“El Señor es mi pastor,
nada me falta.
nada me falta.
Por prados de
fresca hierba me apacienta.
fresca hierba me apacienta.
Hacia las
aguas de reposo me conduce,
aguas de reposo me conduce,
y conforta
mi alma;
mi alma;
me guía por
senderos de justicia,
senderos de justicia,
en gracia de
su nombre.
su nombre.
Aunque pase
por valle tenebroso,
por valle tenebroso,
ningún mal
temeré, porque tú vas conmigo;
temeré, porque tú vas conmigo;
tu vara y tu
callado me sosiegan.
callado me sosiegan.
Tú preparas
ante mí una mesa
ante mí una mesa
frente a mis
adversarios;
adversarios;
unges con
óleo mi cabeza,
óleo mi cabeza,
rebosante
está mi copa.
está mi copa.
Sí, la dicha
y la gracia me acompañarán
y la gracia me acompañarán
todos los
días de mi vida;
días de mi vida;
Mi morada
será la casa del Señor
será la casa del Señor
a lo largo
de los días.”
de los días.”
Todo eso, no va a llegar por arte de magia, o al ir a
comprarlo en un supermercado o grandes almacenes. Todo lo que se describe
bellamente o no, no es lo real, lo verdadero. La realidad no tiene nada que ver
con escritos, ni palabrería romántica.
comprarlo en un supermercado o grandes almacenes. Todo lo que se describe
bellamente o no, no es lo real, lo verdadero. La realidad no tiene nada que ver
con escritos, ni palabrería romántica.
La realidad, lo verdadero, lo que es, lo que sucede en
nuestras vidas cada día, es la gloria y la amargura, la felicidad y la
desgracia. Y eso es así, no hay más. Y es con eso, con que tenemos que vivir.
nuestras vidas cada día, es la gloria y la amargura, la felicidad y la
desgracia. Y eso es así, no hay más. Y es con eso, con que tenemos que vivir.
El paraíso donde no hay dolor, es el invento de los
charlatanes, llenos de romanticismo, para engatusar a los inocentes e
ignorantes personas. De manera que sólo uno ha de descubrir la realidad, la
verdad de la vida. Y no por intermediarios, pues ellos también están confusos,
en desorden.
charlatanes, llenos de romanticismo, para engatusar a los inocentes e
ignorantes personas. De manera que sólo uno ha de descubrir la realidad, la
verdad de la vida. Y no por intermediarios, pues ellos también están confusos,
en desorden.
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