Lo que determina que algo es
correcto o no, es si nos trae el orden. Este orden llega cuando la atención con
lo que estamos haciendo, u observado algo, es total. Es decir, que el mismo
acto de ver el desorden, con todo su dolor que genera, y la acción, la
respuesta es lo mismo. No hay división entre el ver y el actuar.
Entonces, está el problema cuando alguien dice que, sin control mental, del
deseo, etc., podríamos hacer toda clase de tonterías. Pues sí, podríamos y las
hacemos. Pero es de la única manera de aprender de primera mano, sin tener que
obedecer o aceptar lo que dice el psicólogo, el psiquiatra, los maestros, los
gurús, los salvadores ya sean políticos o religiosos, haciéndonos repetidores,
de segunda mano, siempre mirando el pasado, lo que se dijo en él. Además, ellos
también están confusos, viven en desorden.
Es decir, cuando hacemos algo a esa intensidad y atención y vemos el resultado
que es negativo. Esa experiencia dolorosa, queda instalada dentro de nosotros,
y entonces eso es nuestro y nadie no los puede quitar -¿qué tiene más valor la
explicación de que cuando cojamos un cazo muy caliente nos va a quemar o el
hecho de tocarlo y apartar la mano en el mismo instante?-.
correcto o no, es si nos trae el orden. Este orden llega cuando la atención con
lo que estamos haciendo, u observado algo, es total. Es decir, que el mismo
acto de ver el desorden, con todo su dolor que genera, y la acción, la
respuesta es lo mismo. No hay división entre el ver y el actuar.
Entonces, está el problema cuando alguien dice que, sin control mental, del
deseo, etc., podríamos hacer toda clase de tonterías. Pues sí, podríamos y las
hacemos. Pero es de la única manera de aprender de primera mano, sin tener que
obedecer o aceptar lo que dice el psicólogo, el psiquiatra, los maestros, los
gurús, los salvadores ya sean políticos o religiosos, haciéndonos repetidores,
de segunda mano, siempre mirando el pasado, lo que se dijo en él. Además, ellos
también están confusos, viven en desorden.
Es decir, cuando hacemos algo a esa intensidad y atención y vemos el resultado
que es negativo. Esa experiencia dolorosa, queda instalada dentro de nosotros,
y entonces eso es nuestro y nadie no los puede quitar -¿qué tiene más valor la
explicación de que cuando cojamos un cazo muy caliente nos va a quemar o el
hecho de tocarlo y apartar la mano en el mismo instante?-.
Diciéndolo de otra manera: en el
caos está el orden, que a su vez pronto o tarde va a generar su propio caos y
su respuesta. Y así hasta el infinito.
caos está el orden, que a su vez pronto o tarde va a generar su propio caos y
su respuesta. Y así hasta el infinito.
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