sábado, 21 de enero de 2012

Escritos y publicaciones 21-1-12

Eso es el egoísmo. Es decir el “yo” en su actividad ávido de placer y seguridad. Y para ello, no dudará en inventar todo lo que haga falta para conseguirlo. Pero, para descartar a este “yo” insaciable, solamente hay que encarar los retos negativamente, que es de la única manera donde no puede operar, pues ha desaparecido. Esto es, el invento del “yo” ya no está.

El pensamiento, y su invento el “yo”, siempre tiene miedo. Y es este miedo, el que ha generado toda la sociedad, que se base en el “mi” y en el “tú”, en el “nosotros” y en el “ellos”. Y así, nos creemos que estamos protegidos y a salvo.

Esto es, el pensador y el pensamiento es lo mismo. O también, el observador es lo observado.

Cuando decimos que el observador es lo observado, detrás de eso no hay nada de mi identidad ni como persona. Es todo como una foto fija. Como cuando estás en un cine de pantalla grande, con buen sonido, y la película te interesa enormemente. En un momento uno está dentro de la película, ya no está sentado en la butaca. Pero no pude pensar ya que todo funciona por su cuenta. Podrías hacer cualquier cosa, pero sería sin darte cuenta como para dominarlo, enjuiciarlo o alterarlo. Es ese momento somos un robot. Entonces, sólo hay un ver, un percibir y nada más. Y el misterio es: ¿quién es el que ve?

El problema es: Si tú eres pobre, un intocable -dalit-, con todas las miserias y humillaciones y te dices ese no soy yo, es una ilusión mía y de los demás. ¿Crees que ya está todo resuelto, podrás soportar todo el dolor que eso lleva consigo?

El problema está en creer que uno tiene opción para elegir. Y no es así, porque cuando tú ves algo claramente, tan claro como si das un paso más te vas a despeñar por el acantilado, entonces no hay opción sólo acción, que está más allá de todo deseo.

Aunque la pregunta no es factual, no es real, voy a preguntarte: ¿Si tú fueras de verdad un dalit -un intocable-, soportarías todo el dolor físico y el psicológico, viendo que eres un paria cuando tú también podrías dejar tu miseria? No contestes por los demás, contesta como si tú fueses el miserable dalit -si es que puedes ponerte en su lugar y contestar, claro-.

¿Por qué siempre dais la misma receta a los gobiernos: que hagan recortes en sanidad, educación y cultura; y no decís que recorten en los gastos de las guerras, de la monarquía y la iglesia católica, los grandes sueldos de los políticos y los altos cargos del gobierno? Vosotros sois los más corruptos e inmorales por favorecer a los políticos y sus gobiernos, también corruptos e inmorales, por recetar la explotación inhumana de las personas para que los ricos y poderosos sigan con su vida derrochadora e inmoral de despilfarro.

