sábado, 8 de diciembre de 2012

Escritos y publicaciones, 8-12-2012



Y aunque haya una coalición de poder, de diferentes partidos, todos tienen el mismo paradigma a la hora de comportarse. Por lo que es cada cual el que tiene que vivir la democracia en su vida cotidiana. Y lo más demócrata es no estar dividido ni enfrentado con las demás personas. Es decir, vivir sin conflictos.

El amor, es estar libre del conflicto de los opuestos, de la dualidad, del bien y del mal. Por eso, el amor es cosa de cada cual. Aunque, para llegar al amor, hay que descartar lo que no es amor: ¿es amor hacer la guerra, ya sea doméstica en casa, en un grupo de amigos, en el trabajo, entre países lanzándose bombas y asesinándose en masa? ¿Es amor hacer las cosas de manera para qué haya hambrientos y personas a la deriva, por la avaricia y la codicia, por la riqueza que no tiene nunca bastante, por la persecución del placer?
El amor es la compasión en acción. Y eso es también cosa de cada cual ¿Una persona sensible puede tolerar el dolor que causamos a los otros que viven de una manera inhumana, sin hacer nada al respecto?

Una cosa es inquirir e indagar psicológicamente. Y otra cosa es escudriñar en el ocultismo, en lo esotérico, etc.

La evolución que dices, Jahaziel, ¿no es una mera transformación de lo de siempre? Hace unos días leí que hay en la actualidad sesenta millones de esclavos. Y por supuesto que a un nivel superficial se cambia, pero no se soluciona el problema. Porque somos como dos vías de tren que nunca se encuentran. Es decir, seguimos divididos. Y mientras estemos divididos, de una manera o de otra, estamos dentro del paradigma, del ámbito, que generó todas esas barbaridades que tanto nos espantan. Y que en la actualidad siguen existiendo.

Cuando uno se da cuenta que el observador -tú- es lo observado -yo, o lo que estamos mirando-, entonces es cuando nos damos cuenta de que no hay diferencia entre nosotros, todo lo demás. Todo está unido. Nosotros nos dividimos creyendo que somos más importantes que los demás. Por lo que de esa manera, entramos en conflicto con todo lo que nos rodea. Y de esa manera  de encarar la realidad, la vida, es por lo que hemos generado esta sociedad con su desorden e insensibilidad de estar todos contra todos.

La máxima ayuda que podamos dar llega cuando se ha comprendido el 'yo' y vamos más allá de sus actividades divisivas que tanto daño nos hacen. Entonces no hace falta el ofrecimiento de lo que hacemos, pues cada cosa que hacemos es el orden y el amor.

La ley del karma, es como la física y la química, cuando cualquier cosa que suceda va alterar su realidad de una manera exacta, matemática. Por lo que cada acción deviene con su resultado. Entonces, es desde ahí donde podemos corregir los errores que nos causan tanto daño.

¿Puede la mente vaciarse de lo conocido? Si decimos que no puede, entonces estamos bloqueados. Si decimos que si, eso tampoco es un hecho. Por tanto, veamos que hay de cierto y verdadero en todo eso, hagámoslo de primera mano y veremos lo que sucede.

Todo lo que decimos con bellas palabras, mientras no lo hagamos realidad -si es que se puede- no son los hechos. Por tanto, hay que empezar por ahí: ver si eso que ha llegado a mí, mediante un escrito o información, es ello posible en mi vida cotidiana, la de cada minuto que pasamos con los demás.

Lo único que es bueno en exceso es el amor. Si es que esa palabra exceso se puede aplicar al amor. Porque el que lo tiene no lo puede dominar ni regular. El amor es como el sol o la luna, como el firmamento.

También podríamos decir, que la religión es la comprensión de uno mismo. Y de todo lo que sucede y nos rodea.

La ciencia -como en todo- solamente por sí nos lleva al caos y a la destrucción. Porque el científico es como yo y como tú: personas vulnerables y falibles, con el 'yo' que se puede enloquecer de vanidad, de envidia, codicia.

La verdad y el dogma son incompatibles. Porque la verdad es la libertad total y absoluta. Con libertad llega la dicha. Sin libertad nos hacemos miserables, estúpidos.

Drona, la mejor manera de demostrar que la paz es cosa de la filosofía, es tú demostrártelo a ti mismo en cada acto que haces. Y si eso es así, llegará a mí y a todos los demás, no lo dudes.

Por lo que hacemos nos van a conocer. Las palabras en sí tienen escaso valor, son como una onda mental, una chispa. Los hechos son lo importante, peligrosos, vivificantes.

La creencia es su defecto. Porque, si vemos que el sol calienta, ¿hace falta una creencia que lo respalde? Por eso, el creyente en realidad no sabe nada, no comprende. Porque le da valor a su pensamiento, que siempre es viejo y repetitivo, que inventa lo que a él más le conviene. Y lo que más le conviene es la seguridad. Pero en la seguridad, está el deterioro, el desorden y el conflicto.

Si dices que un día en la montaña vale por dos en el asfalto, eso es tu realidad. Y de la misma manera que tú encuentras tan interesante y satisfactorio subir a la montaña, otros deciden ir a ayudar a las personas allá donde lo necesiten. Por tanto, decir que algo es tan beneficioso y extraordinario es cosa de cada uno.

Drona, no contestas a la pregunta: ¿Dónde se ubica lo que ubica al universo? Y otra pregunta, esta para los científicos: ¿Puede un científico aceptar y decir que, llegado un momento, no sabe?

Arturo, no se trata de que alguien, algún agente externo, nos diga que lo que hacemos está bien, es adecuado y correcto. Se trata de que cada cual se vea tal cual es. Y si es honesto se dará cuenta de si lo que dice y hace están de acuerdo, y no hay conflicto. Pues, aunque los otros, nos pueden indicar y señalar algo, no saben realmente que es lo que hay dentro de nosotros, cuál es la última e íntima intención a la hora de hacer algo.

Permanecer en la oscuridad puede parecer duro. Pero si se permanece, sin estar dividido ni en conflicto, ahí está el amor. Y la oscuridad se convierte en luz, aunque los demás digan lo contrario.

He leído tu entrevista que ha publicado el diario... de hoy. Gracias por tus informaciones y comentarios.
Creo que todo el problema de los psicópatas, los insensibles y crueles, está en los retos que les llegan, que les tocan vivir. Ante un reto de una tiranía, llega una revolución sanguinaria. Ante un reto de una revolución sanguinaria, con su anarquía, etc., llega una dictadura que pretende detenerlo y poner orden.
Tú mismo, por muy neurocientifico que seas, si tu país fuera invadido y te obligaran a hacer la guerra, tendrías que asesinar. O, a ti te asesinarían. Luego el reto es a vida o muerte. ¿Qué harías tú? Eso nadie lo sabe.

La bondad venga de donde venga, necesita de la sensibilidad de nuestro corazón. Gracias, Pamela.

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