martes, 24 de noviembre de 2015

Psicología, mi profesión: La Historia Del Martillo

Psicología, mi profesión: La Historia Del Martillo: Un hombre quiere colgar un cuadro. El clavo ya lo tiene, pero le falta un martillo. El vecino tiene uno. Así, pues, nuestro hombre deci...







Por eso sin ver, sin ser conscientes de nuestro
condicionamiento somos un peligro para nosotros y para los demás. Hay muchos
dichos que se refieren a nuestro condicionamiento: 'El que tiene el culo de
paja, cree que todos se lo quieren quemar', 'Quien tiene hambre sueña con
tortas.' 'Nadie quiere ser solo.'
 El condicionamiento,
es nuestra programación, es nuestro programa que nos han impuesto nuestros
parientes, en la escuela, en el instituto, en la universidad. Sin ser
conscientes de ese condicionamiento somos como robots, que obedientes, se pueden
usar para cualquier circunstancia: en la guerra, en la religión, en el trabajo,
en las relaciones con los demás. Hasta el extremo de crear las castas de las
que tan difícil es de salir y liberarse de ellas.
Aunque aquí parece que no haya castas
como en otros sitios –África, India, Sur América, todo el Oriente-, también las
tenemos: las mujeres tienen su casta, al igual que los hombres, cada oficio
como abogado, médico, ingeniero, etc., forman su casta; la de los agricultores,
la de los albañiles, la de los políticos, la de  religiosos y sus vestimentas. La libertad es
estar libre del condicionamiento, que es el 'yo'.

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