre vivían en los árboles eran vegetarianos y no trabajaban ni alteraban su medio donde vivían. Pero, luego empezaron a cazar a algunos pequeños animales. Y ahí ya empezaron a transgredir su manera originaria de vivir. Luego cuando se hicieron completamente bípedos y caminaban empezaron a transformar los lugares donde estaban, al hacerse agricultores y ganaderos. Y así hasta ahora. Es decir, si comprendiéramos que la vida es destrucción, amor y construcción, lo comprenderíamos. Lo que ahora hacemos, dentro de cincuenta años parecerá todo tan ridículo, tan pobre, tan cutre e insano, pero ese es el devenir desde hace millones de años.
Y, lo mismo sucede con la llamada moral –que no es moral en absoluto, sino mi moral- que siempre es la misma: división y conflicto, que es la corrupción e inmoralidad operando. Pero, nos empeñamos en decir que antes vivíamos mejor, lo que hace que nos dividamos del presente, del ahora. Y si hay división ese es nuestro estado desde siempre, donde empezamos a destruirnos con “mi” opinión contra “tú” opinión, el “nosotros” contra “ellos”.
Así que todo es una ilusión, una impotencia para encarar el mayor reto que es el presente, el ahora. Por tanto si me divido del ahora, haga lo que haga, sea que me dedique a hacer servicios sociales, vaya al templo, hable de religión, crea en dios o en la autoridad que dice que le representa, nada tendrá sentido sino que generaremos más desorden y confusión, sufrimiento y dolor.

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