viernes, 22 de junio de 2018


Lo más legal que hay es el amor. Y el amor es libertad. Si un cristiano, católico, con sus supersticiones, idolatría, quieren serlo. La libertad que les doy para que lo sean, eso es amor, compasión por ellos.

Cuando uno impone, sus ideas, teorías, su política, su religión, llega la dictadura, la tiranía. Y entonces, sucede lo peor de la vida: la división, el conflicto, la anarquía, la violencia y la guerra.

Así que, los dictadores, tiranos, han de saber que su comportamiento, siempre les deja en la orilla de la revuelta, la revolución, la búsqueda de la libertad, de la justicia, de la igualdad.

Para que así, no haya agravios, rencores, humillaciones, una casta privilegiada, con prebendas, con siempre la ley de su parte. Pues todo eso, es el combustible para que la maldad, toda la miseria humana se apodere de las personas sencillas, superficiales, vulnerables. Y las incite a salir a la calle, a manifestarse en grupo, que se convierte en multitud.

Donde se desarrolla el deseo de venganza, de cobranza por todos los males que han provocado los que mandan, los que siempre han vivido de los privilegios.

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