Todo esto que sucede ahora, con los problemas de la crisis económica, etc., ya es muy viejo, ya ha pasado muchas otras veces.
El paradigma de los hombres, de las personas, es derrochar lo que uno tiene. Y luego hacer lo que haga falta y necesario para recuperarse y vuelta a empezar con el derroche. Todo esto es debido a que no podemos soportar la angustia existencial, que es la soledad y el vacío interno. Entonces, al no encarar ese reto que todos tenemos, es cuando inventamos algo que nos haga olvidar esa nada insondable y que tanto nos espanta.
Pero, al huir de eso que nos desagrada es cuando empiezan todos los problemas. Porque para huir de esa insoportable existencia, que es la rutina que se convierte en repetición y angustia, caemos en el placer que hace de tapón de eso que no queremos. Y el placer es una especie de anarquía porque nos arrastra y nos hace desordenados y confusos. Y para proseguir con ese placer, aún sabiendo que nos lleva al desorden, hemos de hacer toda clase de inmoralidades y actos corruptos.
Pero el problema hasta aquí tiene una parte fácil, que es verlo y comprenderlo en cierta manera. Porque el verdadero problema es vivirlo y resolverlo en la propia vida de cada uno. Pues la dificultad está en que las personas, pronto nos hacemos adictas y dependientes de una situación; y cuando llega el momento de descartar eso que nos ha atrapado, es cuando nos damos cuenta de lo poca cosa que somos; pues eso parece imposible, como nos lo demuestra la realidad. Y entonces, hasta que no haya un shock, algo que nos sacude y altera enormemente -una crisis, una revolución, un gran problema, etc.- hasta el punto de ver la vida peligrar, no somos capaces de reaccionar.
Por tanto la pregunta es: ¿Podemos ser sensible a los problemas, ya sean económicos, de relación, existenciales, etc., e ir más allá de ellos de manera que no vivamos arrastrados ni atrapados, para que así estemos libres del desorden y la confusión, que es lo que genera la corrupción?
Tú puedes decir: “Y si lo hago yo solamente, ¿qué sentido tiene, pues los demás seguirán con su vida de desorden y confusión, con su vida de persecución del placer para salirse de eso que no quieren ver y todo seguirá igual: con su corrupción y engaños, con su desorden y anarquía?" Esa pregunta solamente tiene sentido si uno no ha visto claramente, como cuando ve un veneno que sabe que no lo puede tomar porque en ello va la vida, que uno tiene que morir a todo lo viejo para que llegue lo nuevo. Si uno ve lo que lleva consigo el viejo patrón y paradigma de huir de lo que es, de la realidad, entonces sabrá cómo encararse a ese reto que es la realidad, que es su vida.

Si Shw, la comprensión es precisa y puede llegar. Creo que para comprender la miseria y la pobreza, uno tiene que acercarse a ella de una manera o de otra. Solamente quería que llegáramos hasta ahí. Gracias por investigar para que llegue la realidad y la verdad.

Ese es el problema, “que todo el mundo puede saber con poco entendimiento, pero no todo el mundo se lo está tomando en forma práctica o en serio”. Pero mientras uno no sea serio y radical, la verdad y la realidad no la podrá ver ni vivir.

Lo que está claro es que eso que no es del cuerpo, necesita el cuerpo. Otra cosa es de dónde viene.

Por supuesto que es la totalidad, omnipresente. Pero, primero para verlo tiene que existir el cuerpo y luego la sensibilidad para desarrollarlo. Porque, todos los seres humanos saben que existe ese algo que ellos no pueden conrtrolar ni comprender, aunque lo dejen de lado, de alguna manera, por diversas razones que todas tienen su origen en la brutalidad y la crueldad. O la ignorancia.

“El corazón sabe lo que la mente está aún por aprender.” Esa afirmación no es posible si es que hablamos y aceptamos la unidad. La mente está formada por la unidad entre el cerebro, el pensamiento, el cuerpo y el corazón. Sacar a uno para resaltarlo, genera división, desorden y confusión, con todo lo que le sigue de brutalidad, crueldad, etc.

Cuando nos enfrentamos a un reto que nos desborda, en ese momento podemos ver la falseadad, la iluisón que es el ego, el “yo”. Porque el “yo” solamente puede solucionar los problemas y los retos con las referencias del pasado. Y los retos se solucionan y se han de encarar con el presente, con el ahora.

Cuando uno se enfrenta a la muerte por vejez o no, la ilusión le dice que es desgraciado. Pero no se dá cuenta que su cuenta corrientes se ha terminado y acabado.

El problema está en que cuando yo doy algo al otro, eso que doy él no lo necesita -es como dar una barca a uno que vive en el secano y no la va a utilizar, cuando la recibe siente cierta sorpresa y alegría, pero pronto se da cuenta que eso no le sirve para nada-. Y el que pide, nadie les puede dar lo que pide, en este caso la sabiduía y la ilumionción.

El amor en las relaciones para que pueda ser, no ha de haber posesión, ni dependencia ni huida, ni sumisión ni explotación. Por eso, el amor es tan difícil de vivirlo. Lo demás es una ilusión, superficial y banal, como el enamoramiento de las parejas o de cualquier otra cosa. Es el miedo a la soledad, a no entender ese vacío, la nada, lo que nos hace que inventemos y nos agarremos a lo que sea con tal de olvidarnos de ese misterio incomprensible que es la vida.

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