Hay un problema con el dar: si se
convierte en un hábito, en una acción estructurada, en una obligación, toda la
vitalidad y lo sagrado del dar, se convierte en generador de desorden. En el
mismo desorden que genera a los que piden, porque sus vidas no tienen orden,
viven en el desorden, la confusión.
convierte en un hábito, en una acción estructurada, en una obligación, toda la
vitalidad y lo sagrado del dar, se convierte en generador de desorden. En el
mismo desorden que genera a los que piden, porque sus vidas no tienen orden,
viven en el desorden, la confusión.
Es decir, la confusión no puede
acabar con la confusión. Ha de haber algo, una mutación que nos libere de la
confusión para que llegue el orden
acabar con la confusión. Ha de haber algo, una mutación que nos libere de la
confusión para que llegue el orden
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